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Lobos en Europa
#21

http://www.ideal.es/granada/20090304/cultu...o-20090304.html

¡Que viene el lobo!

04.03.09 - LORENA CÁDIZ | JAÉN

A lo largo de la historia se ha creado una mala reputación, o más bien el hombre se ha encargado de que la figura del lobo esté rodeada de temor y de respeto. Es cierto que sus ataques puntuales al ganado no han ayudado mucho, pero tampoco nuestra cultura y tradición han tratado de cambiar esa imagen, sino más bien todo lo contrario. «¿A dónde vas Caperucita?, le preguntó el lobo con voz ronca». Esta es una de las primeras frases del cuento que todo niño ha escuchado o leído alguna vez en su vida. Un cuento que es parte de nuestra tradición, repleta de alusiones a la supuesta perversidad y agresividad del lobo.

Dicen los expertos que todas estas creencias se deben a una milenaria pugna entre el lobo y el hombre, ya que en el fondo son dos especies que compiten por los mismos recursos alimentarios, pero esto tampoco termina de ser del todo creíble, ya que hay otras culturas donde el lobo juega un papel fundamental. Hay que recordar, por ejemplo, el mito de Rómulo y Remo, amamantados por una loba y a quienes se les atribuye la fundación de la ciudad de Roma. También los indios norteamericanos ven en el lobo un honorable competidor, al que respetan y admiran.
Sea como sea y sea por la razón que sea, lo cierto es que al lobo no le ha ido muy bien a lo largo de su historia. Prueba de ello es que a día de hoy en España es una especie vulnerable y en Andalucía está prácticamente en peligro de extinción. Sus peores enemigos han sido siempre la caza y los cebos envenenados y esto ha dado al traste con una especie que es parte fundamental de los ecosistemas a los que pertenece.

Jaén es una de las pocas provincias andaluzas y españolas en la que habitan lobos. Según explica el delegado provincial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Castro, la población de lobos que existe en Jaén está concentrada en la Sierra de Andújar, parte de Sierra Morena, donde se registra el total del censo de lobos que hay en Andalucía.
En total, en Jaén se calcula que la población ronda las 15 manadas, lo que se traduce en aproximadamente 60 lobos. Desde el año 2003, la Junta de Andalucía desarrolla un programa específico de protección a esta especie.
El programa consiste básicamente en hacer un seguimiento a las manadas. Técnicos de la Delegación se dedican a realizar esperas auditivas, que no es otra cosa que reconocer los aullidos de cada uno de los lobos. También se hacen entrevistas a los guardabosques, a los ganaderos o incluso a los cazadores; en la Sierra de Andújar existen puntos fijos de observación, se realizan recogidas de excrementos y se hacen investigaciones de los ataques a ganado.


Un ataque en 3 años


Aunque lo cierto es que gracias a este programa se han reducido tanto los ataques al ganado como, en consecuencia, los ataques de los ganaderos a los lobos, según los datos que maneja la Delegación, en 2008 se contabilizó un ataque a dos cabezas de ganado por parte de lobos y este ha sido el único en los últimos tres años.
«Por cada cabeza de ganado que un lobo ataca, la Junta entrega una ayuda a los ganaderos de entre 120 y 150 euros», aseguran desde la Junta.
Cierto es que el último ataque conocido a ganado en la provincia de Jaén fue en Zocueca, pero en este caso se trató de una manada de perros salvajes que acabaron con la vida de 30 animales degollados. Lo malo es que este mismo ganadero ha visto ya hasta en cuatro ocasiones morir a sus animales a causa de estos perros salvajes.
El trabajo actual por parte de la Administración está enfocado a la recuperación de esta especie, aunque ello no sea tan fácil. «La mayor dificultad es con los cachorros, porque el periodo de cría de los lobos coincide con el periodo de más movimiento en Sierra Morena, tanto por la transhumancia como por la temporada de caza».

La acción del hombre

En general, son muchas las dificultades que se presentan dentro del trabajo de conservación y recuperación de esta especie. La Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico enumera alguna de estas dificultades. Entre ellas está la acción del hombre. Según la asociación, la principal causa de mortalidad de los lobos es por este motivo. Muchos lobos son abatidos ilegalmente durante el ejercicio de la caza. El furtivismo supone al menos un 40% de la mortalidad total, pudiendo alcanzar hasta el 87% en determinadas zonas de España.
La alteración del hábitat es otro de los motivos que dificultan su conservación. Desde carreteras y autovías hasta instalaciones como los parques eólicos, que cambian el paisaje, pueden ser perjudiciales para esta especie. La tercera cuestión es la de la incompatibilidad entre el ganado y los lobos. En este caso, la Asociación apuesta por políticas de prevención y de compensación a los ganaderos, y lo cierto es que el programa que existe en Andalucía está basado en estos dos principios.

Diversidad genética


Y por último, también es clave conservar la diversidad genética de las poblaciones de lobos, pues determina la capacidad de adaptación de la especie a los posibles cambios en el medio. La muerte de un individuo genera, por sí sola, una disminución de la diversidad genética, que si es elevada (numerosa mortalidad), puede reducir la probabilidad de supervivencia de la población, incrementando poco a poco el riesgo de extinción. Si además existen diferentes barreras físicas que impiden un flujo continuado de ejemplares, pueden aparecer problemas de conectividad y por tanto, de aislamiento. En poblaciones pequeñas o aisladas, la reproducción entre individuos emparentados (con una composición genética similar), implica que las enfermedades y las deficiencias genéticas puedan ser más frecuentes en los descendientes.


El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)
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#22

Fuente: http://www.romandie.com/infos/ats/display2...0700_brf023.xml


ATS /16 marzo 2009

Parece que el lobo está de regreso en el cantón de Fribourg

Tres cervatillos han sido muertos en una semana por una béstia salvaje en la zona. Los primeros indicios apuntan al lobo, que estaría así de regreso al cantón de Fribourg desde que se asomó discretamente en 2008.

Los tres suceson han sido reportados respectivamente el 5 de marzo en Broc, el 8 de marzo en Epagny y el 13 de marzo en Estavannens.

