01-08-2008, 06:05 AM
Kizaemon convence a Otsu de que acepte su invitación para ir a Koyagyu, y poco después ambos se despiden de Jotaro, sin que Otsu llegue a sospechar que el maestro del que habla éste es en realidad Musashi.
Musashi llega al templo Hozoin, donde la presencia de vagabundos que desean recibir una lección de los maestros de la lanza resulta bastante habitual. Musashi se enfrenta a uno de los discípulos y le mata durante el duelo. Nikkan, abad del templo adyacente de Ozoin, interroga a Musashi y le previene de su propia fuerza, indicándole que no tiene nada que aprender en Hozoin y que si quiere aprender más le mire a los ojos. Musashi descubre que no es capaz de sostener la mirada de Nikkan y siente que ha resultado perdedor de un duelo que no ha logrado comprender.
Entonces se hospeda en casa de una viuda para esperar la llegada de Jotaro. Su presencia en la localidad suscita gran expectación, dada su reputación después del incidente en Hozoin. Es contactado por varios ronin del lugar, que pretenden sacar provecho de su destreza en duelos con apuestas, pero se niega de plano y les ofende. Jotaro le entrega la respuesta de la escuela Yoshioka, que acepta un segundo duelo para dentro de un año.
Cuando Musashi está dispuesto a partir, le llegan rumores de que han aparecido carteles firmados por él en los que se burla de las habilidades marciales del Hozoin y que, en consecuencia, los monjes buscan vengarse de él y le esperan en la planicie de Hannya. El conflicto ha sido instigado por el grupo de ronin ofendidos, que intentan unir sus fuerzas a las de los monjes para acabar con él. Cuando se produce el encuentro, descubre que los monjes no tienen en realidad intención alguna de enfrentarse a él y que han utilizado la situación como subterfugio para acabar con el grave problema que suponía la presencia de los rónin incontrolados en la zona. Jotaro, por su parte, se da cuenta de que su maestro no es el debilucho que él había imaginado.
Tras las explicaciones que siguen al incidente, Musashi pide de nuevo a Nikkan que le aconseje. Éste le repite que no debe enorgullecerse de su fuerza, y que de seguir comportándose como lo ha hecho ese día, no vivirá para cumplir los treinta.
Musashi llega al templo Hozoin, donde la presencia de vagabundos que desean recibir una lección de los maestros de la lanza resulta bastante habitual. Musashi se enfrenta a uno de los discípulos y le mata durante el duelo. Nikkan, abad del templo adyacente de Ozoin, interroga a Musashi y le previene de su propia fuerza, indicándole que no tiene nada que aprender en Hozoin y que si quiere aprender más le mire a los ojos. Musashi descubre que no es capaz de sostener la mirada de Nikkan y siente que ha resultado perdedor de un duelo que no ha logrado comprender.
Entonces se hospeda en casa de una viuda para esperar la llegada de Jotaro. Su presencia en la localidad suscita gran expectación, dada su reputación después del incidente en Hozoin. Es contactado por varios ronin del lugar, que pretenden sacar provecho de su destreza en duelos con apuestas, pero se niega de plano y les ofende. Jotaro le entrega la respuesta de la escuela Yoshioka, que acepta un segundo duelo para dentro de un año.
Cuando Musashi está dispuesto a partir, le llegan rumores de que han aparecido carteles firmados por él en los que se burla de las habilidades marciales del Hozoin y que, en consecuencia, los monjes buscan vengarse de él y le esperan en la planicie de Hannya. El conflicto ha sido instigado por el grupo de ronin ofendidos, que intentan unir sus fuerzas a las de los monjes para acabar con él. Cuando se produce el encuentro, descubre que los monjes no tienen en realidad intención alguna de enfrentarse a él y que han utilizado la situación como subterfugio para acabar con el grave problema que suponía la presencia de los rónin incontrolados en la zona. Jotaro, por su parte, se da cuenta de que su maestro no es el debilucho que él había imaginado.
Tras las explicaciones que siguen al incidente, Musashi pide de nuevo a Nikkan que le aconseje. Éste le repite que no debe enorgullecerse de su fuerza, y que de seguir comportándose como lo ha hecho ese día, no vivirá para cumplir los treinta.
Marco Antonio Arenas Chipola fue expulsado por insultar a mujeres y reclutador para sectas. Se confirma en el año 2009 que ha sido reclutado por la secta templo de la serpiente emplumada, y que realizó robo de un perro con pedigree hacia nuestra AC, además de despojo a su maestro de artes Marciales, Hoffner Long.
