10-28-2008, 10:04 PM
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Martes, 28 de Octubre de 2008
El lobo estrena plan de gestión
Heraldo/Agencias. Soria
El plan del lobo y, especialmente, los cupos aprobados para su caza arrancan con ciertas dosis de polémica en la primera temporada en la que se hace efectivo el Plan de Gestión de la Junta para este controvertido animal cuya expansión enfrenta a cazadores, agricultores, administraciones y conservacionistas.
Dentro de la lista de cupos oficiales, la Junta ha determinado para Soria la aprobación de tres permisos para la especie. La decisión de la administración para controlar esta especie implica un pulso con los ecologistas quienes consideran que aprobar la caza de lobo al sur del Duero supone saltarse la normativa europea. La Asociación para la Defensa del Lobo Ibérico ya ha anunciado que recurrirá la norma autonómica en las instancias europeas.
El pasado 12 de septiembre se constituyó el comité técnico de Seguimiento del Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León. En este consejo están representados todos los colectivos implicados en la gestión del lobo (los ganaderos a través de las Organizaciones Profesionales Agrarias, las asociaciones conservacionistas, el sector de los cazadores, la comunidad científica representada por las universidades públicas de la Comunidad y representantes de la Junta de Castilla y León). En la reunión se analizó la situación actual del lobo en Castilla y León y se elaboró la propuesta, por comarcas, de los correspondientes cupos de control poblacional para la temporada 2008/2009. Estos cupos se hicieron oficiales el 1 de octubre con su publicación en el Boletín de Castilla y León. León, con 32 cupos, es la provincia donde se autoriza un mayor número de capturas seguida de Zamora con 30. En todas las provincias se expiden permisos siendo Salamanca con dos la que menos licencias obtiene.
En los estudios realizados se concluye que la población de lobo se mantiene estable en la práctica totalidad de las zonas en las que ya estaba presente y, muestra un evidente incremento en el sur de la comunidad. El número de manadas actualmente estimadas es de 184. El último censo de 2001 apuntaba a más de 1.500 ejemplares en la región.
Desde finales de la década de los noventa se ha realizado una importante labor en el campo de la gestión de la especie, y en especial en la compensación de los daños y la prevención. El Plan de Gestión del Lobo de Castilla y León establece las medidas necesarias para garantizar el mantenimiento de una población de lobos estable, su viabilidad, su compatibilidad con la ganadería extensiva, así como el fomento de la investigación, del seguimiento, de la educación ambiental y la realización de un aprovechamiento de la especie.
La Junta de Castilla y León aprobó con fecha 3 de abril de 2008 el Decreto por el que se pone en marcha el Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León, con una inversión de 5.765.000 euros para sus primeros 10 años de vigencia y que tiene como objetivos básicos asegurar el mantenimiento de un estado de conservación favorable de la especie y la minimización del conflicto social en el medio rural.
El decreto se constituye como el marco jurídico en el que se establecen todas las medidas tendentes a garantizar la conservación del lobo a largo plazo y a la mejora de la compatibilidad de la especie con la ganadería extensiva, de forma que ésta no se convierta en un elemento más que pueda afectar a la viabilidad económica de las explotaciones ganaderas castellano y leonesas. La vigencia del Plan es indefinida, aunque se prevé su revisión general cada diez años y de forma extraordinaria cuando las circunstancias lo aconsejen.
Los objetivos del plan pasan por mantener una población de lobo estable, contribuir a la viabilidad de la población ibérica en su conjunto, garantizar su adecuada gestión y ordenar adecuadamente su aprovechamiento cinegético, compatibilizar su existencia con la de la ganadería extensiva y con la viabilidad económica de las explotaciones agropecuarias, favorecer su puesta en valor para convertirla en un elemento que fomente el desarrollo rural en su ámbito de distribución y auspiciar la investigación, seguimiento y educación ambiental sobre la especie.
