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Dile no a la mentira
#11

Yo vi el esqueleto gigante (en video). En youtube hay unos videos de criptozoologia donde sale el esqueleto del titan.
Ademas, que tal si los titanes no tenian forma humana? y por lo tanto no tenian esquelto, por eso no hay restos de ellos enterrados.
En fin, otro meme que ha sido vacunado.

Marco Antonio Arenas Chipola fue expulsado por insultar a mujeres y reclutador para sectas. Se confirma en el año 2009 que ha sido reclutado por la secta templo de la serpiente emplumada, y que realizó robo de un perro con pedigree hacia nuestra AC, además de despojo a su maestro de artes Marciales, Hoffner Long.
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#12

Un montaje de photoshop demasiado obvio para el ojo entrenado: las temperaturas de los excavadores y las del esqueleto no corresponden, las del esqueleto tienden a una gama mas baja, azul-gris; las de los hombres excavando estan a plena luz del medio dia sin nubes. El granulado o pixelaje tambien es bastante notorio...no entiendo como pudo pasar por algo serio para nadie.

&quot;Ni los muertos estarán seguros si el enemigo gana&quot;<br /><br />W. Benjamin
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#13

Un montaje de photoshop demasiado obvio para el ojo entrenado

Pues eso, en parte porque la mayoría de ojos no están entrenados en esas cuestiones -creo yo-, y en parte porque uno suele ver lo que espera ver, incluso aunque no sea consciente de ello. A mi se me daba bien detectar plagios de determinados libros, es verdad q a veces se "olvidan" de citar las fuentes, pero otras me consta que deliberadamente alguien, en plan "miren lo que se me ocurrió el otro día", corta y pega de un libro (o de otra página o foro). Pero claro, hay que tener alguna referencia previa - suele bastar con tener cierto rodaje en una materia- para poder darse cuenta de cuando algo no encaja bien.

A veces alguien atribuye una cita de un autor a otro por equivocación y luego ves la misma referencia errónea multiplicada por ahí. Se va con demasiada prisa para localizar la fuente de primera mano.

Pero a veces con las falsas anécdotas o historias del tipo leyenda urbana, sucede algo diferente, desempeñando una función tipo "tradición oral moderna", reflejan fobias, deseos, y otras cuestiones de la sociedad de la que surgen; simplemente la cosa es colocarlas en su lugar.

Si se suma esto al módo en que se usa frecuentemente la red y la historia va acumulando referencias... pues ya está extendido como cierto algo que no lo es.

Pero tanto los rumores infundados, plagios, leyendas urbanas, o memes no son patrimonio exclusivo de la transmisión oral, o de internet. También sucede con las publicaciones como periódicos o libros. Y por supuesto en medios como la Tvm en la que de hecho, hay programas dedicados en exclusiva a la creación y retroalimentación de rumores.

El fenómeno no es ninguna novedad, pues recuerdo que ciertas teorías supuestamente elaboradas con el método científico son apoyadas por algunos autores concretos que se referencian entre sí, de modo que al primer contacto con esa información, uno lo ve como un trabajo contrastado, y hasta que no se hace la "investigación" personal acerca de los diferentes autores uno no se da cuenta que en realidad es una especie de timo, porque se ha hecho un círculo cerrado que no deja espacio a la crítica.

Creo que la crítica es la clave, como responsabilidad no sólo del que transmite, sino ante todo del que recibe la información.

En fin... Me da un poco de rabia algunos intentos que se ven de atacar o desprestigiar fuentes como la Wikipedia sólo porque no están publicadas en papel. Hay algo de interés en esto, se la pasan hablando pestes de los mismos blogs que los periodistas de otros medios revisan cuidadosamente para agregar contenidos a sus publicaciones y programas (actuando como parásitos, sin citar las fuentes, sin reconocer el trabajo de aquellos que han hecho posible aquello de lo que se hab adueñado). La información en la red es "dudosa" o "fiable" según convenga a la "oficialidad" de turno, así como si se quisiera mantener un monopolio de la vericidad, y aplicarla a su antojo al servicio de intereses ajenos a la transmisión de conocimiento.