El análisis de ADN de excrementos y orina encontrados en los lugares de los sucesos debería poder confirmar esta impressión a finales de mes. estos mismos tests revelarán el orígen del gran cánido. Será entonces eventualmente posible determinar si se trata de un lobo llegado de forma natural a Suiza o, al contrario, criado en cautividad.

Las bestias liberadas ilegalmente pueden ser abatidas, ha comentado el prefecto de Gruyère. Éstas ponen en peligro el equilibrio de la fauna. Para evitar que tales introducciones se produzcan, el cantón de Fribourg ha sugerido a la Oficina federal del entorno el equipar a todos los lobos y linces en cautividad con un chip electrónico.





El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)
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#23

Fuente: http://www.tdg.ch/actu/suisse/loup-revient...erne-2009-03-31

MONTAGNE | Por primera vez después de aproximadamente 200 años, un lobo hace una incursión en el canton de Lucerne. (Suiza)

ATS | 31.03.2009

Un análisis de ADN realizado por el canton ha demostrado que una gamuza hallada muerto el 3 de enero en Schwarzenberg, comunidad de la región montañesa de Entlebuch, fue víctima del lobo.
El animal desciende de la población de lobos que vive entre Francia e Italia (...). Puede ser que sea el mismo individuo que ha matado 9 carneros en el cantón vecino de Obwald en octubre de 2008.

Josef Muggli, jefe del departamento de caza y pesca, no sabe donde se encuentra actualmente el animal. El lobo puede recorrer largas distancias en poco tiempo.

Al menos ocho lobos viven actualmente en territorio Suizo. En 2008, la presencia del predador se señaló en los cantones de Vaud, Valais, Fribourg, Berne, Uri, en Tessin y en Grisons. El lobo es una especie protegida a nivel internacional desde 1979, y en Suiza desde 1988.

El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)
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#24

Fuente: http://www.zoom43.fr/actu/ACT_detail.asp?s...p;strArtTypId=4


¿ Y si el lobo regresara a Haute-Loire ?



16-03-2009
, Rémi Barbe

Ahora que la historia de la Bestia de Gévaudan se ha convertido en una marca de la región y un argumento turístico, ¿ podría el lobo instalarse de nuevo en el departamento ? De momento no hay observaciones en nuestra zona, donde el animal no parece ser temido pero suscita curiosidad... La única certeza, es que su presencia en el Mazizo Central se confirma y aproxima (Lozère, Cantal...).

Fue el 22 de enero. Los agentes de la ONCFS (Oficina Nacional de Caza y Fauna Salvaje) fueron alertados por un habitante de Mont-Lozère (cerca de Florac en el sur de la Lozère) de la supuesta presencia de un lobo en el sector. Los análisis de el pelo y de los excrementos ubicados en el lugar confirmaron: el "gran cánido" aparecido es efectivamente un lobo.

"En Lozère, el lobo había desaparecido después de la guerra" explicó entonces la AFP. "Los agentes de la ONCFS y del parque nacional siguieron las huellas en la nieve y relizaron la toma de muestras transferidas para su análisis a Lyon", ha precisado la prefactura del departamento. El cadáver de un becerro se descubrió en las proximidades, pero hay demasiadas huellas de animales diferentes para confirmar que el lobo lo hubiera matado. Las huellas de dos lobos, una hembra de avanzada edad y un joven macho, habían sido confirmadas en febrero de 2007 en la comunidad de Saint-Laurent-de-Muret en Lozère. La prefactura busca averiguar si el nuevo animal es uno de ellos. Si es el caso, el Estado podría confirmar que el departamento de la Lozère está, en adelante, habitado por el lobo, después de que éste haya sido observado dos inviernos consecutivos.

Lozère, Cantal, Puy-de-Dôme, Ardèche ... y Haute-Loire ?

En todo caso, la presencia del lobo en la Auvernia parece en adelante establecida y al final algo sorprendente. Lo confirman los jefes y técnicos de la ONFCS reunidos la semana pasada en Vichy (Allier) e interrogados por nuestros colegas del diario regional La Montagne en su edición del viernes 27 de febrero. Estos últimos comentan, además, que un lobo había sido ya fotografiado en Cantal, en Lavigerie el enero de 2008 y que otro fue lastimado por un vehículo cerca de Lioran en 1997.
En el Puy-de-Dôme igualmente, el lobo no es desconocido. En 1999, un lobo fue abatido por un criador que lo confundió con un perro en Apchat, a sólo una docena de kilómetros de Blesle en Haute-Loire. Y en 2006, un cadáver de oveja dejó suponer la presencia del lobo en Ardèche en el mazizo de Tanargue, cerca de Saint-Etienne-de-Lugdarès.

Falta saber si el lobo, instalado en los Pirineos y el Arco Alpino, se estabilizará en el Mazizo Central. En periodo de recolonización, es efectivamente capaz de recorrer muchos cientos de kilómetros sin establecerse de modo permanente. Pero los atributos del Mazizo Central ( fauna salvaje para la alimentación y espacios naturales preservados para su reproducción) parecen semblent argumentos de valor.
Y en ese caso, el lobo ya visto en Lozère y en Cantal bien podria hacer hablar de él de nuevo en Gévaudan y el Sud de la Haute-Loire. Del mismo modo que también Val d'Allier le ofrecería un habitat prácticamente a medida.


El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)
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#25

Fuente: Pagina-1 Revista de la Sierra Norte de Madrid nº14 , Marzo 2009
http://www.pagina-1.es/noticia.asp?ref=706

Aullidos en la Provincia de Madrid
Lobos, Cebos y Leyendas

Por Antonio Balduque Álvarez

En la Antigüedad el lobo ha tenido connotaciones tanto positivas como negativas. En ciertas culturas se le consideró como símbolo de la luz y portador de conocimiento por ver mejor en la oscuridad que el hombre, en otras por el contrario, por vivir en cuevas o excavar hoyos para usarlos como guaridas se le representaba como el guardián del infierno, por eso en la mitología griega a Hades, señor del mundo de ultratumba, se le pintaba con una capa de piel de lobo.

