Haz lo que debes hacer
Inicio | Buscar | Quienes Somos | Reglas | Reuniones | Contacto | Aviso Privacidad | Usuarios
Editorial | La Realidad | Las AC | Sobre Proceso | Cambios al 2025


Los misterios de Mithra
#1

Mensaje 1 de 2 en la discusión


De: Alias de MSNBrinanSaiwala  (Mensaje original) Enviado: 30/11/2004 23:59

Los Misterios de Mithra

Artículo tomado de la fuente: www. Akhenaton.it
Traducido del italiano por Laura Morandini
(y enviado amablemente a mi correo por NEFERET)

Miles de años antes de Cristo, los Arios, quienes eran los
pobladores de las tierras del Caucaso, adoraban dos divinidades de
nombre Varuna y Mitra. La tradición narra que estos Dioses fueron
los primeros en surgir cuando la Creación: Varuna era el Dios
primordial, mientras que Mitra era el Dios de la luz y la verdad,
por lo tanto era considerado el dios testigo de los juramentos y de
los pactos. Los pueblos Arios invadieron todos los países entonces
conocidos llegando hasta la India.
Desde el principio el dios Mitra tomó el lugar más importante en el
ámbito de las divinidades indo-iraníes, también en virtud de su
estrecha relación con la luz y el sol, estuvo casi por encima de
Varuna.
En el idioma persa moderno "mirh" significa Sol, esto nos indica lo
profunda que era su conexión con Mitra. El Sol como arquetipo
siempre ha representado el bien y la justicia. La importancia de
Mitra está sustentada también por el hecho que aparece en varias
citas en los "Vedas" y en los "Upanishad" que son los más antiguos
textos Hindúes. Aparece también en lo que es llamado "El sacrificio
del caballo" que es el núcleo del mito de la creación. En este mito
se describe que la Divinidad primordial después de haber surgido del
Caos y tras haber separado la tierra del cielo, toma la apariencia
de un caballo para ser sacrificado y desmembrado. Este, por ser un
caballo macho es el símbolo de la fuerza generadora. Gracias a su
sacrificio es que surge el mundo, los animales, los hombres y los
Dioses ; cada uno brota de una parte del cuerpo o de la sangre de la
víctima.
La importancia del caballo se debía a la estrecha relación que
mantenían los Arios con sus animales, lo que les permitió dispersar
a los ejércitos enemigos con sus carros de guerra. Sucesivamente con
la difusión de la religión aria, el caballo de los "Vedas" fue
sustituido en Mesopotamia por la figura imponente de un toro, un
símbolo que se difundió por todo el mundo hasta entonces conocido.
La religión védica había colocado a Mitra como uno de los dioses más
importantes de su panteón. En Persia el "Zoroastrismo" -que había
surgido algunos miles de años antes- no alteró su prestigio y lo
veneró como santo supremo encargado por el dios creador "Ahura
Mazda", para vigilar el mundo desde lo alto de los cielos. Mitra
entonces adquirió, por otro lado, el carácter de un dios salvador
protector de la humanidad, al cual se recurría en las necesidades
cotidianas y, después de la muerte, para ser acompañado en el último
viaje. Esta nueva característica del dios sobrepasó a la misma
religión Mazdaica y, con la diáspora persa, se difundió en el mundo
greco-romano como divinidad autónoma, alrededor de la que se centró
un nuevo corpus religioso: El culto de los misterios Mitraicos. En
este ámbito, Mitra fue identificado con el "Sol Invicto" y fue
venerado como creador y ordenador del mundo, posterior a la matanza
de un toro cósmico del cual surgió la parte buena de la realidad
natural y humana. La matanza del toro (Tauroctonia) aparece
comúnmente en los monumentos Mitraicos, lo que constituía un solemne
sacrificio en el culto al Dios.
Con el pasar del tiempo, Mitra se volvió cada vez más importante
hasta ocupar el rol de Juez ultraterreno , ya que en el momento del
gran juicio universal sopesaría las buenas y malas acciones y
acompañaría a las almas hacia el cielo o las entregaría a las
fuerzas inferiores.
Tanto el Mitra Indú como el Persa mantienen una clara relación con
la fuerza vital, como lo aclara la leyenda del sacrificio del toro.
Mitra personifica la vida y la vitalidad y es enemigo de la
esterilidad la cual por medio de los demonios de las tinieblas
difunde sobre la tierra los males, vicios e impurezas. Mitra cuida
al mundo ya que conoce y puede verlo todo, con miles de oídos y diez
mil ojos observa toda la tierra, nadie puede engañarlo; sabe también
cuando es el momento en que debe intervenir. Sus fieles decían que
desde lo alto de los cielos se lanzaba sobre los impíos y los
malvados y los dispersaba o masacraba, fueran individuos, tribus o