El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)
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#14

Es un punto importante la relación que hay entre la cultura y la ficción. No sobra decir que algunas culturas modernas han rodado por siglos sobre los rieles del antiguo y nuevo testamento...ficción para muchos, verdad a ciegas para otros, simplemente es así.

La información en la red es \"dudosa\" o \"fiable\" según convenga a la \"oficialidad\" de turno, así como si se quisiera mantener un monopolio de la vericidad, y aplicarla a su antojo al servicio de intereses ajenos a la transmisión de conocimiento.

Estoy de acuerdo, si a eso agregamos como ejemplo que el buscador mas grande-Google- tiene su cede en California y apoyó al gobierno Chino para obtener información de lo que los usuarios en ese pais buscaban en la red...y que además esta emprendiendo la tarea de crear una biblioteca virtual conjugando los libros de las bibliotecas y universidades más grandes del mundo: se empieza a dudar de el caracter simplemente humanitario de ciertas acciones.Dsde la edad media se sabe que quien tiene la información (o conocimiento, que hay que decirConfusedon diferentes) tiene el poder...será que lo van a estar dando gratis a la gente? Como dices, vale ser critico con estas cosas...

Lo del montaje, si es un buen montaje, pero no tan bueno como para hacer invertir demasiado tiempo al campo cientifico...un detalle más, pocas camaras dejarian todo enfocado, excepto claro, las digitales que por otro lado crean el mismo pixelaje a toda la imagen y este no es el caso: la camisa del excavador de arriba parece barrida, no tiene el "ruido" de pixeles del resto de la imagen, fue fundida con algun tipo de herramienta de photoshop.

Es un buen trabajo en tanto creación de imagen, pero no como algo por lo cual vivir o sembrar esperanzas de ningún tipo...igual que otras ficciones.

&quot;Ni los muertos estarán seguros si el enemigo gana&quot;<br /><br />W. Benjamin
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#15

Que esqueleto puede soporta una estructura organica de cientos de metros de envergadura?
Que tal si los titanes eran invertebrados? que tal si no eran hominidos? sino insectores?
lo mas seguro es que asi sea. Gracias a esta nueva vacuna del meme esqueleto titan la anterior teoria se sustenta.

Marco Antonio Arenas Chipola fue expulsado por insultar a mujeres y reclutador para sectas. Se confirma en el año 2009 que ha sido reclutado por la secta templo de la serpiente emplumada, y que realizó robo de un perro con pedigree hacia nuestra AC, además de despojo a su maestro de artes Marciales, Hoffner Long.
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#16

El primer falso documental que vi (o al menos, el primero del que me di cuenta que era falso) estaba entre los extras del DVD de El Proyecto de la Bruja de Blair II, y desde luego era mucho mejor que la película. El caso es que empleaba todas las técnicas del documental común y corriente; para unos contenidos imposibles, pero mostrados de un modo verosímil.

Creo que muchos falsos documentales - constituyen todo un género- se revelan a sí mismos, pero a la vez dejan ver el peligro de que aquello de "si lo dice en un libro, es verdad" , se haya actualizado a "si aparece en un documental, es cierto". Obviamente, la advertencia es contra aquellas obras que no avisan sus verdaderas intenciones.

Total, que pensando en la diferencia entre verosimilitud y veracidad, en la falsa seguridad de la información de los medios de comunicación - oficiales o no- y en las diferentes plataformas en las que de desarrolla el proceso, me acordé de ese falso documental y, busque algo más de información. Así que seá un post largo.

Falsas verdades y medias mentiras · Una aproximación al falso documental
Publicado el Miiercoles 1ro de septiembre de 2004 http://www.zemos98.org
Fuente: http://www.zemos98.org/IMG/article_PDF_article_43.pdf

Joan Fontcuberta [1]

Desde que los medios de comunicación surgieran hasta que se consagraran como vehículos de la no verdad ha
pasado suficiente tiempo como para que el espectador se cuestione la verosimilitud de determinados acontecimientos históricos. La radio, la prensa, la fotografía y la televisión se convierten habitualmente, por su poder institucional, en filtros de la gran mentira, llegando a transformar enormes falacias en hechos capaces de desencadenar conflictos bélicos y enfrentamientos políticos.