Una de las piezas más apetecibles para un lobo es, sin lugar a dudas, el cordero, animal que se asocia a Jesús como buen pastor que soporta sobre sí los pecados de los hombres, por lo que para el cristianismo el lobo no tiene nada positivo, sino perverso y maligno, perviviendo durante siglos la idea de ser un animal demoníaco, peligroso y personificación de pecados capitales como la gula y la ira. Por eso al demonio en ocasiones se le ha representado como un lobo, a las brujas se las imaginaba cabalgando sobre ellos para acudir a sus rituales satánicos, y siempre que en un cuento infantil se quería introducir un personaje malvado o taimado se usaba un lobo, como en los tres cerditos o caperucita roja. Sin embargo para muchos ganaderos que durante siglos habían sufrido sus incursiones nocturnas para degollar ovejas y beber su sangre, los cuentos de lobitos no eran de su agrado, por el contrario, lo que pensaban era que debajo de esa piel se encontraba el mismísimo diablo. Además pocas cosas útiles podía sacar el hombre del lobo pues su carne le repugnaba por ser demasiado coriácea y nauseabunda, y tan sólo utilizaba su piel, los dientes o los pulmones.

Leyendas

Desde la más remota antigüedad el hombre, aunque enemigo del lobo, ha sentido admiración por su osadía, fuerza, poder, voracidad y astucia, por lo que no dudó en usar amuletos fabricados con distintas partes de su cuerpo para que recayeran sobre él todas las virtudes atribuidas al animal. Muchos guerreros acudían al combate vestidos con sus pieles, pues pensaban que aumentaba la fuerza y osadía, por eso uno de los mejores ejércitos del mundo como el romano, obligaba a los portaestandartes de las legiones a entrar en combate vistiendo una piel de lobo rematada con la cabeza del animal por conferirle un aspecto feroz que intranquilizara a sus adversarios. Se llegó incluso a creer que si montaban a caballo usando botas de piel de lobo, la montura también lucharía de una manera más osada y aguerrida. Como esta idea estaba tan extendida, a los niños desde muy pequeños se les colgaba al cuello un diente de lobo para que le ahuyentara los miedos, y para hacerles valientes y fuertes les calzaban igualmente botitas de piel de lobo. Otra extraña costumbre era colocarles entre las ropas trozos de piel de lobo, pues pensaban que así se les preservaba de enfermedades. Si alguien sufría un cólico todo el mundo sabía que el remedio más eficaz para quitar el mal era frotar con insistencia la tripa del enfermo con una de estas pieles, y si el problema era respiratorio no dudaban en beberse un buen tazón de vino en el que se habían disuelto los pulmones molidos de la fiera.

Motivo del antagonismo


La rivalidad entre el hombre y el lobo pudo surgir durante el Neolítico, periodo en el que el hombre dejó de ser un nómada dedicado a la caza y la recolección, para llevar una vida sedentaria centrado en la agricultura y ganadería. Como consecuencia de la roturación de bosques y estepas el lobo tuvo que retirarse a zonas cada vez menos abundantes de caza, por lo que para sobrevivir necesitó centrar su caza en el ganado estabulado por el hombre, presa fácil y abundante. Por su configuración física el lobo no solía atacar a grandes presas por lo que cuando no tenía posibilidades de obtener trofeos fáciles se dedicaba al carroñeo y a las incursiones nocturnas a los basureros rurales, granjas o incluso pueblos. Como el lobo prefiere las piezas poco combativas o las cabezas de ganado mal protegidas por el hombre, desde la antigüedad el enfrentamiento entre ambos ha sido permanente, siendo a partir de la Edad Media cuando se le declaró una guerra a muerte porque los lobos, siempre al acecho, buscaban la más mínima oportunidad para devorar las ovejas, corderos, gallinas o cualquier animal que el hombre tuviera en sus corrales, cuadras o apriscos. Este acecho constante fue lo que permitió que en Roma se asociara al lobo, lupus en latín, con las prostitutas, a las que ellos llamaban lobas, porque esas mujeres estaban también siempre acechando en la noche, tentando al hombre, y de ahí que al lugar donde ejercían su trabajo las “lobas” se le conociera como lupanar. También han llegado hasta nuestros días otras expresiones relacionadas con los ataques de lobos, porque como decimos si los pastores no querían sufrir mermas en sus rebaños tenían que estar constantemente pendientes de sus animales, de ahí que todavía se use la expresión: “reunión de pastores, oveja muerta”.

Todo vale para su exterminio

La única manera que conocía el hombre para frenar el instinto cruel y sanguinario del lobo era exterminándolo, por lo que en Atenas se llegó a pagar el valor de un buey por cada piel de lobo entregada a las autoridades, y en la Inglaterra medieval se autorizó a la población a pagar sus impuestos con pieles de lobos, por lo que lógicamente al llegar el siglo XV este animal casi había desapareció de las frías tierras británicas. En España la guerra contra el lobo tampoco se dejó en el olvido, obligándose en el siglo XIV a que los párrocos junto con sus feligreses efectuaran batidas semanales para capturar el mayor número de alimañas. Como los lobos iban en aumento y los asaltos al ganado se multiplicaban según pasaban los años, en 1538 las Cortes de Toledo no dudaron en insistir al Emperador Carlos V para que aumentara los “premios que se dan a los que mataren lobos”, obligándose también durante los siglos XVI, XVII y XVIII a que en las zonas pobladas por lobos los Ayuntamientos organizasen dos batidas al año para exterminar a todos los lobos que pudieran existir en la comarca. Estas batidas populares casi nunca obtuvieron unos buenos resultados en comparación con los gastos que ocasionaban porque para el número de aldeanos que participaban se cazaban pocos lobos y el Ayuntamiento estaba obligado a ofrecer “un refresco de pan, queso y vino”.