naciones enteras.
El Mitraismo continuó evolucionando a través del tiempo adaptándose
y enriqueciéndose cada vez más con conceptos nuevos, adquiriendo su
máxima expresión y congruencia ideológica en los siglos III y II
a.c.. justo en el período en que fue el máximo impulso de la
astrología. Las representaciones cosmológicas de los Babilonios "
pueblo que tomaba en gran consideración a la astrología hasta el
punto de regular cada momento del día en base a los tránsitos
astrales- dieron al Mitraismo los primeros impulsos hacia una nueva
dirección: la fe en el Dios Mitra se concretó en el sentido de las
representaciones astrológicas, tal como habían sido desarrolladas
por los pueblos antiguos orientales, hacia una religión
cosmológico/planetaria.
La religión del dios Mitra en la época tardía romana se había
convertido en una religión que narraba la lucha entre el dios de la
luz, de la verdad y el dios de la oscuridad y del engaño: el dios
Arhiman.
Plutarco narra que los pueblos de la Cilicia practicaban los ritos
Mitraicos hacia el año 67 a.c. El Mitraismo alcanzó su máxima
difusión geográfica en el siglo III d.c. y finalmente sucumbió a la
expansión del cristianismo "Paulino" hacia el final del siglo IV
d.c. contemporáneamente con la caída del imperio romano de
Occidente.
Los miembros del culto eran en su mayoría militares, funcionarios de
estado y mercantes (las mujeres no podían acceder). Como ocurría
para otras religiones antiguas (entre las que se encuentran los
misterios de Isis y los Eleusinos), para ser miembro del culto de
Mitra era necesario pasar por un ritual iniciático secreto. Los
iniciados tenían la obligación de no revelar a los extraños los
secretos del culto; de aquí deriva el apelativo de mysteria, un
término de raíz griega que significa "mantener el silencio".
La palabra "misterio" y otras a ella relacionadas,
como "misticismo", derivan todas del nombre griego dado a este tipo
de culto. El Mitraismo estaba organizado en estadios de iniciación
distintos que formaban una estructura jerárquica a través de la cual
sus miembros progresaban.
De los secretos del culto se deriva el hecho que no existen
testimonios escritos acerca del Mitraismo. En consecuencia las
únicas informaciones disponibles a los estudiosos que tratan de
reconstruir las doctrinas están dadas por las complejas
representaciones e inscripciones que adornan los sacrarios o
mitreos. Estos muestran escenas en las que el dios es protagonista y
las imagen más importante es la Tauroctonia en la cual Mitra
acompañado por diversos personajes aparece en el acto de matar al
toro. Esta representación está colocada en un lugar de honor en
todos los Ipogei o templos subterráneos de Mitra y por lo tanto
queda claro que esta imagen es la clave de los secretos más
recónditos del culto Mitraico. En ausencia de una documentación
escrita, su interpretación se ha revelado decididamente difícil.
Si visitamos los niveles inferiores de la Iglesia de San Clemente en
Roma podemos admirar un mitreo en cuyo altar vemos la representación
del toro ritual acompañado por los símbolos tradicionales del
zodíaco.
Eubulo, autor clásico que vivió en el I o II siglo d.c. afirmó que
estos templo subterráneos eran entendidos como "una imagen del
Cosmos". Entonces pareciera que la Tauroctonia fuera entendido como
un símbolo astral.
Platón en su diálogo "Timeo" escribe que el demiurgo inició la
creación del universo modelando la materia en la letra X. Muchos
autores concuerdan en afirmar que Platón quería indicar con este
símbolo el punto de encuentro entre la eclíptica y el ecuador
celeste. No será suficiente repetir que conceptos tales como
horizonte, eclíptica, ecuador celeste, eran para los pueblos
antiguos conceptos reales de experiencia cotidiana, en contraste con
nosotros del siglo XX, que contamos con instrumentos y cielos
opacos.
En el culto mitraico era fundamental el agua. De hecho existe una
referencia continua al agua de la inmortalidad en los baños
rituales, en la antesala de los mitreos había tinas para las
inmersiones rituales semejando un bautismo hecho con agua y miel.
En el mitreo de Santa Prisca de Roma una inscripción dice que de la
fuente en la roca abierta por el Dios emerge el "Soma": la bebida de
los dioses que da la inmortalidad. Es natural la analogía con "el
agua de la vida" que los Sumerios suponían que llovía sobre la
tierra desde el cedro celeste. Por otro lado, los planetas a los que
los Babilonios asociaban las propias divinidades pasaban al ocaso