Setenta años después de que la radio anunciara la invasión de una nueva forma de civilización procedente de otro
planeta y habiendo comenzado un nuevo siglo, los medios de comunicación continúan hoy ejerciendo su poder de
convicción para hacer llegar al espectador todo aquello que quiera ser bautizado como verdad. Así pues, la idea de
Orson Welles de adaptar la novela de ciencia ficción ideada por H.G Wells, trascendería en los radioyentes hasta el
punto de crear un verdadero caos social, provocando una histeria colectiva difícilmente controlable y jamás vista
anteriormente. Welles, que aún hacía sus pinitos en el medio radiofónico, observaría en primera persona la
repercusión de un programa que, aprovechando la víspera de Halloween, decidiría homenajear al autor de La guerra
de los mundos. Cuál sería su sorpresa al advertir que la improvisada dramatización, había trascendido más allá de
la mera anécdota y llegaría incluso a convertirse en un punto de inflexión en la historia de los medios. La radio, con
dos décadas de vida, se consagraba entonces no sólo como medio de comunicación de masas, también como
instrumento legitimador de la verdad. La fotografía, admirada por proporcionar el único acceso a un conocimiento
fiable del mundo, dará muestras de su poder tergiversador de la realidad cuando grandes dictadores como Mao Tse
Tung y Stalin hicieran desaparecer ocasionalmente los sujetos que les acompañaban en las fotos.

El \"fotoestalinismo\" (1924-1937) como ha venido a llamarse, supuso la mostración de un intento de cambiar la
historia a través de la fotografía. Stalin no contento con el solo hecho de ejecutar a sus enemigos políticos, se
valdría de un montón de trucos para convertir cualquiera de las fotografías que certificaban la presencia de
determinados sujetos en ciertos momentos históricos, en valiosos fotomontajes. En éstos se observaba la
desaparición paulatina de los miembros que le acompañaban, hasta el punto de encontrarse dos o tres versiones de
la misma instantánea, en las que el dictador pasaba de estar rodeado de tres personas, a la más absoluta soledad.
Mao Tse Tung, por su parte, continuaría las líneas marcadas por su camarada ruso y eliminaría de sus fotografías a
hombres como Peng Chen, alcalde de Pekín, con el que mantendría una estrecha amistad hasta las purgas políticas
de la Revolución Cultural.

Observamos pues, que al igual que la prensa y la televisión, la fotografía ha hecho uso de su poder comunicador
para maquillar la mentira con grandes dosis de realismo, de ahí que determinadas obras (la foto del monstruo del
lago Ness, el miliciano republicano de Robert Cappa...) hayan desfilado, durante un determinado espacio de tiempo,
por libros, prensa y televisión como verdaderos documentos históricos.

La televisión, por su parte, se consagrará desde sus orígenes como una tecnología al servicio de la verdad, hasta
que en 1991, con motivo de la guerra del Golfo y la extrema necesidad de la CNN de \"canonizarse\" como medio
transmisor de la verdad más inmediata, se inicie un arduo debate sobre la veracidad de los acontecimientos
transmitidos. La era de la sospecha [2], tal y como la ha definido Ignacio Ramonet, supone una nueva etapa en el
espectador que por primera vez desconfía y se vuelve escéptico ante determinados documentos audiovisuales, en
un contexto en el que la verdad y la falsedad han perdido cualquier validez. El excesivo consumo de imágenes pone de manifiesto la sospecha de la no autenticidad de todo aquel producto transmitido a través de las pantallas y el
telespectador se vuelve inmune ante lo que es calificado como verdad. Sin embargo, somos testigos de que el poder
legitimador de los medios no es únicamente propio del periodismo, éste se traslada también al cine, que desde su
nacimiento a finales del siglo XIX con las primeras películas de los hermanos Lumière, ha respaldado la objetividad
[3] de muchos de sus géneros, siendo el máximo representante de éstos el documental.

