01-29-2008, 01:45 PM
Con una sonrisa en los labios, Musashi salió de detrás de un árbol y permaneció en el lugar donde Kojiró había estado. Se alegraba de haberse desembarazado de él. Le desagradaba un hombre que se complacía en ver morir al prójimo, que observaba impasible mientras otros arriesgaban sus vidas por causas que eran importantes para ellos. Kojiró no era un espectador inocente, motivado tan sólo por el deseo de aprender, sino un entrometido engañoso e intrigante, siempre dispuesto a congraciarse con ambos bandos, siempre presentándose como el tipo espléndido que quiere ayudar a todo el mundo.
Pág. 220.
No es que hubiera olvidado la lección que le enseñó Takuan: el hombre realmente valiente es el que ama la vida y la estima como un tesoro que, una vez perdido, jamás puede ser recuperado. Sabía muy bien que vivir significaba algo más que limitarse a sobrevivir. El problema consistía en impregnar su vida de significado, en asegurar que su vida lanzara un brillante rayo de luz en el futuro, aun cuando resultara necesario entregar esa vida por una causa. Si lograba hacerlo, la duración de su vida, tanto si eran veinte años como setenta, sería lo de menos. Una vida humana no era más que un intervalo insignificante en el flujo interminable del tiempo.
Pág. 220.
Según la manera de pensar de Musashi, había una clase de vida para la gente ordinaria y otra para el guerrero. Era vitalmente importante para él vivir y morir como un samurai. No podía desandar el camino que había elegido. Aunque le descuartizaran, el enemigo no podría borrar el hecho de que había reaccionado sin temor y honestamente al desafío.
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No es que hubiera olvidado la lección que le enseñó Takuan: el hombre realmente valiente es el que ama la vida y la estima como un tesoro que, una vez perdido, jamás puede ser recuperado. Sabía muy bien que vivir significaba algo más que limitarse a sobrevivir. El problema consistía en impregnar su vida de significado, en asegurar que su vida lanzara un brillante rayo de luz en el futuro, aun cuando resultara necesario entregar esa vida por una causa. Si lograba hacerlo, la duración de su vida, tanto si eran veinte años como setenta, sería lo de menos. Una vida humana no era más que un intervalo insignificante en el flujo interminable del tiempo.
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Según la manera de pensar de Musashi, había una clase de vida para la gente ordinaria y otra para el guerrero. Era vitalmente importante para él vivir y morir como un samurai. No podía desandar el camino que había elegido. Aunque le descuartizaran, el enemigo no podría borrar el hecho de que había reaccionado sin temor y honestamente al desafío.
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Marco Antonio Arenas Chipola fue expulsado por insultar a mujeres y reclutador para sectas. Se confirma en el año 2009 que ha sido reclutado por la secta templo de la serpiente emplumada, y que realizó robo de un perro con pedigree hacia nuestra AC, además de despojo a su maestro de artes Marciales, Hoffner Long.