Los mejores cazadores los reyes

Cuando no había guerras, los nobles se mantenían físicamente activos mediante la caza, siendo del agrado de los reyes el organizar grandes cacerías para su disfrute personal y el su corte. Para evitar que los lobos mermaran las piezas que luego iban a cazar, los reyes españoles tenían a su servicio expertos cazadores de lobos que recorrían los Reales Sitios en busca de estas alimañas. Hay documentos que demuestran que monarcas como Felipe III, Felipe IV, Carlos II o Felipe V, utilizaron a estos expertos alimañeros en la Sierra del Guadarrama y de Somosierra para evitar que los lobos se acercaran a las zonas acotadas próximas al palacio de la Granja. Por el contrario Carlos III no necesitaba ningún lobero experimentado porque no había en España cazador que abatiera más piezas que él. Según menciona el viajero Townshend en un libro sobre sus recorridos por España, cuando conoció a Carlos III éste llevaba cazados y apuntados en una libreta la friolera de 1.118 lobos. Para tener una idea del número tan elevado que suponen estas muertes, basta decir que en la actualidad en toda España, y en todo un año, tan sólo se cazan quinientos ejemplares. En cuanto a los miembros de la Real Ballestería del rey cuando les llegaban noticias de la existencia de algún lobo en los alrededores de Madrid, disponían todo lo necesario para hacer una batida que acabara con la vida de la alimaña. El rey, con parte de la Corte, se trasladaba hasta un paraje elevado, mientras que una multitud de lugareños, en ocasiones hasta dos mil, iban batiendo el monte hasta llevar al animal a las proximidades del puesto donde esperaba Carlos III que sólo tenía que respirar hondo y disparar.

Cebos

Su hijo, Carlos IV, también heredó la afición cinegética y la pasión por la caza de lobos, por lo que tenía una cuadrilla permanente de monteros cebadores a cargo de Felipe Guadalix que recorrían los montes madrileños a la caza de estos animales. Para atraer de una manera irresistible a estas alimañas hasta las trampas que colocaban, usaban unos novedosos cebos que tenían como sustancias principales la manteca de cerdo, la cebolla, el alcanfor, los polvos de lirio de Florencia, la miel y el pan. La manteca de cerdo servía para ligar todos los ingredientes, la miel aportaba el dulzor, los toques aromáticos la cebolla, el picante el alcanfor y el lirio de Florencia, gracias a un aceite esencial que contiene, daba un toque exótico a violetas. Para fabricarlo se ponían en una sartén un trozo de manteca fresca sin sal. Lentamente se derretía y se añadían tres trozos de cebolla. Cuando empezaba a hervir se completaba con el lirio de Florencia y el alcanfor, introduciendo luego abundantes trozos de pan en forma de cuadraditos y media taza de miel, moviéndolo todo hasta que estuviera el pan bien tostado.

Que te den morcilla

Con sustancias como la descrita los loberos conseguían atraer hasta las trampas y cepos a los animales dañinos, que una vez muertos eran llevaban a las Justicias de los pueblos. En virtud de una Real Orden de 1788 por cada lobo presentado se le pagaba cuatro ducados, ocho por loba y doce si se capturaba con la camada, pagando además dos ducados por cada lobezno, por lo que al ser más rentable desarrollaron un especial instinto para descubrir las zonas donde se escondían las camadas. En la provincia de Madrid a principios del siglo XIX los loberos solían colocar suspendidos de los árboles fuertes anzuelos recubiertos de apetitosos cebos para que los lobos quedaran clavados por la boca si acudían al irresistible olor. Las trampas y los anzuelos eran usados comúnmente por los loberos porque necesitaban el cuerpo del lobo para cobrar la recompensa, por el contrario, los dueños de las fincas preferían usar para el exterminio la nuez vómica porque al no querer la recompensa les daba igual donde muriera el animal. Este activo veneno era conocido en los pueblos madrileños con el nombre de “Almendilla” y se vendía en todas las droguerías de la capital. Con una lima el cazador de lobos reducía a polvo la nuez vómica, lo mezclaba con carne picada y hacía una masa con la que se rellenaban morcillas o chorizos. Estas morcillas se dejaban en las zonas donde se creía que abundaban los lobos, muriendo a las pocas horas cualquier animal que las comiera, por eso cuando queremos despedir a alguien molesto utilizamos la expresión “¡Anda y que te den morcilla!” sin saber que en verdad le estamos deseando su muerte.

El siglo de los lobos

Con motivo de la Guerra de la Independencia los loberos tuvieron que centrarse más en su supervivencia que en la de los lobos y como consecuencia de los combates, muchos campesinos tuvieron que dejar también de roturar sus tierras, sufriendo el campo español entre los años 1808 y 1814 un triste abandono, motivo por el cual aumentaron considerablemente los lobos en toda la geografía española, incluida la sierra madrileña-segoviana. Una vez finalizada la Guerra la situación era tan complicada que para fomentar el exterminio de estos animales en 1834 se publicó una ley aumentando el premio que se pagaba por cada animal muerto: 80 reales por las lobas preñadas, 60 por loba, 40 por lobo y 20 reales por cada lobezno, debiendo el lobero entregar el cuerpo entero, porque las justicias de los pueblos para justificar el pago tenían que entregar en Madrid el rabo y las orejas. Pasaban los años y en lugar de disminuir su número cada vez aumentaba más, siendo habitual verlos merodeando hasta por las calles de los pueblos, y así lo atestigua la Gaceta de Madrid que en 1847 afirmaba que Galicia se encontraba aterrorizaba porque manadas de lobos habían entrado en algunos pueblos matando a las personas que encontraban. En Solveira unos lobos se comieron a un joven de diez años, en Chaguazoso de un chavalín de siete años tan sólo quedó tras el ataque un jirón de ropa y trozo de cráneo, en Tuge fue devorado un crío de muy corta edad y algunos pastores habían empezado a encontrarse por el monte restos humanos. En la Sierra del Guadarrama y de Somosierra eran tan abundantes que bajaban en oleadas hacia los pueblos segovianos, según lo afirma la Gaceta de Madrid de 1848 que en un artículo titulado “Invasión de lobos en Segovia” decía: “Una horrorosa invasión de lobos tiene aterrorizados a los habitantes de todos los pueblos de estos contornos. Se ven bandadas de seis y de ocho a cualquier hora del día, habiéndose ya verificado multitud de desgracias en los ganados. Cuéntase por muy seguro que algunas personas han sido víctimas de la ferocidad de los lobos”.