cada día, o para ser más explícitos morían cada día y antes de
surgir a nueva vida necesitaban una bebida de resurrección: como el
iniciado que con la bebida mística surgía a la verdadera vida.
Probablemente la representación iconografica del milagro del agua,
realizado por Mitra llamaba la atención de los Mitraicos sobre la
fuerza y el poder que ejercía el agua en la liberación del pecado y
de la culpa. Los diferentes grados de consagración en las doctrinas
mitraicas hacían suponer a los novicios que justo en el momento de
observación de la imagen del milagro del agua de Mitra, podía
esperarse una manifestación concreta cuya profundidad era develada
solo por medio de la iniciación.
En diversas representaciones iconograficas aparece Mitra golpeando
al cielo por encima de él con rayos. Se trata una confirmación de su
derivación de la tradición antigua persa, según la cual el cielo era
considerado una roca.
El motivo central de las imágenes del altar mitraico son Mitra y el
toro, mostrando cada momento en que el héroe divino clava un puñal
en el cuello del animal. La matanza del toro es el climax y al mismo
tiempo el episodio más importante de la vida de Mitra. En
bajorrelieves y estatuas de mármol, Mitra vuelve la cabeza hacia el
cielo, en dirección del Sol /Helios, mientras mata al toro con su
cuchillo de caza. Los monumentos más preciosos muestran a un héroe
joven, la expresión del rostro es "seráfica". De la expresión del
rostro se vislumbra sobretodo una obediencia dolorosa: es como si el
héroe combatiera contra sí mismo en el acto de matar al noble
animal.
Dos personajes siempre presentes en las representaciones, son Caute
y Cautopate, quienes son dos tedosforos. Generalmente aparecen en
una actitud ostensiblemente indolente, con las piernas
entrecruzadas: Caute sostiene una antorcha hacia lo alto, Cautopate
la mantiene dirigida hacia la tierra. Lo más cierto es que no son
ayudantes de Mitra, ya que no participan en el sacrificio del toro.
Representan la vida y la muerte, los dos polos entre los que se
mueve nuestra existencia, y en los que se concretaban, tanto en la
antigüedad como hoy en día los problemas centrales de la religión y
la filosofía. A veces Caute aparece en imágenes junto a un
gallo: "el pájaro Persa", que con su canto aleja a los demonios
malvados. (los pollos eran casi desconocidos por los romanos y
fueron usados como animales de corral sólo en el Medio Evo).
En el mitreo de Santa Prisca, Caute aparece dentro de un nicho de
color anaranjado claro, mientras que Cautopane en uno azul oscuro.
Ambas son divinidades de la luz y junto a Mitra forma una suerte de
trinidad: visten pequeñas tiaras como Mitra y están relacionados con
el sol. Caute representa el sol del amanecer, Cautopane el sol del
ocaso, mientras que Mitra es el sol en su máxima expresión, cuando
atraviesa el meridiano, irradiando su mayor fuerza. Se encuentra en
el vértice de esta trinidad y por tanto corresponde a la divinidad
superior.
Otra figura fundamental en el mitreo era Zervan, el dios de la
cabeza de león. Regularmente estaba representado como un joven con
una actitud severa, con los pies colocados uno al lado del otro, y
con la particularidad que sus órganos genitales no estaban a la
vista. Recordemos que en la antigüedad los genitales estaban
habitualmente evidenciados, por lo que se piensa que se trataba de
un hermafrodita, es decir, de una persona de sexualidad ambivalente,
por tanto el iniciado encontraba en él un sentido profundo. El Dios
Zervan era el dios del tiempo Infinito.
Con el inicio de la predicación de Zoroastro-Zaratustra, "Ahura
Mazda", el dios de la creación y principio del bien y Arhiman, el
espíritu malvado, se convirtieron en los hijos gemelos de Zervan.
Zervan representa el destino, frente al cual se encuentran sometidos
tanto los hombres como los dioses y que puede ser definido
astrológicamente. No sabemos de qué manera fue introducida la figura
de Zervan en el ritual mitraico, que se desarrolló gradualmente en
el curso de los años. Sin embargo en el siglo XI a.c. en la
iconografía aparece la imagen de una serpiente que rodea las
representaciones del mundo o de la divinidad. La serpiente, che
rodea a Zervan-Aion, representa alegóricamente la eternidad y
simbólicamente una elipse: el camino que recorre el sol a través la
figuras del Zodiaco. Para el adepto los circunvalaciones de la
espiral del tiempo son el camino hacia la luz del conocimiento,
hacia la cabeza del León, el símbolo del Sol.(Continua en siguiente mensaje)

