09-07-2006, 10:08 PM
No sé que interés tiene ver a alguien morir por la TV... ni en un accidente de tráfico...
Hoy en día se tienen relaciones raras con el sufrimiento, y la muerte... no hay respeto, ni comprensión, ni nada. A excepción, supongo, que para los que están conscientes e implicados en el proceso, es algo irreal. A veces no sé si es realmente una cuestión de morbosidad, o de andar muy, muy perdido.
Lo de Natasha ... la respuesta que dió viene a dar un portazo en todas las narices asomadas. Por razones obvias no encaja con el entorno social. Pero creo que es normal que se hagan la pregunta, porque su historia remite en cierto modo al mito. Luego la historia real no importa, el caso es como la gente se proyecta en la misma. Están fantaseando.
Se fantasea mucho con el amor y el sufrimiento, se recrea un mundo imaginario desde la distancia, pero luego cuando estás metido en alguno de los dos, todo se ve de otro modo, a menudo más sereno y más práctico. Tal vez porque no hay de otra, se pierde el romanticismo.
Pero todas esas cosas pulsan viejos resortes. Tampoco cleo que sea cuestión de demonizar esos impulsos, sino más bien de entender de dónde nacen, qué carencias manifiestan, qué dicen de nosotros... en cierto modo son asuntos del barro original que no conviene desatender a golpe de racionalismo.
Vamos, como siempre "ni tanto, ni tan poco".
P.D: Mmmmmm creo que estaba pensando en voz alta. XD
Hoy en día se tienen relaciones raras con el sufrimiento, y la muerte... no hay respeto, ni comprensión, ni nada. A excepción, supongo, que para los que están conscientes e implicados en el proceso, es algo irreal. A veces no sé si es realmente una cuestión de morbosidad, o de andar muy, muy perdido.
Lo de Natasha ... la respuesta que dió viene a dar un portazo en todas las narices asomadas. Por razones obvias no encaja con el entorno social. Pero creo que es normal que se hagan la pregunta, porque su historia remite en cierto modo al mito. Luego la historia real no importa, el caso es como la gente se proyecta en la misma. Están fantaseando.
Se fantasea mucho con el amor y el sufrimiento, se recrea un mundo imaginario desde la distancia, pero luego cuando estás metido en alguno de los dos, todo se ve de otro modo, a menudo más sereno y más práctico. Tal vez porque no hay de otra, se pierde el romanticismo.
Pero todas esas cosas pulsan viejos resortes. Tampoco cleo que sea cuestión de demonizar esos impulsos, sino más bien de entender de dónde nacen, qué carencias manifiestan, qué dicen de nosotros... en cierto modo son asuntos del barro original que no conviene desatender a golpe de racionalismo.
Vamos, como siempre "ni tanto, ni tan poco".
P.D: Mmmmmm creo que estaba pensando en voz alta. XD
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)

