01-24-2006, 11:48 PM
Bueno... yo me refería estrictamente al campo de los estudios de antropologia cultural.
En extensión, llego a creer que hoy día no se puede hablar de "occidentalización" como se hacía hace unos años. Nadie quiere ser occidental, porque el modelo social y en general la visión del mundo llamado "occidental" es un fracaso.
Y a esta demostración de fracaso me refería, cuando hablaba de los "elegidos" occidentales, para escribir libros de su contacto con otras culturas. Porque no se cuál es su visión, pero Castaneda queda retratado como un ser bastante ridículo y desorientado...
Entonces, cuando uno tiene la mínima opción de renegar del occidentalismo, se aferra a ello; "toda la culpa es de occidente, yo estoy limpio, yo vengo de otro lugar". A veces esta salida rápida, resulta bastante ingenua.
Sin embargo, y a pesar de lo mucho que se critica, el modelo llamado "occidental" se adopta por doquier, bien impuesto desde altas capas por intereses, bien sin necesidad de imposicion directa... El modelo "occidental" es un modelo mundial, del que pocos pueden mantenerse al margen por más que quieran.
Realmente, gran parte de las migraciones a America, o a cualquier parte del mundo, desde Europa, no lleva detrás la idealizada búsqueda de fortuna, sino una historia mucho más desgraciada. De algún modo, hubiera sido más higiénico que se nos hundiera el continente, como a los Atlantes. Pero no fue así.
Y llega un momento, sobretodo cuando no puedes escapar, cuando no puedes renegar de lo occidental que eres, en el que tal vez es adecuado preguntarse cuanto de "occidental" le queda ya a ese modelo que, aunque criticado y efectivamente fracasado, es abrazado a voluntad por individuos procedentes de culturas con raíces profundas, y muy diversas entre sí.
Aceptar la idea de ese modelo "occidental" como único propio de occidente, es negar la existencia de las culturas reales que han pervivido, o al menos han dejado rastro de existencia, enfrentándose a él en Europa como lo han hecho en otras partes del mundo. Las que no salieron vencedoras.
Y aceptar esa idea es también olvidarse de las personas correctas e incorrectas que han formado parte de esta historia, y de las que la escriben con su día a día, hoy.
Es un tema muy complejo, como todo lo que atañe a la sociedad humana.
Pero es más cómodo decir la culpa es de "occidente", y esos atributos tan lindos que le siguen, y es más cómodo aún hacerlo desde sillones en instituciones heredadas de monstruo que se pretende combatir. Nadie quiere ser "occidental", pero habría que ver cuántos de los supuestos detractores del modelo no están metidos en el barro de lo que llaman occidentalismo hasta las orejas.
Por eso me hace gracia. Y realmente no lo puedo evitar porque en su día me volví medio loca con el tema, y en realidad es bastante simple. Cuando no se está presentando una alternativa válida a un modelo que se quiere sustituir, se está hablando por hablar, ya sea en términos antiguos o modernos.
En extensión, llego a creer que hoy día no se puede hablar de "occidentalización" como se hacía hace unos años. Nadie quiere ser occidental, porque el modelo social y en general la visión del mundo llamado "occidental" es un fracaso.
Y a esta demostración de fracaso me refería, cuando hablaba de los "elegidos" occidentales, para escribir libros de su contacto con otras culturas. Porque no se cuál es su visión, pero Castaneda queda retratado como un ser bastante ridículo y desorientado...
Entonces, cuando uno tiene la mínima opción de renegar del occidentalismo, se aferra a ello; "toda la culpa es de occidente, yo estoy limpio, yo vengo de otro lugar". A veces esta salida rápida, resulta bastante ingenua.
Sin embargo, y a pesar de lo mucho que se critica, el modelo llamado "occidental" se adopta por doquier, bien impuesto desde altas capas por intereses, bien sin necesidad de imposicion directa... El modelo "occidental" es un modelo mundial, del que pocos pueden mantenerse al margen por más que quieran.
Realmente, gran parte de las migraciones a America, o a cualquier parte del mundo, desde Europa, no lleva detrás la idealizada búsqueda de fortuna, sino una historia mucho más desgraciada. De algún modo, hubiera sido más higiénico que se nos hundiera el continente, como a los Atlantes. Pero no fue así.
Y llega un momento, sobretodo cuando no puedes escapar, cuando no puedes renegar de lo occidental que eres, en el que tal vez es adecuado preguntarse cuanto de "occidental" le queda ya a ese modelo que, aunque criticado y efectivamente fracasado, es abrazado a voluntad por individuos procedentes de culturas con raíces profundas, y muy diversas entre sí.
Aceptar la idea de ese modelo "occidental" como único propio de occidente, es negar la existencia de las culturas reales que han pervivido, o al menos han dejado rastro de existencia, enfrentándose a él en Europa como lo han hecho en otras partes del mundo. Las que no salieron vencedoras.
Y aceptar esa idea es también olvidarse de las personas correctas e incorrectas que han formado parte de esta historia, y de las que la escriben con su día a día, hoy.
Es un tema muy complejo, como todo lo que atañe a la sociedad humana.
Pero es más cómodo decir la culpa es de "occidente", y esos atributos tan lindos que le siguen, y es más cómodo aún hacerlo desde sillones en instituciones heredadas de monstruo que se pretende combatir. Nadie quiere ser "occidental", pero habría que ver cuántos de los supuestos detractores del modelo no están metidos en el barro de lo que llaman occidentalismo hasta las orejas.
Por eso me hace gracia. Y realmente no lo puedo evitar porque en su día me volví medio loca con el tema, y en realidad es bastante simple. Cuando no se está presentando una alternativa válida a un modelo que se quiere sustituir, se está hablando por hablar, ya sea en términos antiguos o modernos.
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)