El usuario Arjuna es el resultado de mezclar usuarios temporales usados para respaldar foros. No corresponde a una persona individual sino a un esfuerzo conjunto de usuarios del foro Rojo Intenso.
Responder
#2

Mensaje 2 de 2 en la discusión


De: Alias de MSNBrinanSaiwala Enviado: 01/12/2004 0:03

Muchas veces se trata de siete espirales, coincidiendo con los siete
planetas y a veces con cuatro espirales en relación a los cuatro
elementos.
Otro personaje cardinal de la versión romana del mitraismo es el sol
contra el cual Mitra tuvo que pelear como prueba fundamental y por
razones que permanecen a nosotros oscuras. Después de encontrar la
paz entre ambos, todo se concluye con un Ágape común y un banquete.
En honor a estos dioses los hombres continuaron la tradición del
Ágape.
Los frescos pintados alrededor del año 220 d.c, en el mitreo de
Santa Prisca en Roma, corresponden a la época de oro del culto de
Mitra. Aquí el Sol y Mitra comen a la manera típica de los antiguos
Romanos, es decir, echados sobre triclinios detrás de una pequeña
mesa mientras son servidos por iniciados. Uno lleva una máscara de
cuervo y otros son llamados leones como se lee en las inscripciones.
Sus dones son el pan, una cratera, un gallo o bien algunas velas. El
Sol está adornado con un largo traje rojo y un cinturón dorado,
mientras su piel resplandece con una aureola de luz. Mitra lleva un
manto rojo y se le reconoce por su tiara roja. Las imágenes y los
relieves, testimonios del banquete, muestran como alimentos la carne
del toro, o en su lugar aquella de otros animales, panes, frutas y
pescados. Están representadas viñas, las cuales eran consideradas
sagradas ya que de ellas se derivaba la bebida del culto.
El techo de los mitreos era un cielo artificial, en el mismo se
realizaban orificios donde se colocaban pequeñas antorchas. La idea
del firmamento estaba reforzada por las estrellas blancas dibujadas
sobre el fondo azul. Las imágenes de los signos zodiacales estaban
colocadas sobre el friso del altar, o bien sobre un lazo con las
representaciones de los signos del Zodiaco que se colocaba en forma
de arco sobre la entrada de la gruta.
¿Como se explica que los misterios dedicados a un dios solar se
desenvolvieran en grutas oscuras? Intuitivamente podemos afirmar que
se trataba principalmente de luz interior, es decir, la luz del
espíritu. También porque la luz del sol penetrando solo por pequeñas
aperturas generaba en el santuario una especie de semi oscuridad
solemne a la que no se renunciaba ni siquiera en las iglesias
cristianas. Las llamas de los altares para los sacrificios debían
dar vida a los relieves y a las esculturas por medio del juego de
las sombras, concebidas también para facilitar al alma indagadora la
búsqueda de sí misma. Tal atmósfera solemne debía además contribuir
a despertar en la conciencia de los fieles pensamientos y
sensaciones que eran parte integradora de las ceremonias.
No sabemos de qué naturaleza eran las técnicas meditativas y
estáticas que se practicaban, sabemos que era fundamental como en el
Yoga la manera correcta de respirar. De hecho, varias inscripciones
en los mitreos dicen que "el modo de respirar correcto y profundo
ensancha el espíritu y lo abre al reconocimiento de la dimensión de
la divinidad"
La iniciación en los misterios mitraicos ocurría siguiendo una serie
de siete etapas, porque la astrología antigua conocía siete
planetas, es decir el sol, la luna y los cinco planetas Mercurio,
Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
Quien pertenecía a uno de los primeros tres grados de iniciación
mitraica no estaba aún autorizado a formar parte de los misterios
verdaderos, lo que sí se permitía para los iniciados de los cuatro
grados superiores. Solo después que el individuo había dado pruebas
suficiente de estar en grado no solo de comprender la matanza del
toro por parte de Mitra, si no también de actuar este sacrificio;
entonces se le abría la puerta hacia el mundo del verdadero
conocimiento.
Los adeptos mitraicos vestían en circunstancias particulares unas