Madrid invadida

No sólo la población tenía pánico a salir de sus casas, los ganaderos veían día a día cómo sus rebaños mermaban por los ataques de estas fieras. En vista de tan grave situación en 1859 la Asociación General de Ganaderos eleva al Ministro de Agricultura una petición para que en los presupuestos generales del Estado se incluyera una partida para destruir estos animales malignos. El Ministerio para aceptar la propuesta hace un estudio de los lobos capturados entre 1855 y 1859, y es gracias a este trabajo, que se conserva en su archivo, por lo que conocemos los datos relativos a los lobos existentes en la provincia de Madrid a mediados del siglo XIX, pudiendo afirmar que Madrid fue la provincia española en la que se mataron más animales dañinos durante esos cinco años. En el informe también se menciona que los lobos no sólo causaban daños a la cabaña lanar, sino que al menor descuido de los pastores tanto vacas como caballos o yeguas recibían en su yugular el afilado contacto de unos dientes, teniendo que usar por la noche un farol con cuatro vidrios de distintos colores, porque estas luces eran a lo único que tenían pavor las alimañas. Si esto era así en la vertiente madrileña de la Sierra, en la segoviana los ataques se hacían cada vez más frecuentes porque la “extensión y espesura de los montes” impedía su persecución. Los guardas decían que en el invierno de 1859 era muy frecuente ver manadas de cinco, seis o siete miembros, teniendo localizada una manada de doce lobos que en uno de sus ataques a San Martín de Valdeiglesias mataron 37 cabezas en una sola noche. Otras incursiones análogas a la anterior, aunque con menos muertes, sufrieron los pueblos de Cadalso, Las Rozas, Villa del Prado o Cenicientos. En el mismo invierno los guardas también confirman que la Sierra de Guadarrama está infectada de lobos, siendo común verlos en grupos de seis atacando en los pueblos de la sierra al ganado lanar. Pero la zona donde la invasión tuvo un carácter más terrorífico fue en el partido de Torrelaguna. En todos lo pueblos de la falda y Sierra de Somosierra el más mínimo error del pastor equivalía a la muerte segura de un cordero o de una oveja, y si por descuido por la noche no recogía a las vacas o caballerías en sus corrales, a la mañana siguiente aparecían todas devoradas.

Ataque a la diligencia

Durante el resto del siglo XIX los lobos continuaron siendo un peligro para los pueblos madrileños y su número no disminuía porque las recompensas que daba el Estado a los loberos por cazar estos animales se habían quedado irrisorias, por lo que si se mataba alguno era porque pasaba por delante de la escopeta de algún cazador, no porque hubiera gente especializada en su captura, ya que aquellos se fueron extinguiendo poco a poco, aunque en ocasiones todavía se podía ver en algún pueblo ciertos personajes que llevaban en cajones alguna camada de lobos para que los campesinos y ganaderos le dieran algunas monedas. Todavía a finales del siglo XIX osaba a atacar al hombre en las cercanías de Madrid, constando en documentos de la época que en 1895 la diligencia que hacía el servicio entre El Molar, Riaza y Segovia fue asaltada por una manada de lobos, que llegaron hasta a ocasionar el vuelco del carruaje, resultando heridos dos viajeros y con graves mordeduras las caballerías. Con la llegada del siglo XX el lobo empieza a tener sus días contados. La ley de caza de 1902 y su Reglamento de 1903 estimulaba a los Alcaldes para que persiguieran los lobos localizados en sus términos, aumentaban las recompensas a los que acreditasen haber matado alguno (20 pts por loba, 15 pts por lobo y 7,5 pts por lobezno) y autorizaba a organizar batidas generales para la destrucción de animales dañinos y el envenenamiento de éstos. La puntilla final la recibieron en los años cuarenta cuando se crearon las Juntas Provinciales de Extinción de Animales Dañinos, que con fondos cedidos por derrama entre ganaderos, Ayuntamientos y Organismos provinciales, pudieron dedicarse en conciencia al exterminio sistemático del lobo.

Consideraciones finales

Para entender mejor este artículo no podemos finalizarlo sin hacer una serie de aclaraciones. Hemos comentado que la mayoría de los ataques se producían en invierno y por manadas, pocas veces por lobos solitarios. Para saber el motivo hay que tener en cuenta que los lobos suelen congregarse en verano o principio de otoño en torno a sus cachorros, por lo que fuera de los esos lugares de reunión es muy raro verlo en grupos. Por el contrario la máxima cohesión entre los miembros de una manada se produce en invierno cuando la nieve persiste durante varios meses al año. Durante esta época la nieve dificulta la movilidad de los ungulados (se denominan así a los mamíferos que se apoyan y caminan con el extremo de los dedos que están revestidos de una pezuña, como por ejemplo el caballo o la oveja) por lo que los lobos aprovechan para cazar en manada, obteniendo así mayores y mejores presas. De la lectura de este artículo también podríamos llevarnos la errónea conclusión de que el lobo se alimenta exclusivamente de ungulados vivos, pero no es así. Aunque este animal se acerca a los lugares habitados para esquilmar los rebaños, tan sólo se come al año una media de tres cabezas de ganado, lo que corresponde nada más a un 30% de su alimentación, procediendo la mayor parte del alimento que come del ganado muerto que se encuentra en el campo en forma de carroña. Se calcula que por cada lobo y año hay en la actualidad.

7.000 kilos de carroña de ovino procedente de las ovejas que mueren por causas naturales y que son abandonadas en el campo. Cuando no se hace una campaña de persecución sistemática del lobo, esta ingente cantidad de alimento nos permite comprender por qué ha sobrevivido en países densamente poblados como España sin entrar en conflicto con el hombre.

El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)
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#26

Fuente: http://www.ask-eu.de/News/4404/Confirmada-...-Somosierra.htm

Confirmada la sospecha: Aún quedan lobos en Somosierra


Agentes del SEPRONA, ganaderos y ecologistas han avistado desde hace unos meses el aullido de varios grupos de lobos en la zona norte de la región madrileña, concretamente en Somosierra, un animal que llevaba casi 40 años sin verse por la zona.