En el documental la cámara ha sido considerada durante mucho tiempo como el ojo capaz de trasmitir la realidad y
certificar la verdad de la manera más objetiva posible, así pues se le ha atribuido, en ocasiones, la intención de
registrar los hechos ocurridos sin apenas mediación.

Bordwell [4] y Thompson en su libro El arte cinematográfico sostienen que a menudo la diferencia entre una película
documental y una de ficción es \"el grado de control que se ha ejercido durante la producción\", entendiendo que el
documental no implica apenas manipulación ni planteamientos previos para la obtención de lo que se quiere llegar a
trasmitir, sin embargo sabemos que la objetividad en el documental es inexistente. El proceso de ordenación de
ideas y el montaje conllevan una interpretación personal que aleja nuevamente la obra de cualquier atisbo de
objetividad, no obstante la objetividad como intención última siempre subyace en la mente del creador. LLorenç
Soler apoya esta tesis al sostener que \"el compromiso del documentalista con la realidad pasa por un tamiz artístico,
al querer simular la realidad de la manera más fiel... atendiendo que la objetividad es imposible... sin embargo, sí el
acercamiento al afán de objetividad\"[5] .

El documental lleva implícito un punto de vista difícilmente desligable del resultado, el autor imprime un sello, una
intención y construye la realidad a su antojo mediante una serie de técnicas. No obstante, no podemos obviar que la
suerte de objetividad que ha sido atribuida al documental ha sido aprovechada frecuentemente convirtiendo este
género de no ficción en uno de los instrumentos propagandísticos de regímenes como el nazi- las películas de Leni
Riefenstahl o de la propia dictadura franquista- los noticieros durante y después de la guerra civil. El documental
ejerce aquí de experto manipulador de la opinión pública más que como mera radiografía del contexto histórico.
Desde sus comienzos el documental ha sido un género no ambiguo pero si carente de delimitación, según Miquel
Francés [6] no es más que \"la consecución de una historia a partir del mundo real y su concreción en un discurso
audiovisual debidamente estructurado\".

En sus inicios y tal como apunta John Grierson en Postulados del documental, éste se asociaba al cine sobre viajes
y a los films de naturaleza, su condición descriptiva lo convertía así en el mejor aliado de los documentales
etnográficos, y sociológicos, sobre todo por la constante atribución al género de una capacidad de observación
directa de la realidad inexistente en otros. El documental debía ser testigo directo de los hechos y tal como decía
Flaherty \"representar la vida bajo la forma en que se vive\" [7]. Más tarde estaría estrechamente ligado a obras cuyo
propósito sociopolítico sólo podía llegar al espectador mediante el uso de las técnicas propias de este género.

Lo cierto es que no podemos negar su importancia a lo largo de la historia del cine, siendo escogidas las técnicas
propias de este género en movimientos como el cine directo, el cinema du réel, el cinema verité y el free cinema...
en los que la obsesión por el tratamiento de los ambientes y la representación de las situaciones de la manera más
realista posible han coincidido. En el documental la realidad se nos muestra aparentemente transparente, pura, sin
manipulación, a diferencia de la ficción cinematográfica, de ahí que sea considerado al igual que los noticieros como
un género de no ficción. Lo cierto es que éste siempre ha caminado a caballo entre la ficción y la no ficción, usando
alternativamente técnicas de ambos bandos, pero siempre bajo el estatuto del documental. Sin embargo la
convivencia del documental y la ficción dentro del cine moderno han desbordado las fronteras éticas y estéticas de
ambos géneros, retroalimentándose hasta el punto de no saber donde acaban los límites de la realidad y la ficción.

El falso documental, se consagra en la actualidad como una de las últimas manifestaciones de la hibridación entre documental y ficción. Consiste en la mostración de acontecimientos falsos con las técnicas y mecanismos propios
del género documental, generando astutas parodias que cuestionan la objetividad y los rasgos esenciales de este
conocido género. Al igual que ocurre con el metacine ironiza sobre sus propios procesos constructivos hasta el
punto de confundir al espectador con un continuum de hilarantes críticas que atacan sus rasgos identificadores. Se
convierte así en un juego en el que la ficción se disfraza de realidad con técnicas tan conocidas como la
argumentación con fotos, la mirada a cámara o el encuadre frontal como marca de objetividad.

