02-09-2008, 10:27 AM
MANUAL DEL PERFECTO DARKETO
Por las hermanas de March
"Vampiro, vampiro,
de un pedo te tiro,
de dos te levanto,
de tres te ataranto,
de cuatro te mando
hasta el camposanto."
- Anónimo del siglo XII -
Atendiendo a las desaforadas súplicas de los lectores, las hermanas de March hemos accedido a colaborar con otra de nuestras series de consejos para el buen comportamiento en sociedad. En esta ocasión, los favorecidos son los "darketos" [Nombre científico: homo jorobadus in harapus nigra], esa rara especie cada vez más abundante que encuentra su hábitat en el tianguis del Chopo y las regiones menos afortunadas de Coyoacán. Individuos que se alimentan de cocteles Bloody Mary, y que pregonan ser sucesores de Drácula, Nosferatu, pero mucho más probablemente, de la linajuda familia de murciélagos que ocupa desde hace siglos las milenarias grutas de Cacahuamilpa.
Para ellos va, con todo afecto [aunque siempre de lejecitos], la siguiente lista de buenas maneras a observar en la vida diaria.
1.- Ponga cara de fastidio SIEMPRE. Eso implica evitar sonreír, torcer la boca, hacer pucheros o cualquier manifestación de vida. Sin embargo, en caso de que fuera necesario colocar alguna expresión en su rostro, ensaye una especie de gruñido mudo utilizando sólo la mitad de la cara y úselo de manera reiterativa. Para mayor detalle, consulte la película "La noche de los muertos vivientes" de George A. Romero, y fíjese en la cara de los zombies. Otra cosa: recuerde que los vampiros duros no bailan.
2.- Provéase de una gabardina negra, lo más larga posible, y lo suficientemente cómoda para ser usada "del diario" e incluso como camisón de dormir. Recuerde que esa prenda será la que le acompañe hasta el día de su muerte. A propósito, hable siempre de su muerte como un hecho prácticamente imposible, y si alguien lo sorprendiera en el vergonzoso acto de agonizar, amenácele de inmediato con su reencarnación inminente. Recuerde: los vampiros duros no mueren.
3.- Constrúyase una imagen propicia. En la mayoría de los casos, la gabardina negra y unos zapatos estilo ortopédico-siglo pasado-tacón ladrillo, resolverán la vestimenta. Pero ahora llegamos a la parte complicada: el maquillaje.
Concéntrese en parecer cadáver. La forma más sencilla es comprar un frasco de crema Nivea o, en su defecto, de la de las Tres Caritas, y mezclarla con un bote de talco. Para resultados más dramáticos puede añadir algo de amarillo ocre y quizá un toque de verde vejiga [¡ah, caray! ya nos estamos fusilando a Bob Ross] y ya está. Por cierto, no olvide maquillarse también el cuello o acabará pareciendo polvorón sopeado en Coca Cola. El toque final lo dará el delineador negro aplicado liberalmente en párpados y boca. Respecto a esto último, si usted es de los vanguardistas que usan colmillos postizos del mercado de la Lagunilla, cuide que no se le manchen al hablar, o en lugar de vampiro se verá como rata con caries.
4.- Evite las iglesias hasta en las bodas de sus primas, y no use cruces como adorno a menos que sean swasticas, celtas, egipcias o en forma de puñal. Tatúese, o de perdida péguese una calcomanía diabolicona y use aretes en donde el pellejo se lo permita.
5.- Hágase fama de estrictamente noctámbulo, aunque en su casa le pongan la medianoche como límite para llegar. Y POR FAVOR, cuide que nadie lo vea reportarse por teléfono con su mamá cada media hora [costumbre observada religiosamente por este grupo taxonómico].
6.- Lea concienzudamente y, si es posible, memorice toda la bibliografía de los poetas malitos... perdón, malditos [entiéndase Baudelaire, Rimbaud, etcétera] y, por supuesto, las obras completas de Lady Ann Rice [galardonada con el título de "La Corín Tellado de la
literatura de terror"]. En todos los casos aprenda a pronunciar correctamente los nombres de dichos autores para que pueda citarlos fielmente y así, dar fe de su tenebrosa cultura.
7.- Haga hincapié en su sadismo, su infinita maldad y principalmente: su insaciable sed de sangre. Para ese efecto, nunca coma en público. Que jamás lo vean en el puesto de los tamales o en el de las tortas de oreja de elefante y ni siquiera con los tacos de moronga. Piense que a quien usted trata de emular es al enigmático conde creado por
Bram Stoker, y no a un personaje de Paco Ignacio Taibo II. Por eso, usted atibórrese de garnachas en la intimidad de su hogar y luego acuda a algún bar de moda, de preferencia durante la hora feliz de a 2 x 1, pida un Bloody Mary y dedíquese a beberlo a tragos pequeñitos, conservando siempre una actitud ausente e inaccesible [si a la primera no le sale, inspírese en el vampiro maricón ese... ¡Oh! mil disculpas, quisimos decir en el sublime Louis de la "Entrevista con el vampiro"].
