[span style=\\\'color:purple\\\']La defensa psíquica nos atañe a todos[/span]
Algunas personas siguen estudiando latín, aún siendo lengua muerta, porque eso ayuda a desarrollar un pensamiento más ordenado. Sin embargo, no equiparable al caso de la Defensa Psíquica, puesto que ésta no es nada lejano, nada ajeno al humano común, y sigue tan vigente como el primer día.
El caso es que todos a diario nos exponemos a riesgos psíquicos, en diferentes niveles. Desde el hecho de subir al metro, hasta nuestras relaciones personales, con mención especial a las laborales. Aunque la mayoría de ocasiones de este rango no entren en la definición de "ataque", no dejan de resultar un peligro ante el que prevenirnos y, en ocasiones, defendernos.
Por lo que he visto, hay dos tipos de actitudes extremas en referencia al fenómeno del riesgo, abuso o ataque psíquico; una es considerarse constantemente "atacado", y la otra ignorar a priori la posibilidad de tal hecho: tan malo es enredarse en la paranoia, como ser negligente con el tema.
Es de lógica, pues, buscar una referencia que nos ayude a sopesar las situaciones. Y esa referencia no puede ser otra que nosotros mismos, y nuestro grado de lo que podríamos llamar "salud psíquica".
Entre el común de las gentes hay a menudo personas autodestructivas o meramente depresivas; si en alguna ocasión se sienten "atacadas", lo más provable es que el ataque lo hayan llamado ellos solos. Esto no quiere decir que no estén siendo realmente atacados, pero es como si un fumador va al médico quejándose de mala circulación, por más fármacos que se le receten, dejar el tabaco seria una pauta principal a seguir. Esto no cambia la importancia del problema; las personas que se ven fascinadas por lo nocivo, tienen, a mi entender, el mismo probema que cualquier adicto. Y necesitarán un tipo de tratamiento específico para lograr una cota normal de salud.
Ahora bien, por otro lado existe otro grupo de riesgo que son las personas que están metidas en prácticas del tipo mágico, o incluso llevando a cabo trabajos, o estando en posiciones que pueden resultar molestas para otros. Pueden estar perfectamente sanas psíquicamente, pero sería tan absurdo no tomar unas medidas básicas de prevención en estos casos como lo es no usar lo equipos de seguridad en los trabajos que así lo requieren.
La primera, y principal arma de Defensa Psíquica es uno mismo.
... Si lo pienso bien, es tontería que escriba esto para algunas personas, y si lo pienso dos veces bien, sigue siendo importante... Esto es porque al ser un gupo abierto no me dirijo sólo a mis queridos conocidos, que saben de esto bastante más que yo, sino que escribo para cualquiera que pueda asomar el hocico por aquí, y también para mi misma.
La primera, y principal arma de Defensa Psíquica es uno mismo.
Por lo que si uno está al corriente de su grado de salud psíquica, y las fluctuaciones habituales en ella, es fácil detectar cuando el problema no viene de uno, y el lugar en el que se localiza; y puede pasar directamente a la solución. Y ahí entra de maravilla, creo yo, el mensaje de Alfonso, que sí tiene nivel.
Pero si uno ni siquiera se detiene a hacerse un chequeo, puede ser como dejarse la ventana abierta, o tener un boquete en la pared del salón, y preguntarse de dónde viene el frío, ( y quedarse preguntándoselo hasta la congelación).
Para mi la ejecución de la defensa psíquica, no es más que hacer valer el derecho/deber de ser íntegro. Cuando una persona o entidad o cosa trata de violar los límites de nuestro espacio vital, se está metiendo en algo que no le pertenece, o tratando de robar algo que no le pertenece.
No es justo, y ya. Dudo mucho que un ejercicio de defensa psíquica funcione para quien está consciente de que no estar en línea con aquello que es justo. La defensa psíquica ( tal como la defensa física) no puede ser sólo para uno o más golpes, ni hacer alarde de potencia o resistencia... el "detrás" de la defensa psíquica es estar conectado con aquello que debe ser, y permitir que prevalezca a través de nosotros: No se puede defender lo indefendible, sólo se puede ser cómplice de lo incorrecto.
Y bien... si la defensa psíquica, no es más que hacer valer el derecho/deber de ser íntegro. Y la principal arma de defensa psíquica es uno mismo. No queda de otra que empezar observándose, y ver dónde le falla el respeto hacia sí mismo, o dónde están los puntos débiles por dónde su integridad podría resquebrajarse.
Los ataques pueden ser como golpes externos, pero el ataque más peligroso es el que emplea elementos no controlados de la mente o las emociones de uno. Los escudos pueden cubrirte y detener golpes externos, pero el verdadero escudo es el que irradia desde dentro y no permite invasiones, filtraciones o infecciones.
Es imortante, pues desarrollar y mantener, previamente, o paralelamente, o incluso posteriormente al choque con un peligro psíquico ( e independiente,ente de su nivel), una suerte de "ecología psíquica", una puesta a punto, y mantenimiento básico de nuestra principal arma; uno mismo.
Estar preparados, no para grandes batallas, sino para la vida misma, y luego ser capaces de subir las protecciones cuando sea necesario.
La defensa psíquica no es sólo una defensa ante los posibles peligros, bien entendida debería ser también una fuente de salud, y un método para la optimización de nuestros recursos energéticos.
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)