Madrid tierra de lobos

Agentes forestales que trabajan en la zona afirman que todo comenzó hace un año, cuando apareció un supuesto ejemplar de lobo atropellado en la A-1. Aunque Medio Ambiente no llegó a confirmar este extremo, tanto vecinos como guardabosques comenzaron a avistar a varios lobos puntualmente y recogieron indicios de su presencia.

Madrid fue tierra de lobos, pero desde los años sesenta no se había vuelto a ver a estos animales que han sido perseguidos y casi exterminados.

Tanto la Administración como los biólogos coinciden en que es una buena noticia, y por eso le preparan el camino. Fue el año pasado cuando se decidió repoblar con especies autóctonas, perdices y liebres para que los animales que vengan encuentren un ecosistema perfecto que les permita asentarse cómodamente.

Difícil convivencia con los ganaderos


Los que no están tan contentos con la noticia son los ganaderos, que temen los ataques de estos animales. Pero para ellos, la consejería está también preparando una serie de medidas para compensar los posibles daños que puedan sufrir. En otras comunidades como Castilla La Mancha cuando comenzaron los ataques aprobaron una normativa para destinar ayudas a los ganaderos afectados.

Los ganaderos de la zona noroccidental de la península Galicia, León y Asturias son los que más sufren los ataques de los lobos, aunque en Castilla y León también se producen muchos casos, ya que es la Comunidad con más ejemplares.

Una especie en recuperación

El lobo ibérico ha consolidado desde hace varios años su presencia en Castilla y León desde uno de los últimos reductos, en los que pudo sobrevivir a su pasada etapa en peligro de extinción, la sierra de la Culebra de Zamora.

En toda Europa el lobo cuenta con protección plena. Entre Zamora y Galicia, de donde proceden los ejemplares que llegan a Madrid, viven entre 1.500 y 2.000 ejemplares, y es Asturias donde la especie está experimentando un auge más importante, ya que en esta comunidad está prohibida la caza.

Todavía no están asentados

"Sabemos que hay dos grupos pululando entre Segovia, Madrid y Guadalajara que pasan por Somosierra aunque no están asentados. Ni los empleados más viejos del lugar habían visto lobos por aquí. De todas formas, es posible que, en unos años, puedan recolonizar la zona de la sierra del Rincón, el Atazar y Montejo", señalan fuentes del SEPRONA.

No obstante, los biólogos consideran que la región carece de animales salvajes o de pastoreo suficientes y susceptibles de ser depredados por el lobo. Su alimento suele ser corzos o jabalíes, aunque si tiene hambre puede cazar ovejas o vacas. Tampoco es difícil que se habitúe a los recursos del propio hábitat. Así, no es difícil ver merodear a algún lobo por un estercolero o cazar topillos en los últimos tiempos en Castilla y León.

El portavoz de Ecologistas en Acción Teo Oberhuber, ha confirmado que existen movimientos de estos depredadores por la sierra nordeste de la región, aunque no está contabilizado su número, "ante la ausencia de un estudio científico que permita controlar su situación y reproducción".

Por ello, solicita a la Comunidad de Madrid que elabore una normativa específica que contemple medidas de protección de esta especie, para facilitar la conservación y recuperación de su hábitat y "compruebe qué está ocurriendo".

De la misma opinión es el portavoz del Sindicato de Agentes Oficiales de la Comunidad de Madrid (SAFTAM), José Manuel Bermúdez, que insta al Gobierno regional a realizar un estudio para conocer el número de ejemplares que habitan la zona y regular posibles ataques a ganado, tal y como han hecho otras comunidades autónomas.

De momento, el único estudio de situación lo está elaborando en el linde entre Segovia y Madrid el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Museo Nacional de Ciencias Naturales e ingeniero de Montes Fernando Palacios.

fuente: Loles Silva - www.eleconomista.es

El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)
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#27

Fuente: http://www.mediterrania-cie.org/cas/index....7&Itemid=87

El lobo, entre la espada y la pared

Su mirada fijada en un viejo muflón, y todos lo han entendido, saben quién será su presa, el macho alfa ha decidido. La carrera no será fácil ya que el muflón pone todo su empeño, su vida está en juego, los lobos le persiguen y cortan su paso hasta que uno de ellos lo alcanza y logra abatirlo, enseguida el grupo lo sujeta y uno de ellos se aferra a su cuello hasta asfixiarlo. Ahora la jerarquía marca el turno de comida, por suerte la presa es grande y habrá para todos.

El lobo ha ejercido su papel dentro del entramado trófico y tenemos que agradecer su presencia como una pieza más del ecosistema natural de la montaña más salvaje y a la vez más pura. El lobo se sabe rey pero con una limitación que impide que también se sienta señor, el hombre y su encarnizada odisea contra él. Nadie le ha declarado la guerra pero desde hace cientos de años el lobo sufre la persecución del hombre que con o sin razón ha exterminado la mayor parte de la población de este can en la Península Ibérica.

El último lobo ibérico de Cataluña cayó abatido en la zona de los Puertos de Tortosa- Beceite en 1972. Poco antes había desparecido el último lince de estas mismas tierras. Los dos se extinguieron debido al interés del hombre por no compartir una tierra que nadie le ha otorgado en propiedad.

Ahora, en pleno siglo XXI, el lobo continúa cayendo por culpa del autoeregido dueño del planeta, el hombre, el ser que se siente superior y que se define como pensante o racional. Pero no nos podemos engañar a nosotros mismos, ya que pensar sólo lo hacen unos pocos y razonar aún menos. Si este planeta debe estar supervisado y coordinado por nosotros es necesario recopilar todos los datos que han hecho que la tierra sea como es, donde la red de vida que conforman todos los seres vivos y los elementos inanimados han tenido y tienen su papel. Cada elemento del paisaje es importante y si alguno de ellos falla rompemos el equilibrio que ha provocado entre otras consecuencias que el hombre ahora este aquí, y el lobo es una de esas piezas clave.

Inteligente y social, así es el lobo, un ser que ahora comenzaba a recuperar territorio, para el bien de todos, ya que puede devolver el equilibro allá donde falta, porque es el animal que podrá mantener a raya poblaciones como las del jabalí, que tanto daño hacen a la agricultura o impedir que la cabra montés se convierta en un problema a controlar por los cazadores.