Tres zonas de gestión
El Plan establece hasta tres zonas de gestión en las que se puede dividir el territorio de Castilla y León en función de la potencialidad del medio para albergar lobos, la disponibilidad de presas silvestres y carroñas, así como la conflictividad potencial con la ganadería extensiva. En la zonificación se ha utilizado la división en comarcas agrarias debido al interés por facilitar la aplicación de las distintas medidas de compatibilización de la especie con las actividades agroganaderas.
Desde el año 1984, fecha de la asunción de las competencias de caza y conservación de la naturaleza, y hasta la aprobación de la Directiva Hábitats, la Junta de Castilla y León gestionó la población de lobo bajo una doble consideración jurídica: especies cinegética al norte del río Duero y especie protegida al sur del Duero.
Con la consolidación de la conciencia social en los aspectos ambientales y el impulso dado a la normativa medioambiental en las últimas décadas, la presión ejercida sobre la especie se moderó, lo que permitió su recuperación en el norte peninsular.
En Castilla y León el lobo ha experimentado una expansión que ha supuesto un incremento de las densidades en los territorios ocupados y su aparición en comarcas en las que no estaba presente hace tiempo. Esta deseada recuperación también ha significado el resurgimiento de conflictos sociales.
La Consejería de Medio Ambiente realizó distintos estudios que, siempre según sus técnicos, se traducen en una serie de nuevas pautas. Por un lado, determinan que el río Duero no supone una frontera para la expansión de la especie, considerándose la población castellano y leonesa como una única y continua lo que aconseja su gestión conjunta. Los análisis también determinan que la nueva ocupación ha motivado el resurgimiento de conflictos sociales. Todo ello se tradujo en la necesidad de elaborar un Plan de gestión.
En este documento se incluyen medidas preventivas para prevenir los daños a la ganadería (pastoreo, perros guardianes y vallados protectores) y una línea de colaboración con las entidades locales en el control de los perros asilvestrados.
Medidas compensatorias
Las medidas compensatorias, una demanda de los agricultores en lo últimos años, se establecen en función de la situación de los terrenos en los que se producen los daños -norte o sur del río Duero- y determina, además de cuantías económicas compensatorias, un servicio destinado a auxiliar a los ganaderos que han sufrido un siniestro en los territorios situados al sur del río Duero y actuaciones para facilitar a los afectados el acceso a la ayuda.
Respecto a las medidas de control, se establece el aprovechamiento cinegético, que tanta polémica ha despertado en la actualidad, como procedimiento prioritario para la ejecución de las acciones de control. Además, se regula la forma de realizar el control de la población tanto si es época hábil de caza de la especie como es época de veda. Paralelamento se apuesta, todo sobre el papel de este nuevo plan, por ampliar la vigilancia y evitar el furtivismo.
Anualmente, se determinará para cada comarca agraria el cupo de lobos a extraer con el fin de garantizar su conservación a largo plazo y mantener los objetivos de gestión de cada zona.
Los cupos asignables anualmente a cada comarca se enmarcarán entre los porcentajes de la población que para cada zona se definan en función del seguimiento anual de la especie y de sus parámetros poblacionales.
El conocimiento de los efectivos poblacionales al sur del río Duero es otra prioridad para la administración cuyas cifras siguen 'bailando' respecto a las que presentan otras organizaciones de defensa de la especie. También se prevé la creación de una base de datos del lobo en Castilla y León, lo que permitirá homogeneizar la dispersa información existente sobre la especie, mejorando, por lo tanto, su utilización y divulgación.
Alarma entre los conservacionistas
Diversas organizaciones conservacionistas españolas están alarmadas ante lo que puede ser una inusual caza de lobos en la presente campaña, en la que se detecta un endurecimiento de las políticas autonómicas de caza y control de la especie. Sólo en la Comunidad de Castilla y León, la caza de lobos autorizada para esta campaña asciende a 113 ejemplares, pero el efecto en la especie, según los expertos conservacionistas, va a ser mayor.
"Por cada lobo abatido legalmente" hay otra cifra, tal vez el doble y en ocasiones el triple, de ejemplares abatidos "ilegalmente", ha afirmado a EFE Alberto Fernández, presidente de la Asociación para la Conservación y el Estudio del Lobo Ibérico, Ascel.
