"La noción de que los aztecas sin excepciones recibieron a los conquistadores españoles pasivamente como dioses es sencillamente un mito.
Arqueólogos que excavaron en el estado de Tlaxcala, en México, extrajeron los restos mutilados de alrededor de 550 personas que formaban parte de una caravana de invasores españoles. Los corazones de muchos de ellos habían sido extirpados por sacerdotes aztecas. Otros fueron descuartizados, hervidos y devorados.
"Este es el primer lugar en el que hay tantas pruebas de que hubo una resistencia a la conquista", le dijo a Prensa Asociada Enrique Martínez, que encabezó la excavación. "Demuestra que no hubo sumisión, sino batalla".
El descubrimiento respalda recuentos contemporáneos de una masacre ocurrida en 1520 para vengar la muerte de un rey azteca. Entre las víctimas figuraban conquistadores españoles y guías mayas indios y del Caribe.
Se reporta que los aztecas mantuvieron a los prisioneros de ambos sexos en jaulas durante meses, seleccionando cada mañana a algunos de ellos para hacer rituales de sacrificios.
Al enterarse de la masacre, el conquistador Hernán Cortés le cambió el nombre del pueblo a Tecuaque, que significa "donde la gente había sido devorada", y luego envió un ejército para destruirlo. "
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