Todos debemos tener cabida en este planeta, ya que todos somos fruto de una estrecha relación entre la casualidad y la selección “natural” y no humana, como algunos practican.

El lobo necesita de nuestra ayuda porque somos nosotros precisamente los que lo hemos arrastrado hasta esta situación. No podemos permitir que el lobo desaparezca una vez más por el sentido de propiedad del hombre que dice constantemente “aquí vive quien yo quiero” sin comprender que cada uno de los seres vivos del planeta es insustituible e importante en el desarrollo evolutivo.

Alguien que ha entendido esta reflexión y que la ha llevado a cabo al pie de la letra es el biólogo i fotógrafo naturalista Carlos Sanz. Un hombre que no solo ha contribuido a la desmitificación de la parte maléfica del lobo, a través de algunos libros como “Amigo lobo”; de exposiciones tipo “Amigo lobo. Leyenda y realidad del Lobo Ibérico”, o de piezas audiovisuales como por ejemplo los capítulos del documental “Pacto con lobos” de la serie televisiva “Especies Naturales” de TVE. Sanz ha ido más allá y se ha dedicado también a la lucha por la preservación de la especie, hasta el punto de dedicarse a su crianza.

Desde nuestra entidad, Mediterrània-CIE, queremos reconocérselo y por ello hemos decido otorgarle el Reconocimiento Ones Mediterrània de Defensa del Patrimonio Natural de la XV edición de los Premios Ones Mediterrània del próximo 5 de junio en Tarragona.

Sigamos el ejemplo de Carlos Sanz, cada uno en la medida en la que podamos, pero al menos, no dejemos que sigan cazando lobos. Exijamos que se contemple a esta especie como no cinegética y comencemos a devolver al resto de seres lo que también es suyo.

Txiqui López, Mediterrània-CIE

El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)
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#28

Fuente: http://www.mediterrania-cie.org/cas/index....9&Itemid=87

La necesaria coexistencia entre lobos y humanos en el siglo XXI

Lobos y humanos han competido desde hace miles de años por un mismo recurso alimenticio: la carne. Y, especialmente, desde el Neolítico, desde que el hombre se hizo agricultor y ganadero y declaró al animal una guerra sin cuartel que dura hasta nuestros días. No obstante, la ignorancia, las falsas creencias y la superstición que durante siglos han justificado la persecución de la especie por todos los medios posibles, hasta lograr su extinción en gran parte de su área de distribución, han dado paso en las últimas décadas a un mayor y objetivo conocimiento de este mamífero. Científicos y divulgadores han ido diferenciando y separando poco a poco los mitos, fábulas y leyendas que envuelven a este emblemático animal, de su auténtica realidad biológica y sociocultural.

Los lobos ibéricos alcanzaron a principios de los años 70 del pasado siglo sus mínimos históricos, con una reducida población (estimada en unos 400-500 ejemplares) que parecía abocada al exterminio. Pero, afortunadamente para ellos, y para el resto de nuestra privilegiada biodiversidad, en aquella época apareció en escena el carismático divulgador Félix Rodríguez de la Fuente, quien pública y apasionadamente empezó a desmitificar la negativa imagen que se tenía del lobo (al que se veía como un animal “cruel, sanguinario y devorador de personas”), y a reivindicar el importante papel que este depredador desempeña en el mantenimiento del equilibrio biológico de los ecosistemas en los que habita.

El Amigo Félix consiguió también que el lobo dejara de considerarse una “alimaña”, (término con el que hasta hace pocos años se denominaba de forma generalizada a todos los animales carnívoros), y pasara a ser una especie “cinegética” en la Ley de Caza de 1970. A esta primera medida le siguieron otras normativas de ámbito internacional, estatal y autonómico, que abogaban por su defensa, respeto y conservación. Lo que unido a la nueva conciencia ecológica de nuestra sociedad y a la excepcional capacidad de adaptación del cánido salvaje, ha tenido como resultado el que los lobos ibéricos hayan experimentado en las últimas décadas una notable recuperación de sus efectivos, estimándose en la actualidad una población de 1.500 - 2.500 ejemplares (con acusadas fluctuaciones interanuales, y según las épocas del año.

clickar para ampliarPero esto no significa que haya que echar las campanas al vuelo, ni mucho menos, pues la especie continúa amenazada por múltiples y variados factores, cuyos negativos efectos habrá que superar, minimizar y corregir, en la medida de lo posible: destrucción y alteración de sus hábitat naturales, fragmentación de sus territorios por la proliferación de infraestructuras viarias, caza ilegal y furtiva, competencia e interacción con perros asilvestrados, sensacionalistas campañas anti-lobo orquestadas desde determinados medios de comunicación...

Por otra parte, y para lograr la superación del miedo atávico e irracional que todavía hoy se le tiene a este animal en algunas zonas rurales, así como para conseguir la necesaria coexistencia entre esta mítica y fascinante especie con algunas de las actividades humanas tradicionales, se hace imprescindible la adopción de diversas medidas. Entre ellas, podríamos citar la realización de campañas de educación y sensibilización, la puesta en valor del lobo y del patrimonio cultural asociado a la especie como una fuente de recursos turísticos, el fomento de las buenas prácticas de manejo ganadero para prevenir los ataques al ganado, la justa y rápida compensación de los daños, la persecución y erradicación del furtivismo, la reducción de la picaresca, la vigilancia y eliminación (en su caso) de los perros asilvestrados,... además del control ordenado de las poblaciones lobunas en donde pudieran resultar especialmente abundantes, o en donde los daños a la ganadería se repitan insistentemente.

Pero la necesaria y deseable coexistencia entre lobos y humanos en el siglo XXI solo se alcanzará con un alto grado de consenso y corresponsabilidad entre todos los colectivos implicados de una u otra forma en la conservación y gestión del lobo. Por lo que se hace imprescindible un Pacto de convivencia con los lobos que permita compatibilizar los planteamientos e intereses -muchas veces opuestos y enfrentados- de las diferentes Administraciones, los ganaderos, los cazadores, los investigadores, los conservacionistas, los medios de comunicación y la población en general. Y, sin duda, habrá que hacer un gran esfuerzo solidario para superar el reto que supone la conservación de esta auténtica joya de nuestra biodiversidad, parte fundamental e irrenunciable del privilegiado patrimonio natural que hemos recibido, y que debemos legar a las futuras generaciones.

