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"El acecho es sencillamente diabolico".

Carlos dijo que, de todos los rollos que nos legaron los mitos de la antiguedad, lo único cierto es eso de "venderle el alma al diablo". Si no puedes pactar con el diablo, no estás para el camino del conocimiento, porque la dueña del árbol del centro del jardín, es la serpiente.

Bueno, Ketsalkoatl es la serpiente emplumada, es decir, la propuesta evolutiva que va del reptil del cuerpo al ave del alma. En el mito del Edén, la serpiente tiene dos significados:
- representa un conocimiento específico: la oportunidad de saber que tenemos una oportunidad.
- es nuestro mundo instintivo, animal, donde se esconden las potencialidades de realización, pero también el temor, que es el principal enemigo.
Si lees bien el génesis, verás que la serpiente dijo la verdad: "si comes de la fruta, serás como un dios". A lo que responde Jehová: "saquemos a la pareja del jardín, no sea que coman de la fruta y sean como uno de nosotros (los dioses)". Obvio que Jehová era dios porque ya había probado de la fruta.
El relato se refiere a las pruebas iniciáticas.