máscaras que hacían comprender, aunque fuera solo de forma puramente
exterior, a que grado de consagración pertenecían.
El primer grado de iniciación mitraica era la del cuervo. De hecho,
leemos en los frescos de Santa Prisca "Vivan los cuervos, que están
bajo la protección de Mercurio!", y el mosaico de Ostia presenta
bajo la forma de los símbolos de los siete grados de consagración
los atributos del primero de ellos: el cuervo, copa y vara de
Mercurio (caduceo).
El cuervo era para los Persas el pájaro sagrado del sol y de la luz
y debe de haber tenido acceso desde los tiempos antiguos al culto de
Mitra, ya que las imágenes de los altares de los mitreos, mostraban
a un cuervo entre el sol y Mitra. Es evidente su función de
mediador, él comunica a Mitra la tarea de matar al toro encargada
por el dios sol. Era además evidente que ponía al iniciado-cuervo
bajo la protección de mercurio, el mensajero de los dioses. Como es
sabido, el dios está representado con alas en la cabeza y con el
caduceo de Hermes a quien él mismo da nombre. Este caduceo en su
origen no debe de haber sido una "vara en forma de serpiente", si no
más bien una rama de olivo adornada por cintas a las que se le
atribuye una fuerza mágica y protege a quien lo lleva consigo
preservandolo de los horrores del inframundo. Hermes/Mercurio
simboliza al psicopompo , la guía del alma. Ayuda en la concepción
de los niños y los trae a la luz y con su vara mágica, además,
cierra los ojos de aquellos que acompaña al Hades.
De los atributos relativos al grado de consagración del cuervo se
puede deducir cuál era su función en el ámbito del servicio
mitraico. El fiel se convertía en un cuervo mitraico a través de la
ceremonia de iniciación desde el momento en que el "Pater" con una
espada ofrecía al futuro guerrero una corona de laurel en un gesto
solemne. Es sabido que en la antigüedad la comunidad mitraica
dependía de la madurez, de la sabiduría y de la virtud de
un "Pater". El Pater de los misterios era un sabio, iniciado en el
verdadero significado de los siete grados mistericos, un fiel
seguidor de Mitra, un depositario de la sabiduría antigua, pero
también capaz de estimular y de proveer en calidad de pastor a la
productiva existencia de su comunidad. La posición de Padre no era
un cargo honorífico, más bien se trataba de un honor que derivaba de
una supremacía espiritual que le garantizaba también admiración y
respeto. Las insignias del honor de un Padre, la tiara, la vara y la
pátera de hieronfante, -también llamado Padre supremo- junto con la
oz: estos son los signos exteriores de un "magister sacrorum"
El "pater sacrorum", el padre de los misterios, se encuentra bajo la
protección de Saturno, como se puede derivar de otra inscripción
contenida en el mitreo de Santa Prisca de Roma. De hecho, sobre la
imagen del fresco del Padre era posible leer: " Salud a los padres,
de Oriente hasta Occidente, bajo la protección y la tutela de
Saturno". No nos sorprende el hecho de que una inscripción que hace
referencia a un Padre le coloque después el título de "estudioso de
la astrología".
Según el simbolismo astrológico, Saturno lleva al hombre a la
profundización, a la madurez, al discernimiento, a la sabiduría y
por tanto al conocimiento. El destino de Saturno no es simple, ya
que Saturno es también el planeta que simboliza el dolor y la
renuncia. Si el último grado de iniciación mitraica estuvo bajo la
protección de Saturno, entonces la tarea religiosa de este sacerdote
de los misterios era justamente indicar a los fieles el camino hacia
la comprensión de los acontecimientos espirituales que se
encuentraban a la base de la experiencia humana.
En los mitreos la llama sagrada ardía día y noche sobre los altares
dedicados al fuego. Una de las tareas principales de los sacerdotes
era justamente estar atentos y no dejar que la llama se apagara.
Ellos conservaban las vestiduras de los sacerdotes persas. El
sacerdote pronunciaba tres veces al día las oraciones con las que
invocaba al sol y se colocaba en la mañana hacia oriente, a mediodía
hacia el sur y en la tarde hacia occidente.

