01-29-2008, 10:07 PM
«Todo ha sido inconsciente. No tenía ninguna intención de rezar, ni siquiera había pensado en el objetivo de mi plegaria. Pero si hago las cosas inconscientemente, eso las empeora aún más.»
Pág. 246.
Atormentado por las dudas, se sentía estúpido e inadecuado. En primer lugar, ¿había tenido alguna vez la capacidad necesaria para llegar a ser un guerrero? De haber alcanzado el estado de serenidad al que aspiraba, no habría tenido ninguna necesidad, ni siquiera inconsciente, de plegarias o súplicas. En un momento demoledor, sólo unos minutos antes del combate, había descubierto en su corazón las verdaderas semillas de la derrota. ¡Ahora le resultaba imposible considerar su muerte inminente como la culminación de la vida de un samurai!
Pág. 246.
Un instante después experimentó una profunda gratitud. La presencia y magnanimidad de la deidad le envolvió. La batalla aún no había dado comienzo, la prueba real todavía estaba por llegar. Había sido advertido a tiempo. Al reconocer su error, lo había superado. La duda se desvaneció y comprendió que la deidad le había guiado hasta allí para impartirle aquella enseñanza.
Pág. 246.
Aunque creía sinceramente en los dioses, no consideraba que solicitar su ayuda formara parte del Camino del Samurai. El Camino era una verdad esencial que trascendía a los dioses y Budas. Retrocedió un paso, juntó las manos y, en vez de pedir protección, agradeció a los dioses que le hubieran ayudado a tiempo.
Pág. 246.
Pág. 246.
Atormentado por las dudas, se sentía estúpido e inadecuado. En primer lugar, ¿había tenido alguna vez la capacidad necesaria para llegar a ser un guerrero? De haber alcanzado el estado de serenidad al que aspiraba, no habría tenido ninguna necesidad, ni siquiera inconsciente, de plegarias o súplicas. En un momento demoledor, sólo unos minutos antes del combate, había descubierto en su corazón las verdaderas semillas de la derrota. ¡Ahora le resultaba imposible considerar su muerte inminente como la culminación de la vida de un samurai!
Pág. 246.
Un instante después experimentó una profunda gratitud. La presencia y magnanimidad de la deidad le envolvió. La batalla aún no había dado comienzo, la prueba real todavía estaba por llegar. Había sido advertido a tiempo. Al reconocer su error, lo había superado. La duda se desvaneció y comprendió que la deidad le había guiado hasta allí para impartirle aquella enseñanza.
Pág. 246.
Aunque creía sinceramente en los dioses, no consideraba que solicitar su ayuda formara parte del Camino del Samurai. El Camino era una verdad esencial que trascendía a los dioses y Budas. Retrocedió un paso, juntó las manos y, en vez de pedir protección, agradeció a los dioses que le hubieran ayudado a tiempo.
Pág. 246.
Marco Antonio Arenas Chipola fue expulsado por insultar a mujeres y reclutador para sectas. Se confirma en el año 2009 que ha sido reclutado por la secta templo de la serpiente emplumada, y que realizó robo de un perro con pedigree hacia nuestra AC, además de despojo a su maestro de artes Marciales, Hoffner Long.