En 2001 se estimaron en la Península Ibérica de 254 a 322 grupos familiares (254 confirmados y 68 probables) distribuidos a lo largo de 140.000 kilómetros cuadrados, lo que podía suponer una población efectiva de 500-650 adultos reproductores.
Desde esa fecha, la situación de la especie se habría estabilizado, incluso con algunas pérdidas de hábitat, como en el sur de Soria y Guadalajara, donde llegó a haber reproducciones en el 2000 y ahora no. Los grupos conservacionistas detectan un endurecimiento de la política frente al lobo: "Los permisos para cazar lobos alcanzan a un 10 % de la población estimada. Es una barbaridad porque se ha incrementado el cupo legal, que no se controla en su ejecución, y además están las matanzas ilegales, el cupo ilegal", ha dicho el presidente del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), Roberto Hartasánchez. El dirigente de Fapas ha declarado que el lobo "es cabeza de turco del mundo ganadero, pero además hay grandes intereses económicos en este asunto".
Según Hartasánchez "si le dan a un coto permiso para matar 3 lobos y nadie controla, se pueden matar hasta 10 o 12. ...y a 3.000 euros que se paga la pieza...". Un portavoz del Grupo Ecologista de la Montaña Oriental Leonesa, Gedemol, ha destacado que sólo en la zona de Riaño se ha autorizado un cupo para matar a 15 lobos, aunque la cifra es más grave por falta de control. El presidente de la Asociación para la Conservación del Lobo Ibérico (Ascel) considera que "la Junta de Castilla y León tiene en su territorio el 60% de los lobos de España, y parecía que este año pretendía una política más ordenada, pero no ha sido así". "La Junta sigue una política de controles durísimos, incluso al sur del Duero, donde los lobos, según la 'Directiva Habitat' se pueden controlar, pero no cazar. La ultima disposición de la Junta permite la caza al sur del Duero, y la vamos a recurrir ante las instituciones comunitarias", ha afirmado Alberto Fernández.
Martes, 28 de Octubre de 2008
El lobo estrena plan de gestión
Heraldo/Agencias. Soria
El plan del lobo y, especialmente, los cupos aprobados para su caza arrancan con ciertas dosis de polémica en la primera temporada en la que se hace efectivo el Plan de Gestión de la Junta para este controvertido animal cuya expansión enfrenta a cazadores, agricultores, administraciones y conservacionistas.
Dentro de la lista de cupos oficiales, la Junta ha determinado para Soria la aprobación de tres permisos para la especie. La decisión de la administración para controlar esta especie implica un pulso con los ecologistas quienes consideran que aprobar la caza de lobo al sur del Duero supone saltarse la normativa europea. La Asociación para la Defensa del Lobo Ibérico ya ha anunciado que recurrirá la norma autonómica en las instancias europeas.
El pasado 12 de septiembre se constituyó el comité técnico de Seguimiento del Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León. En este consejo están representados todos los colectivos implicados en la gestión del lobo (los ganaderos a través de las Organizaciones Profesionales Agrarias, las asociaciones conservacionistas, el sector de los cazadores, la comunidad científica representada por las universidades públicas de la Comunidad y representantes de la Junta de Castilla y León). En la reunión se analizó la situación actual del lobo en Castilla y León y se elaboró la propuesta, por comarcas, de los correspondientes cupos de control poblacional para la temporada 2008/2009. Estos cupos se hicieron oficiales el 1 de octubre con su publicación en el Boletín de Castilla y León. León, con 32 cupos, es la provincia donde se autoriza un mayor número de capturas seguida de Zamora con 30. En todas las provincias se expiden permisos siendo Salamanca con dos la que menos licencias obtiene.
En los estudios realizados se concluye que la población de lobo se mantiene estable en la práctica totalidad de las zonas en las que ya estaba presente y, muestra un evidente incremento en el sur de la comunidad. El número de manadas actualmente estimadas es de 184. El último censo de 2001 apuntaba a más de 1.500 ejemplares en la región.