Carlos Sanz

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#29

Fuente: La voz de Galicia http://www.lavozdegalicia.es/galicia/2009/...003_7716136.htm

Trampa letal para lobos en Dumbría
Autor: Eduardo Eiroa Fecha de publicación: 13/5/2009

Dos vecinos fueron detenidos por cazar cánidos y jabalíes con lazos de acero, práctica totalmente prohibida y que supone una lenta agonía para los animales

Agentes del Seprona detuvieron a dos vecinos de Dumbría (A Coruña) acusados de delitos contra la flora y la fauna. Los dos hombres, M.R.T., de 68 años, y J.A.R.S., de 33, padre e hijo, se encuentran en libertad con cargos acusados de poner lazos de acero en el monte para cazar lobos y otros animales.

Los agentes los responsabilizan de haber acabado, con esas trampas, al menos con la vida de un lobo y de tres jabalíes. El lobo es una especie protegida cuya caza está totalmente prohibida. Más con ese tipo artilugios. Hace un mes, los agentes del Seprona -que contaron con la colaboración de técnicos de Medio Ambiente para identificar a los dos sospechosos- encontraron varios lazos de acero en las inmediaciones de una finca de Dumbría. Unos días después aparecían dos jabalíes muertos y más lazos, colocados estratégicamente en los lugares de paso de los animales salvajes.

Los agentes retiraron las trampas de la zona forestal y pusieron en marcha un sistema de vigilancia para tratar de dar con las personas que las ponían. Días después se encontraron con que los lazos retirados habían vuelto a aparecer y con ellos un nuevo jabalí y un lobo muertos. Empleando «medios tecnológicos», según explican desde la Guardia Civil, los agentes consiguieron identificar a los responsables de la colocación de las trampas. Padre e hijo ya habían sido localizados antes en las inmediaciones del lugar de los hechos realizando tareas agrícolas. Tras su detención parece demostrado que también se dedicaban a otras labores.

Hasta una veintena de lazos se llevaron los efectivos del Seprona. Se trata de una trampa simple y letal que condena a los animales que caen en ella a una muerta lenta y dolorosa. Se compone tan solo de un cable de acero en forma de aro con una especie de nudo corredizo. Los cazadores furtivos los sitúan en medio de los lugares de paso de los animales, que meten la cabeza, y a veces medio cuerpo en ellos, y siguen avanzando hasta que el lazo se cierra. Cuanto más lucha la fiera por liberarse más se aprieta la trampa en torno a su cuello o su abdomen.

Una gran parte de los que caen en los lazos acaban muriendo por asfixia. Otros fallecen de hambre y sed con el paso de los días y sin posibilidad de soltarse.

En Dumbría, el Seprona consiguió detener a dos personas, pero los terribles lazos no son exclusivos de ese municipio de la Costa da Morte. El mismo tipo de trampa se puede encontrar también con facilidad en las superficies forestales de Muxía, Mazaricos, Cee o Vimianzo.

No es el único medio que se emplea. En la zona -al menos en Mazaricos, Vimianzo y Muxía- hay pruebas de caza de lobos con escopeta. También con veneno han caído cánidos en Vimianzo y Dumbría. Hacía años que no se detectaba una presencia tan elevada de trampas para acabar con los lobos. Y no solo con ellos, también con jabalíes y otras especies, ya que los medios empleados no son selectivos.

Solo quedan dos de cinco

En los montes de la Costa da Morte se estaba realizando un seguimiento de cinco lobos para conocer sus hábitos y su comportamiento. De los cinco animales marcados, solo quedan dos vivos. Los otros tres murieron en los últimos meses, todos ellos a causa de la caza ilegal. El lobo es una especie protegida que suma a la reducción de su medio su injustificada y ancestral mala fama.

Otras fuentes para la misma noticia:

http://www.20minutos.es/noticia/468327/0/d...os/caza/coruna/
http://www.xornal.com/artigo/2009/05/13/ga...7110133690.html

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#30

El lobo vuelve a la Sierra de Guadarrama

19/5/2009, Por Alicia Ruiz

El lobo vuelve a pisar la Sierra Madrileña. A pesar de ser una zona peligrosa para ellos, se expande hacia el sur de la Península Ibérica en busca de presas fáciles: vacas nodrizas recién nacidas. Ganaderos de la comunidad castellano leonesa y madrileña están preocupados por la reaparición de estos animales.
El ganado vacuno que se encuentran libre en los pastos mancomunados han sido víctimas durante las últimas noches del ataque del carnívoro. Ganaderos de Navalperal, en la provincia de Ávila, han denunciado las bajas de su ganado al ministerio de Medio Ambiente.

Ataque

Hecha la denuncia, agentes de Medio Ambiente acudieron a la zona de conflicto para investigar el origen de los ataques y descartar a los perros asilvestrados. Parece ser que sí es el lobo el responsable.
Los ganaderos han recibido la indemnización correspondiente gracias al seguro obligatorio que les protege de los daños causados por lobos o perros silvestres. La Consejería de Medio Ambiente está estudiando medidas oportunas para mantener seguros a los ganaderos de esta especie protegida.

Comentario de lector:

Aunque los ganaderos se pongan nerviosos, en la sierra de Madrid lo mejor que puede pasarles es que vuelva el lobo, que no se acerca al ganado doméstico si tiene otra opción (sabe como las gastamos los humanos y nos temen con toda la razón del mundo) pero no soportan la presencia de otros depredadores (a nadie le gusta la competencia) por lo que en cuanto detectan perros asilvestrados tienden a expulsarlos, si pueden del mundo, ya me entendeis, y son estos últimos los que ocasionan la mayor parte de las perdidas ganaderas, ya que no temen al hombre.

Fuente: http://www.ambientum.com/boletino/noticias...-Guadarrama.asp

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