Resumimos ahora los grados iniciáticos en detalle y sus atributos:
1. El cuervo o el mensajero bajo la protección de Mercurio. Este
primer grado estaba excluido de ceremonias de nivel superior y los
iniciados no podían entrar en le mitreo durante su celebración.
2. El Ninfo, el espíritu de los bosques bajo la protección de Venus
con la antorcha y con el diadema.
3. El soldado bajo la protección de Marte con el escudo y la lanza.
4. El león bajo la protección de Júpiter; en el momento de la
elevación se le colocaba miel en las manos como símbolo de
purificación.
5. El persa bajo el dominio de la luna llevaba una antorcha y la
pequeña oz se relacionaba con los baños rituales que no se
ejecutaban con agua si no más bien con miel. Decía Porfirio: "Cuando
al persa se le entregaba la miel, se le daba por su virtud de
cargador de los frutos", ya que la religión colocaba en la luna el
símbolo de todas las mutaciones y cambios.
6. Eliodromo, la auriga bajo el dominio del Sol, vestido con un
manto rojo y un cinturón amarillo con una corona solar en la cabeza.
Ponía en escena el destino de Mitra y el banquete sagrado que unía y
asimilaba Mitra con el Sol.
7. El pater, bajo el dominio de Saturno envuelto en una manta roja
con la capucha depositario de sabiduría antigua. Saturno es el
planeta más lejano y representa una visión más allá de lo mundano y
una comprensión de los misterios colocados en la base de la
existencia humana.


La virtud y la equidad distinguían a los seguidores de Mitra, así
como la fidelidad absoluta al juramento y la lealtad. Del dualismo
de Zoroastro había derivado una moral llena de fuerza, que permitía
al seguidor de Mitra insertarse con mayor facilidad en un mundo
caracterizado por la falta de justicia y una falsa moral. No
llegaron hasta nosotros los "mandamientos" que un seguidor de Mitra
debía observar. Según la ética tomada de los persas la vida en común
dentro de una confraternidad mitraica se desarrollaba de forma
ordenada, cosa que naturalmente llenaba de fama y ejercía un cierto
efecto hacia el exterior, así como los sentimientos fraternos que
unían a los iniciados.
En la visión cosmogónica mitraica el alma había llegado a la tierra
desde el cielo. Había pasado a través de las esferas de los planetas
recibiendo en cada uno de ellos el influjo correspondiente; al
morir, retornaba recorriendo el mismo camino bajo la compañía de la
guía de los muertos, normalmente el dios sol o bien el mismo Mitra.
En cada planeta hacia una pausa y se despojaba del ropaje del
tiempo, es decir, de los defectos y virtudes que el mismo planeta le
había conferido. Ante cada una de las siete estaciones había una
puerta a través de la que podía pasar solo el alma que conocía la
contraseña, es decir, el alma iniciada. En la última de las siete
estaciones ocurría el paso hacia la octava esfera donde al difunto
le era entregada la eterna bienaventuranza, ya era como los Dioses.

