07-30-2008, 10:23 AM
Rearden se irguió bruscamente.
-No- dijo con dureza. No. No hay razón paa sentirse de esa manera.
Se levantó. Su cansancio había desaparecido mientras hablaba de su empresa, pero sintió un repentino brote de rebelión, la necesidad de retomar y reafirmar su criterio sobre la existencia y defenderlo al máximo, de recuperar ese sentimiento que lo sorprendiera mientras caminaba hacia su hogar esa noche y ahora parecía amenazado por algo sin fundamento y sin nombre.
Empezó a pasearse por la habitación, notando cómo recuperaba la energía, miró a su familia. Eran infantes desconcertados e incautos: sí todos, incluso su madre, y él era un estúpido por lamentar aquella ineptitud, procedentes más de su impotencia que de su malicia. Tenía que aprender a entenderlos puesto que nunca prodrían compartir su ilimitada y gozosa energía.
Rand, Ayn. La rebelión del Atlas. Grito Sagrado Editorial; Buenos Aires, Argentina: 2003. pags. 60-61
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lux