Desde finales de la década de los noventa se ha realizado una importante labor en el campo de la gestión de la especie, y en especial en la compensación de los daños y la prevención. El Plan de Gestión del Lobo de Castilla y León establece las medidas necesarias para garantizar el mantenimiento de una población de lobos estable, su viabilidad, su compatibilidad con la ganadería extensiva, así como el fomento de la investigación, del seguimiento, de la educación ambiental y la realización de un aprovechamiento de la especie.
La Junta de Castilla y León aprobó con fecha 3 de abril de 2008 el Decreto por el que se pone en marcha el Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León, con una inversión de 5.765.000 euros para sus primeros 10 años de vigencia y que tiene como objetivos básicos asegurar el mantenimiento de un estado de conservación favorable de la especie y la minimización del conflicto social en el medio rural.
El decreto se constituye como el marco jurídico en el que se establecen todas las medidas tendentes a garantizar la conservación del lobo a largo plazo y a la mejora de la compatibilidad de la especie con la ganadería extensiva, de forma que ésta no se convierta en un elemento más que pueda afectar a la viabilidad económica de las explotaciones ganaderas castellano y leonesas. La vigencia del Plan es indefinida, aunque se prevé su revisión general cada diez años y de forma extraordinaria cuando las circunstancias lo aconsejen.
Los objetivos del plan pasan por mantener una población de lobo estable, contribuir a la viabilidad de la población ibérica en su conjunto, garantizar su adecuada gestión y ordenar adecuadamente su aprovechamiento cinegético, compatibilizar su existencia con la de la ganadería extensiva y con la viabilidad económica de las explotaciones agropecuarias, favorecer su puesta en valor para convertirla en un elemento que fomente el desarrollo rural en su ámbito de distribución y auspiciar la investigación, seguimiento y educación ambiental sobre la especie.
Tres zonas de gestión
El Plan establece hasta tres zonas de gestión en las que se puede dividir el territorio de Castilla y León en función de la potencialidad del medio para albergar lobos, la disponibilidad de presas silvestres y carroñas, así como la conflictividad potencial con la ganadería extensiva. En la zonificación se ha utilizado la división en comarcas agrarias debido al interés por facilitar la aplicación de las distintas medidas de compatibilización de la especie con las actividades agroganaderas.
Desde el año 1984, fecha de la asunción de las competencias de caza y conservación de la naturaleza, y hasta la aprobación de la Directiva Hábitats, la Junta de Castilla y León gestionó la población de lobo bajo una doble consideración jurídica: especies cinegética al norte del río Duero y especie protegida al sur del Duero.
Con la consolidación de la conciencia social en los aspectos ambientales y el impulso dado a la normativa medioambiental en las últimas décadas, la presión ejercida sobre la especie se moderó, lo que permitió su recuperación en el norte peninsular.
En Castilla y León el lobo ha experimentado una expansión que ha supuesto un incremento de las densidades en los territorios ocupados y su aparición en comarcas en las que no estaba presente hace tiempo. Esta deseada recuperación también ha significado el resurgimiento de conflictos sociales.
La Consejería de Medio Ambiente realizó distintos estudios que, siempre según sus técnicos, se traducen en una serie de nuevas pautas. Por un lado, determinan que el río Duero no supone una frontera para la expansión de la especie, considerándose la población castellano y leonesa como una única y continua lo que aconseja su gestión conjunta. Los análisis también determinan que la nueva ocupación ha motivado el resurgimiento de conflictos sociales. Todo ello se tradujo en la necesidad de elaborar un Plan de gestión.
En este documento se incluyen medidas preventivas para prevenir los daños a la ganadería (pastoreo, perros guardianes y vallados protectores) y una línea de colaboración con las entidades locales en el control de los perros asilvestrados.
Medidas compensatorias
Las medidas compensatorias, una demanda de los agricultores en lo últimos años, se establecen en función de la situación de los terrenos en los que se producen los daños -norte o sur del río Duero- y determina, además de cuantías económicas compensatorias, un servicio destinado a auxiliar a los ganaderos que han sufrido un siniestro en los territorios situados al sur del río Duero y actuaciones para facilitar a los afectados el acceso a la ayuda.
