06-29-2007, 05:58 AM
Ernest Thompson Seton; ya hemos hablado en varias ocasiones de este hombre, pero es que cada cierto tiempo encuentro algo interesante sobre él, incluso sin buscar. Esta vez, una serie manga que cuenta con varios volúmenes publicados en Japon, pero de reciente edición en España, que trata de la aproximación a la naturaleza salvaje a través de la figura de este pintor, escritor y naturalista de finales del XIX. El guion es de Yoshiharu Imaizumi y las ilustraciones de Jiro Taniguchi.
El primer tomo es "Lobo, El Rey". En él Seton, entonces pintor de temática animal, acaba de llevarse una seria decepción después de que en 1892 su pintura "La victoria de los lobos" (en la que aparecian unos lobos mordiendo un cráneo humano) fuera duramente criticada, por considerarla una provocación, al considerar que situaba a la naturaleza por encima del dios cristiano. Seton viaja entonces a Estados Unidos y, paradójicamente, gracias a sus conocimientos como observador de la naturaleza, encuentra trabajo como cazador en un rancho de Nuevo México, que lo lleva a enfrentarse a Old Lobo, o el Rey, líder excepcional de una pequeña manada que está asolando la región. Sin llegar a los ataques a humanos, Lobo es algo así como la Bête de Gévaudan americana (aunque no llega a los a ataques humanos, ni da pie a pensar en conspiraciones...), sus habilidades y comportamientos parecen ir más allá de cualidades naturales de la especie, por lo que se lo llegó a considerar una especie de licántropo. Sin embargo, la historia está contada desde el punto de vista del naturalista.
Seton escribió la historia de este encuentro en "Lobo, the King of Currumpaw", dejando al lector como juez, de un acontecimiento que debió marcarlo profundamente. Se han hecho varias adaptaciones de la historia, incluso una película en 1962, pero ésta es bastante dura y sin concesiones.
Aviso, a partir de aquí hay spoiler, o sea, que explico parte de la trama y el final.
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Lobo no era un lobo normal, aprendió a sortear las trampas más elaboradas, como si más allá de un sexto sentido poseyera un séptimo, no servían los cebos envenenados, ni siquiera aquellos que habían sido preparados para que no quedara en ellos olor humano; del mismo modo no sirvieron las trampas, ni siquiera aquellas estratégicamente colocadas en varias combinaciones, después de analizar sus huellas y movimientos. Se burlaba de sus persecutores amontonando las trampas y dejando sus excrementos y orín sobre ellas, y parecía que los castigaba, matando a más ganado del que necesitaba (normalmente esto sucede con las ovejas, por motivos largos de explicar, pero no con las vacas) . Por si fuera poco, aunque por el tipo de caza que llevaban a cabo debería haber sido mucho más numerosa, mantuvo pequeña manada cómo si supiera que aquello le daba más margen de movimientos, y a lo largo de la obra se ven varias de las técnicas que empleó organizando a su grupo. Sin embargo, Lobo no enseñó sólo a sus compañeros de manada, sino que varias manadas de la zona aprendieron de sus técnicas.
La única manera que hubo de atraparlo fue capturando a su compañera, a la que trató de rescatar hasta el final. Esta pérdida le afectó mucho más allá de lo que cabía sospechar, como si no pudiera "pensar" con claridad, y al final cayó en una trampa para la que usaron el cadáver de ella. Pasó varios días atrapado en el cepo antes de que lo fueran a buscar. Entonces, aún trató de atacar; pero en lugar de matarlo, lo ataron.
Al final, él se quedó muy quieto, sin llamar a sus compañeros y sin responder a sus llamados, sin comer o beber nada de lo que le era ofrecido, hasta que varios días después, se murió en la misma postura.
El primer tomo es "Lobo, El Rey". En él Seton, entonces pintor de temática animal, acaba de llevarse una seria decepción después de que en 1892 su pintura "La victoria de los lobos" (en la que aparecian unos lobos mordiendo un cráneo humano) fuera duramente criticada, por considerarla una provocación, al considerar que situaba a la naturaleza por encima del dios cristiano. Seton viaja entonces a Estados Unidos y, paradójicamente, gracias a sus conocimientos como observador de la naturaleza, encuentra trabajo como cazador en un rancho de Nuevo México, que lo lleva a enfrentarse a Old Lobo, o el Rey, líder excepcional de una pequeña manada que está asolando la región. Sin llegar a los ataques a humanos, Lobo es algo así como la Bête de Gévaudan americana (aunque no llega a los a ataques humanos, ni da pie a pensar en conspiraciones...), sus habilidades y comportamientos parecen ir más allá de cualidades naturales de la especie, por lo que se lo llegó a considerar una especie de licántropo. Sin embargo, la historia está contada desde el punto de vista del naturalista.
Seton escribió la historia de este encuentro en "Lobo, the King of Currumpaw", dejando al lector como juez, de un acontecimiento que debió marcarlo profundamente. Se han hecho varias adaptaciones de la historia, incluso una película en 1962, pero ésta es bastante dura y sin concesiones.
Aviso, a partir de aquí hay spoiler, o sea, que explico parte de la trama y el final.
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Lobo no era un lobo normal, aprendió a sortear las trampas más elaboradas, como si más allá de un sexto sentido poseyera un séptimo, no servían los cebos envenenados, ni siquiera aquellos que habían sido preparados para que no quedara en ellos olor humano; del mismo modo no sirvieron las trampas, ni siquiera aquellas estratégicamente colocadas en varias combinaciones, después de analizar sus huellas y movimientos. Se burlaba de sus persecutores amontonando las trampas y dejando sus excrementos y orín sobre ellas, y parecía que los castigaba, matando a más ganado del que necesitaba (normalmente esto sucede con las ovejas, por motivos largos de explicar, pero no con las vacas) . Por si fuera poco, aunque por el tipo de caza que llevaban a cabo debería haber sido mucho más numerosa, mantuvo pequeña manada cómo si supiera que aquello le daba más margen de movimientos, y a lo largo de la obra se ven varias de las técnicas que empleó organizando a su grupo. Sin embargo, Lobo no enseñó sólo a sus compañeros de manada, sino que varias manadas de la zona aprendieron de sus técnicas.
La única manera que hubo de atraparlo fue capturando a su compañera, a la que trató de rescatar hasta el final. Esta pérdida le afectó mucho más allá de lo que cabía sospechar, como si no pudiera "pensar" con claridad, y al final cayó en una trampa para la que usaron el cadáver de ella. Pasó varios días atrapado en el cepo antes de que lo fueran a buscar. Entonces, aún trató de atacar; pero en lugar de matarlo, lo ataron.
Al final, él se quedó muy quieto, sin llamar a sus compañeros y sin responder a sus llamados, sin comer o beber nada de lo que le era ofrecido, hasta que varios días después, se murió en la misma postura.
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)