8.- Constrúyase una guarida adecuada. Lo ideal será poseer un castillo medieval y usar como aposento un sarcófago expresamente diseñado. Pero, seamos realistas, esto es el tercer mundo, así que si tampoco cuenta con una recámara propia, dedique sus esfuerzos sólo a la parte de la habitación que le corresponda: esos tres o cuatro hermanos (as) con quienes duerme, podrían protestar agriamente por el abrupto cambio de la decoración.
Si no puede pintar de negro la pared, un póster ampliado de Brandon Lee en "El cuervo" será suficiente para lograr el efecto. También puede tapizar con portadas de Vampirella o de Batman.
Cuando sus amigos le visiten, recíbalos siempre con música de Bauhaus, Human Drama, London After Midnight o, cuando menos, Santa Sabina. Lo sentimos: los cassettes de José José, Luismi y Alejandro Fernández deberá ocultarlos donde ni su mamá los descubra al hacer la limpieza.
Otro consejo de decoración: tiña de negro la colcha de cuadritos que le regaló su madrina de bautizo y cósale algunos murciélagos, serpientes y arañas de hule entre los pliegues. El efecto será impactante, y hasta su papá se preguntará cómo es que alguien puede dormir con semejante cosa encima.
9.- Por último: Si por jugarretas del destino, que no faltan, se viera usted en la necesidad de ir a solicitar trabajo en SEARS o inscribirse [por fin] en alguna escuela de a de veras, le rogamos se olvide de todos estos consejos y haga lo que está en su poder para recuperar la apariencia de un integrante de la humanidad. Pero no se deprima, no hay por qué sentirse un traidor a los ideales, quizá un detalle discreto como un murcielaguito de latón en la solapa o unas pantaletas con el logotipo de Batman, bastarán como recordatorio de su glorioso y sanguinario pasado, y como una señal irrevocable de que "vampiro que traga huevos, aunque se queme el colmillo".
Por las hermanas de March
"Vampiro, vampiro,
de un pedo te tiro,
de dos te levanto,
de tres te ataranto,
de cuatro te mando
hasta el camposanto."
- Anónimo del siglo XII -
Atendiendo a las desaforadas súplicas de los lectores, las hermanas de March hemos accedido a colaborar con otra de nuestras series de consejos para el buen comportamiento en sociedad. En esta ocasión, los favorecidos son los "darketos" [Nombre científico: homo jorobadus in harapus nigra], esa rara especie cada vez más abundante que encuentra su hábitat en el tianguis del Chopo y las regiones menos afortunadas de Coyoacán. Individuos que se alimentan de cocteles Bloody Mary, y que pregonan ser sucesores de Drácula, Nosferatu, pero mucho más probablemente, de la linajuda familia de murciélagos que ocupa desde hace siglos las milenarias grutas de Cacahuamilpa.
Para ellos va, con todo afecto [aunque siempre de lejecitos], la siguiente lista de buenas maneras a observar en la vida diaria.
1.- Ponga cara de fastidio SIEMPRE. Eso implica evitar sonreír, torcer la boca, hacer pucheros o cualquier manifestación de vida. Sin embargo, en caso de que fuera necesario colocar alguna expresión en su rostro, ensaye una especie de gruñido mudo utilizando sólo la mitad de la cara y úselo de manera reiterativa. Para mayor detalle, consulte la película "La noche de los muertos vivientes" de George A. Romero, y fíjese en la cara de los zombies. Otra cosa: recuerde que los vampiros duros no bailan.
2.- Provéase de una gabardina negra, lo más larga posible, y lo suficientemente cómoda para ser usada "del diario" e incluso como camisón de dormir. Recuerde que esa prenda será la que le acompañe hasta el día de su muerte. A propósito, hable siempre de su muerte como un hecho prácticamente imposible, y si alguien lo sorprendiera en el vergonzoso acto de agonizar, amenácele de inmediato con su reencarnación inminente. Recuerde: los vampiros duros no mueren.
3.- Constrúyase una imagen propicia. En la mayoría de los casos, la gabardina negra y unos zapatos estilo ortopédico-siglo pasado-tacón ladrillo, resolverán la vestimenta. Pero ahora llegamos a la parte complicada: el maquillaje.
