01-17-2006, 04:11 AM
(Reverso)
La apariencia de Papsukkal, visir de los grandes
dioses,
Era decaída, su cara estaba [nublada].
Vestía de luto, largo cabello llevaba.
Avanzó Papsukkal, ante Sin, su padre, llorando,
Deslizándose [sus] lágrimas delante de Ea, el rey:
Ishtar bajó al Mundo Inferior; no ha subido.
Desde que Ishtar bajó a la Tierra sin Regreso,
El toro no cubre a la vaca, el asno no monta a la
burra,
En la calle el hombre no fecunda a la doncella,
El hombre yace en su cámara,
La doncella yace sobre su costado. (10)
Ea en su sabio corazón concibió una imagen,
Y creó a Asushunamir, un eunuco:
Presto, Asushunamir, dirige tu rostro a la puerta
de la Tierra sin Regreso;
Las siete puertas de la Tierra sin Regreso se abri-
rán para ti.
Ereshkigal te verá y se alborozará de tu presencia.
Cuando su corazón se aquieta su talante es alegre;
Que pronuncie el juramento de los grandes dioses.
(Después) levanta tu cabeza, atendiendo a la bolsa
de agua de vida:
Te ruego, Señora; permite que me den la bolsa de
agua de vida,
Para que su agua pueda yo beber[6].
En cuanto Ereshkigal oyó aquello
Se golpeó el muslo[7], se mordió el dedo :
Me pediste algo que no debe demandarse.
¡Ven, Asushunamir, te maldeciré con una maldición
poderosa![8]
La comida de los albañales de la ciudad será tu
comida,
Los desaguaderos de la ciudad serán tu bebida.
La sombra de la pared será tu paradero,
El umbral será tu habitación,
¡Los fatuos y los sedientos abofetearán tu mejilla!
Ereshkigal abrió la boca para hablar,
Diciendo (estas) palabras a namtar, su visir: (30)
Vamos, Namtar, llama a Egalgina[9]
Adorna los umbrales con piedra de coral,
Entra a los Anunnaki y sienta(los) en tronos de oro,
¡Salpica a Ishtar con el agua de vida y llévatela de
mi presencia!
Se fue Namtar, llamó Egalgina,
Adornó los umbrales con piedra de coral,
Hizo sentar a los Anunnaki, sentó(los) en tronos
de oro.
Roció a Ishtar con el agua de la vida y se la llevó de su
presencia.
Cuando la primera puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió el calzón de su cuerpo.
Cuando la segunda puerta le hubo hecho cruzar, (40)
Le devolvió las abrazaderas de sus manos y pies.
Cuando la tercera puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió el ceñidor de piedras de alumbra-
miento de sus caderas,
Cuando la cuarta puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió los adornos de su pecho.
Cuando la quinta puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió las cadenas de su cuello.
Cuando la sexta puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió los pendientes de sus orejas.
Cuando la séptima puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió la gran corona de su cabeza.
Si no te paga el precio del rescate, hazla volver[10].
En cuanto a Tammuz, el amante de su juventud,
Lávale con agua pura, úngele con aceite suave;
Vístele con una prenda roja, deja que taña una flauta
de lapislázuli.
Que las cortesanas giren [ a su] melodía.
[Cuando] Belili estaba ensar[tando] sus alhajas,
[y su] seno estaba lleno de piedras de ojo,
Al oír el sonido de su hermano, Belili metió las
joyas en [...]
De modo que las piedras de ojo llenaron el [...]...
Mi único hermano, ¡no me aportes mal ¡
El día en que Tammuz suba a mí
Cuando con la flauta de lapislázuli (y) el anillo
de cornerina suba a mí,
Cuando con él los plañideros y las plañideras suban
a mí,
Levántense los muertos y huelan el incienso.
La apariencia de Papsukkal, visir de los grandes
dioses,
Era decaída, su cara estaba [nublada].
Vestía de luto, largo cabello llevaba.
Avanzó Papsukkal, ante Sin, su padre, llorando,
Deslizándose [sus] lágrimas delante de Ea, el rey:
Ishtar bajó al Mundo Inferior; no ha subido.
Desde que Ishtar bajó a la Tierra sin Regreso,
El toro no cubre a la vaca, el asno no monta a la
burra,
En la calle el hombre no fecunda a la doncella,
El hombre yace en su cámara,
La doncella yace sobre su costado. (10)
Ea en su sabio corazón concibió una imagen,
Y creó a Asushunamir, un eunuco:
Presto, Asushunamir, dirige tu rostro a la puerta
de la Tierra sin Regreso;
Las siete puertas de la Tierra sin Regreso se abri-
rán para ti.
Ereshkigal te verá y se alborozará de tu presencia.
Cuando su corazón se aquieta su talante es alegre;
Que pronuncie el juramento de los grandes dioses.
(Después) levanta tu cabeza, atendiendo a la bolsa
de agua de vida:
Te ruego, Señora; permite que me den la bolsa de
agua de vida,
Para que su agua pueda yo beber[6].
En cuanto Ereshkigal oyó aquello
Se golpeó el muslo[7], se mordió el dedo :
Me pediste algo que no debe demandarse.
¡Ven, Asushunamir, te maldeciré con una maldición
poderosa![8]
La comida de los albañales de la ciudad será tu
comida,
Los desaguaderos de la ciudad serán tu bebida.
La sombra de la pared será tu paradero,
El umbral será tu habitación,
¡Los fatuos y los sedientos abofetearán tu mejilla!
Ereshkigal abrió la boca para hablar,
Diciendo (estas) palabras a namtar, su visir: (30)
Vamos, Namtar, llama a Egalgina[9]
Adorna los umbrales con piedra de coral,
Entra a los Anunnaki y sienta(los) en tronos de oro,
¡Salpica a Ishtar con el agua de vida y llévatela de
mi presencia!
Se fue Namtar, llamó Egalgina,
Adornó los umbrales con piedra de coral,
Hizo sentar a los Anunnaki, sentó(los) en tronos
de oro.
Roció a Ishtar con el agua de la vida y se la llevó de su
presencia.
Cuando la primera puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió el calzón de su cuerpo.
Cuando la segunda puerta le hubo hecho cruzar, (40)
Le devolvió las abrazaderas de sus manos y pies.
Cuando la tercera puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió el ceñidor de piedras de alumbra-
miento de sus caderas,
Cuando la cuarta puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió los adornos de su pecho.
Cuando la quinta puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió las cadenas de su cuello.
Cuando la sexta puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió los pendientes de sus orejas.
Cuando la séptima puerta le hubo hecho cruzar,
Le devolvió la gran corona de su cabeza.
Si no te paga el precio del rescate, hazla volver[10].
En cuanto a Tammuz, el amante de su juventud,
Lávale con agua pura, úngele con aceite suave;
Vístele con una prenda roja, deja que taña una flauta
de lapislázuli.
Que las cortesanas giren [ a su] melodía.
[Cuando] Belili estaba ensar[tando] sus alhajas,
[y su] seno estaba lleno de piedras de ojo,
Al oír el sonido de su hermano, Belili metió las
joyas en [...]
De modo que las piedras de ojo llenaron el [...]...
Mi único hermano, ¡no me aportes mal ¡
El día en que Tammuz suba a mí
Cuando con la flauta de lapislázuli (y) el anillo
de cornerina suba a mí,
Cuando con él los plañideros y las plañideras suban
a mí,
Levántense los muertos y huelan el incienso.
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)