Dejemos a un lado la visión iniciática y vamos a considerar la parte
netamente científica que no es menos importante. Observamos con
otros ojos el icono fundamental del culto de Mitra que es la imagen
de la Tauroctonia. Si consideramos todas las representaciones y las
proyectamos con la imaginación sobre la esfera celeste tendremos una
sorpresa.
Las imágenes ante nuestros ojos parecen ser un verdadero mapa
estelar, hemos ya visto como las creencias astrológicas permearon la
vida religiosa e intelectual del mundo mediterráneo hacia la época
en la que tuvo origen el mitraismo.
Los 12 signos del Zodiaco y los símbolos del Sol, de la Luna y de
los planetas aparecen frecuentemente tanto asociados a la
Tauroctonia como en la complejidad del arte mitraica.
Además de Mitra y el toro, las escenas de tauroctonia contienen
otras figuras diferentes: un perro, una serpiente, un cuervo, un
escorpión, y a veces también un león y una copa. No es casualidad
que cada una de estas figuras corresponda a una constelación: El can
menor, la hidra, el cuervo, el escorpión, el león y la taza. El toro
obviamente corresponde a la constelación homónima.
Estas siete constelaciones están correlacionadas tanto en el cielo
como en la escena de la tauroctonia. Con excepción del león , estas
yacen sobre una línea definida de una antigua posición del ecuador
celeste. Este último es la proyección del ecuador terrestre sobre la
esfera celeste: es un círculo imaginario inclinado en 23 grados
respecto al plano de la orbita terrestre. El ecuador celeste corta
el plano de la orbita en correspondencia a los puntos de equinoccio
donde el Sol, cumpliendo su recorrido anual sobre la eclíptica pasa
en los equinoccios de otoño y de primavera.
En la antigüedad al ecuador celeste no se le consideraba un círculo
imaginario, los astrólogos antiguos creían que la tierra estaba
colocada en el centro del universo y que era inmóvil. Las estrellas
fijas estaban colocadas sobre una gran esfera y cumplían una
rotación completa alrededor de la tierra en un día; el eje de
rotación pasaba por los polos de la esfera.
Los polos y el ecuador tenían una importancia fundamental en la
interpretación de la estructura del cosmos dada por los antiguos. En
consecuencia, el concepto de ecuador celeste era mucho más común en
la antigüedad de lo que lo es hoy en día. En la antiguedad se
pensaba que el eje de la esfera celeste era inmóvil, así como la
tierra. En realidad el eje de rotación terrestre (el nombre actual
del antiguo eje cósmico) no es fijo si no que realiza un movimiento
de oscilación y dado que el ecuador celeste se mueve solidamente con
el eje las posiciones relativas del ecuador y de la eclíptica
cambian. Esto es lo que se llama la presesión de los equinoccios,
por la cual la posición del sol en el cielo en el equinoccio de
primavera retrocede sobre la eclíptica, por esta razón el equinoccio
se anticipa ligeramente de un año a otro. El punto equinoccial
emplea 25920 años para regresar a punto de inicio en el cielo
después de haber cumplido una presesión completa; el Sol necesita en
promedio 2160 años para atravesar una constelación. Actualmente el
equinoccio de primavera cae en la constelación de Piscis, hacia el
2200 pasará a Acuario. En la época greco-romana el equinoccio de
primavera se encontraba en Aries, constelación en la que había
entrado alrededor del 2000 a.c, después de haber dejado a Tauro.
Con la excepción de Leo, todas las constelaciones que aparecen en
las escenas de la Tauroctonia yacen sobre una línea que correspondía
al ecuador celeste cuando el equinoccio de primavera se encontraba
en Tauro. Por lo tanto, la posición de las constelaciones en la
Tauroctonia corresponde a una situación astronómica que existía 2000
años antes del origen del Mitraismo. Digno de mencionar es el hecho
que el equinoccio de primavera caía en la constelación de Leo
alrededor del 10.000 a.c. numero que en los tiempos antiguos era
utilizado para indicar el infinito y esto nos recuerda a Zervan, el
León/tiempo infinito. Este es también el período en que fueron
construidas las pirámides de Giza.
Ahora el significado de la Tauroctonia parece más claro: la muerte
del toro probablemente era una manera simbólica para indicar la
finalización del reino de Tauro como constelación del equinoccio de
primavera y el inicio de una época nueva, la finalización de la edad