Concéntrese en parecer cadáver. La forma más sencilla es comprar un frasco de crema Nivea o, en su defecto, de la de las Tres Caritas, y mezclarla con un bote de talco. Para resultados más dramáticos puede añadir algo de amarillo ocre y quizá un toque de verde vejiga [¡ah, caray! ya nos estamos fusilando a Bob Ross] y ya está. Por cierto, no olvide maquillarse también el cuello o acabará pareciendo polvorón sopeado en Coca Cola. El toque final lo dará el delineador negro aplicado liberalmente en párpados y boca. Respecto a esto último, si usted es de los vanguardistas que usan colmillos postizos del mercado de la Lagunilla, cuide que no se le manchen al hablar, o en lugar de vampiro se verá como rata con caries.
4.- Evite las iglesias hasta en las bodas de sus primas, y no use cruces como adorno a menos que sean swasticas, celtas, egipcias o en forma de puñal. Tatúese, o de perdida péguese una calcomanía diabolicona y use aretes en donde el pellejo se lo permita.
5.- Hágase fama de estrictamente noctámbulo, aunque en su casa le pongan la medianoche como límite para llegar. Y POR FAVOR, cuide que nadie lo vea reportarse por teléfono con su mamá cada media hora [costumbre observada religiosamente por este grupo taxonómico].
6.- Lea concienzudamente y, si es posible, memorice toda la bibliografía de los poetas malitos... perdón, malditos [entiéndase Baudelaire, Rimbaud, etcétera] y, por supuesto, las obras completas de Lady Ann Rice [galardonada con el título de "La Corín Tellado de la
literatura de terror"]. En todos los casos aprenda a pronunciar correctamente los nombres de dichos autores para que pueda citarlos fielmente y así, dar fe de su tenebrosa cultura.
7.- Haga hincapié en su sadismo, su infinita maldad y principalmente: su insaciable sed de sangre. Para ese efecto, nunca coma en público. Que jamás lo vean en el puesto de los tamales o en el de las tortas de oreja de elefante y ni siquiera con los tacos de moronga. Piense que a quien usted trata de emular es al enigmático conde creado por
Bram Stoker, y no a un personaje de Paco Ignacio Taibo II. Por eso, usted atibórrese de garnachas en la intimidad de su hogar y luego acuda a algún bar de moda, de preferencia durante la hora feliz de a 2 x 1, pida un Bloody Mary y dedíquese a beberlo a tragos pequeñitos, conservando siempre una actitud ausente e inaccesible [si a la primera no le sale, inspírese en el vampiro maricón ese... ¡Oh! mil disculpas, quisimos decir en el sublime Louis de la "Entrevista con el vampiro"].
8.- Constrúyase una guarida adecuada. Lo ideal será poseer un castillo medieval y usar como aposento un sarcófago expresamente diseñado. Pero, seamos realistas, esto es el tercer mundo, así que si tampoco cuenta con una recámara propia, dedique sus esfuerzos sólo a la parte de la habitación que le corresponda: esos tres o cuatro hermanos (as) con quienes duerme, podrían protestar agriamente por el abrupto cambio de la decoración.
Si no puede pintar de negro la pared, un póster ampliado de Brandon Lee en "El cuervo" será suficiente para lograr el efecto. También puede tapizar con portadas de Vampirella o de Batman.
Cuando sus amigos le visiten, recíbalos siempre con música de Bauhaus, Human Drama, London After Midnight o, cuando menos, Santa Sabina. Lo sentimos: los cassettes de José José, Luismi y Alejandro Fernández deberá ocultarlos donde ni su mamá los descubra al hacer la limpieza.
Otro consejo de decoración: tiña de negro la colcha de cuadritos que le regaló su madrina de bautizo y cósale algunos murciélagos, serpientes y arañas de hule entre los pliegues. El efecto será impactante, y hasta su papá se preguntará cómo es que alguien puede dormir con semejante cosa encima.
9.- Por último: Si por jugarretas del destino, que no faltan, se viera usted en la necesidad de ir a solicitar trabajo en SEARS o inscribirse [por fin] en alguna escuela de a de veras, le rogamos se olvide de todos estos consejos y haga lo que está en su poder para recuperar la apariencia de un integrante de la humanidad. Pero no se deprima, no hay por qué sentirse un traidor a los ideales, quizá un detalle discreto como un murcielaguito de latón en la solapa o unas pantaletas con el logotipo de Batman, bastarán como recordatorio de su glorioso y sanguinario pasado, y como una señal irrevocable de que "vampiro que traga huevos, aunque se queme el colmillo".
La consigna:<br />Mantener la Dignidad, la Fe, la Esperanza, el Respeto y el Honor. A traves de la Sabiduria, la Serenidad, la Sensibilidad y la Sencillez. regresar al Origen. <br /><br />Los seres humanos son libres excepto cuando la humanidad los necesita.<br />ORSON SCOTT CARD
