10-29-2009, 04:54 AM
Hasta el momento, la identidad de los dueños de los móviles con tarjeta prepago pasaba inadvertida para las fuerzas de seguridad, que veían limitadas sus funciones de seguimiento al llevar a cabo escuchas telefónicas, ya que les faltaban datos que sí tenían cuando se trataba de un terminal con contrato. No en vano, los terroristas del 11-M utilizaron este sistema para atentar, y los etarras y otros delincuentes lo usan para comunicarse. Ahora todos estarán controlados como si tuvieran un contrato normal.
La otra cara
Oculta el Gobierno, sin embargo, la otra cara de la moneda. Gracias a esta medida, al sistema informático con el que los agentes facultados interceptan las conversaciones telefónicas y acceden a los datos asociados no se le escapará ni una sola línea. El Sistema Integral de Interceptación de las Comunicaciones Electrónicas (Sitel), que en estos momentos opera bajo el paraguas de una dudosa regulación, incrementa su área de influencia notablemente, ya que a finales de 2008 había nada menos que 20 millones de usuarios de teléfonos prepago. Casi la mitad de la población española utilizaba este sistema para comunicarse. Hasta el año pasado, tan sólo cinco millones se identificaron en el ministerio. Los que antes del 8 de noviembre no lo hagan, perderán inmediatamente la línea, con el coste que eso supone también para las operadoras.
fuente: La rebelión
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