de Oro y el inicio de la decadencia. Matando al toro –es decir,
provocando la presesión de los equinoccios- Mitra movía, de hecho,
el universo entero. Una divinidad capaz de cumplir una acción tan
extraordinaria era sin duda merecedora de veneración por encima de
cualquier otra. Se podía considerar además, que Mitra agregaba otros
poderes a la capacidad de mover el universo, tales como la
posibilidad de sobrepasar las fuerzas del fatum que residía en las
estrellas y garantizar al alma después de la muerte un pasaje seguro
a través de las esferas de los planetas.
Otras imágenes ligadas al culto indican que efectivamente se creía
que Mitra disponía de tal poder cósmico, en algunas escenas el dios
lleva sobre la espalda la esfera del universo, en otras el joven
Mitra tiene la esfera cósmica en una mano mientras con la otra hace
girar el Zodiaco. En diversas escenas de tauroctonia el cielo
estrellado aparece contenido bajo el manto de Mitra.
El hecho que la fuerza responsable de la presesión de los
equinoccios estuviera identificada con Mitra pudiera también
explicar el secreto que envolvía los misterios mitraicos. Los
seguidores podían sin duda estar convencidos que sus conocimientos
constituían un potente secreto para reservar a un círculo
restringido y seleccionado de iniciados.
Hay aún un punto por aclarar: si todas las figuras en las escenas de
la tauroctonia representan constelaciones, entonces, ¿a cuál
constelación pertenece Mitra? En las representaciones el dios está
colocado por encima del toro y siempre aparece como un joven que
empuña la daga y lleva una tiara, por lo que pareciera estar
identificado con el héroe griego Perseo. Además, Perseo era venerado
como un dios en Cilicia, la región en que Plutarco plantea los
orígenes del mitraismo.
Un ultimo particular digno de mención es que en los techos delos
mitreos se realizaban unos claros que comunicaban con el exterior.
Son aún visibles los del mitreo de San Clemente, en general en
numero de cuatro. Alrededor de los cincuenta mitreos que existen en
Europa, casi todos están orientados hacia el norte, y los claros
hacia el este y oeste. Estos entradas de luz recuerdan los pozos
que, en la pirámide de Keops, salen del cuarto del rey y de las
reinas y también se encuentran alineados con varias constelaciones
de hace miles de años.
Todos los datos que hemos considerado nos recuerdan de manera
intensa el templo masónico. ¿Podemos suponer que el mitraismo sea
uno de los padres de la masonería? La respuesta es seguramente
afirmativa. Ya la simple observación de los mitreos nos induce a una
sensación de deja-vu.
La forma del templo era como el de un paralelepípedo, es decir la de
dos cubos pegados. El techo estaba cubierto de estrellas y debía
simular la esfera celeste. A los lados, dos filas dobles de bancos
en disposición variable según el grado de iniciación. En el centro
dos altares uno de los cuales era para los sacrificios. El dios
estaba acompañado por dos "supervisores" como en el triangulo de
logia. Los dos tedoforos tienen dos antorchas que están sostenidas
una hacia arriba y otra hacia abajo según las fases de la ceremonia
y que serán sustituidas por pequeñas columnas. Las manos de los
adeptos estaban inmaculadas y por esto se les untaba miel. Hoy en
día se llevan guantes. En la antesala del mitreo había un cuarto que
corresponde al pequeño cuarto de reflexión donde es dejado el adepto
antes de la iniciación.
Los candidatos y los hermanos –porque así se llamaban entre ellos-
debían ser hombres libres y de buenas costumbres, al punto que los
seguidores del culto eran ejemplo de ciudadanos de mérito. Las
mujeres no estaban admitidas y el secreto era férreo sobre todo a lo
que concernía los rituales. Por todo lo dicho, se puede observar que
es notable la semejanza con la institución de la masonería.


Bibliografía

1. Vermaseren, M,J. "Corpus Inscriptorum et Monumentorum Religionis
Mithriacaer". Den Haag. 1960

2. Vermaseren, M,J "Der Cult Mitras im Romischen Germanien" Den
Haag. 1974

3. Schutze, A. "Mitras". Stuttgart . 1972

4. Von Pronay A. "Mitras und die geheimen kulte der Romer".
Freiburg. 1989



El usuario Arjuna es el resultado de mezclar usuarios temporales usados para respaldar foros. No corresponde a una persona individual sino a un esfuerzo conjunto de usuarios del foro Rojo Intenso.
Responder


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: