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Nunca llegaré a Ixtlán.

Pero en mis sentimientos...
en mis sentimientos
pienso a veces que estoy a un solo paso de llegar.
Pero nunca llegaré.
En mi viaje,
ni siquiera encuentro los sitios que conocía.
Nada es ya lo mismo...
En mi viaje a Ixtlán
sólo encuentro viajeros fantasmas.

Tú por ejemplo. Eres un fantasma. Tus sentimientos y tu ansiedad son los de la gente. Por eso dice Genaro que solo se encuentra con viajeros fantasmas en su viaje a Ixtlán.
Señaló a don Juan con un movimiento de cabeza y dijo enfáticamente:
-Éste es el único que es real. El mundo es real sólo cuando estoy con éste.

Pero no hay modo de volver. Lo que dejaste allí está perdido para siempre. Para entonces, claro, serás un brujo, pero eso no ayuda; en un momento así, lo importante para todos nosotros es el hecho de que todo cuanto amamos, odiamos, o deseamos ha quedado atrás. Pero los sentimientos del hombre no mueren ni cambian, y el brujo inicia su camino a casa sabiendo que nunca llegará, sabiendo que ningún poder sobre la tierra, así sea su misma muerte, lo conducirá al sitio, las cosas, la gente que amaba.
¿Y las personas que yo quiero? ¿Qué les va a pasar?
Todas se quedarán atrás.

"...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico..."