01-14-2008, 03:15 PM
Yicha, es la montura de Bastian y uno de mis personajes preferidos.
Ya la primera noche, Bastián había buscado un rincón especial para Yicha, porque a la mula le gustaba estar de vez en cuando sola sumida en sus pensamientos. La compañía de los caballos, que no hablaban entre ellos más que de sus respectivos orígenes distinguidos y de sus nobles árboles genealógicos, le molestaba. Cuando Bastián, esa noche, llevó a la mula a su sitio, ella le dijo:
-Señor, yo sé por qué no adelantamos.
-¿Cómo vas a saberlo, Yicha?
-Porque te llevo, señor. Cuando sólo se es burra a medias, una se da cuenta de todo lo imaginable.
-¿Y cuál es el motivo, según tú?
-Que no deseas continuar, señor. Has dejado de desear algo.
Bastián la miró sorprendido.
-Realmente eres un animal muy sabio, Yicha.
La mula balanceó confundida sus largas orejas.
-Sabes en qué dirección nos hemos movido realmente?
-No -dijo Bastián-, ¿lo sabes tú?
Yicha asintió.
(...)
-No puede ser -dijo Bastián dudoso-, Atreyu lo hubiera notado y Fújur con mayor razón. Y ninguno de los dos lo sabe.
-Las mulas -dijo Yicha- somos criaturas sencillas y, desde luego, no podemos compararnos con los dragones de la suerte. Pero hay algunas cosas que sí sabemos hacer, señor. Y una de ellas es orientarnos. Es algo innato en nosotras. Nunca nos equivocamos.
-¡Gracias, señor! -contestó Yicha a su estilo simple, y se fue.
Bastián se quedó mirando largo tiempo cómo se iba trotando, sin sentirse demasiado contento de haberse deshecho de ella. (...) Una y otra vez se dijo que había satisfecho el mayor deseo de Yicha. Pero aquello no disipó su humor sombrío. Importa mucho el cuándo y el cómo se hace algo por alguien.
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)