Respecto a las medidas de control, se establece el aprovechamiento cinegético, que tanta polémica ha despertado en la actualidad, como procedimiento prioritario para la ejecución de las acciones de control. Además, se regula la forma de realizar el control de la población tanto si es época hábil de caza de la especie como es época de veda. Paralelamento se apuesta, todo sobre el papel de este nuevo plan, por ampliar la vigilancia y evitar el furtivismo.
Anualmente, se determinará para cada comarca agraria el cupo de lobos a extraer con el fin de garantizar su conservación a largo plazo y mantener los objetivos de gestión de cada zona.
Los cupos asignables anualmente a cada comarca se enmarcarán entre los porcentajes de la población que para cada zona se definan en función del seguimiento anual de la especie y de sus parámetros poblacionales.
El conocimiento de los efectivos poblacionales al sur del río Duero es otra prioridad para la administración cuyas cifras siguen 'bailando' respecto a las que presentan otras organizaciones de defensa de la especie. También se prevé la creación de una base de datos del lobo en Castilla y León, lo que permitirá homogeneizar la dispersa información existente sobre la especie, mejorando, por lo tanto, su utilización y divulgación.
Alarma entre los conservacionistas
Diversas organizaciones conservacionistas españolas están alarmadas ante lo que puede ser una inusual caza de lobos en la presente campaña, en la que se detecta un endurecimiento de las políticas autonómicas de caza y control de la especie. Sólo en la Comunidad de Castilla y León, la caza de lobos autorizada para esta campaña asciende a 113 ejemplares, pero el efecto en la especie, según los expertos conservacionistas, va a ser mayor.
"Por cada lobo abatido legalmente" hay otra cifra, tal vez el doble y en ocasiones el triple, de ejemplares abatidos "ilegalmente", ha afirmado a EFE Alberto Fernández, presidente de la Asociación para la Conservación y el Estudio del Lobo Ibérico, Ascel.
En 2001 se estimaron en la Península Ibérica de 254 a 322 grupos familiares (254 confirmados y 68 probables) distribuidos a lo largo de 140.000 kilómetros cuadrados, lo que podía suponer una población efectiva de 500-650 adultos reproductores.
Desde esa fecha, la situación de la especie se habría estabilizado, incluso con algunas pérdidas de hábitat, como en el sur de Soria y Guadalajara, donde llegó a haber reproducciones en el 2000 y ahora no. Los grupos conservacionistas detectan un endurecimiento de la política frente al lobo: "Los permisos para cazar lobos alcanzan a un 10 % de la población estimada. Es una barbaridad porque se ha incrementado el cupo legal, que no se controla en su ejecución, y además están las matanzas ilegales, el cupo ilegal", ha dicho el presidente del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), Roberto Hartasánchez. El dirigente de Fapas ha declarado que el lobo "es cabeza de turco del mundo ganadero, pero además hay grandes intereses económicos en este asunto".
Según Hartasánchez "si le dan a un coto permiso para matar 3 lobos y nadie controla, se pueden matar hasta 10 o 12. ...y a 3.000 euros que se paga la pieza...". Un portavoz del Grupo Ecologista de la Montaña Oriental Leonesa, Gedemol, ha destacado que sólo en la zona de Riaño se ha autorizado un cupo para matar a 15 lobos, aunque la cifra es más grave por falta de control. El presidente de la Asociación para la Conservación del Lobo Ibérico (Ascel) considera que "la Junta de Castilla y León tiene en su territorio el 60% de los lobos de España, y parecía que este año pretendía una política más ordenada, pero no ha sido así". "La Junta sigue una política de controles durísimos, incluso al sur del Duero, donde los lobos, según la 'Directiva Habitat' se pueden controlar, pero no cazar. La ultima disposición de la Junta permite la caza al sur del Duero, y la vamos a recurrir ante las instituciones comunitarias", ha afirmado Alberto Fernández.
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)