Pero, ¿dónde se encuadra el falso documental? El mofumental o mockumentary [8] como ha venido llamarse es un
género de no ficción, una manifestación de la hibridación experimentada por el cine posmoderno, en el que la
realidad se disfraza de ficción y viceversa. Tiene la capacidad de impregnarse de las técnicas de los documentales
clásicos y se vale de ellas para engañar al espectador y filtrar determinadas construcciones audiovisuales por un
embudo de realidad. En él el lenguaje cinematográfico ahonda en sus propias técnicas, parodiando la autenticidad
de sus códigos y poniendo en tela de juicio su sistema de representación. Es ante todo un género confuso que bebe
de la inestabilidad de un mundo en el que la imagen verdadera o falsa carece de absoluta validez, por ello sitúa al
espectador en un estado de incertidumbre que le hace plantearse la autenticidad de aquello ante lo que se
encuentra, este se vuelve escéptico pero a la vez duda de la veracidad, sin embargo las pistas del falso documental
le llevarán a descubrir su propia pirueta.

El mockumentary se instala pues en una posición privilegiada, se ofrece un aparente acceso a la verdad mediante el
uso de las técnicas propias de los documentales. Las distintas modalidades expuestas por Bill Nichols (expositivo,
interactivo, observacional, reflexivo, performativo y poético) son empleadas de la misma manera que se hace con los
documentales aunque no de forma pura. La mayoría de éstos combinan los elementos más representativos de cada
una de ellas, por ejemplo la voz en off epistémica, la argumentación con imágenes, la apariencia de cámara oculta,
la incursión del documentalista como seña de veracidad...con la última intención de legitimar la obra, aunque más
tarde o más temprano, la casualidad y el exceso descubrirán la existencia de la mofa.

(...)

Pero si en algo profundiza el falso documental es en poner de manifiesto los escasos límites que han existido
siempre dentro del documental entre la ficción y la no ficción. La obsesión por la persecución constante de la
objetividad crea un juego en el que todo puede llegar a ser verosímil. En La verdadera historia del cine (1995), Peter
Jackson se presenta a sí mismo como el descubridor de un genio del cine. El autor del fake elabora toda una ficción
en torno al personaje de Colin Mckenzie, un héroe cinematográfico que ha permanecido a la sombra durante
muchos años. Peter Jackson, que casualmente es vecino de su viuda, descubre en una vieja cabaña un montón de
películas que iniciarán su investigación y que tratarán de alzar a Mckenzie como lo que se merece, un héroe
cinematográfico. Para ello el cineasta entrevista a familiares, y distintos personajes que hablan sobre las hazañas
del neozelandés, todo ello perfectamente argumentado con fotografías y las pequeñas películas, eso sí bastante
estropeadas por el paso del tiempo, rodadas por Mckenzie.

Resulta curiosa la inteligencia con que se cuidan cada uno de los detalles, la utilización varias veces de las mismas
fotografías alude a la inexistencia de material de todas las acciones del joven Mckenzie, lo que apoya la veracidad
de los hechos. Cada una de los testimonios está perfectamente justificado, como Sam Neill o Leonard Maltin en
representación de la industria cinematográfica... La presencia de la viuda de Colin puede llegar a resultar extraña
dada la fecha de que datan las obras del neozelandés, sin embargo más tarde descubriremos que se trata de su
segunda esposa, testimonio pues, de primera mano, para contar la verdadera historia.

Sin embargo la \"extraña\" coincidencia entre la imagen de la muerte de Colin y la del miliciano de Robert Cappa, los
originales métodos inventados por Mckenzie, y toda la parafernalia en torno a la película épica Salomé y la
construcción de una supuesta ciudad-escenario descubrirán la verdad. Esta ingeniosa falsificación ha puesto en tela
de juicio los orígenes del cine, suscitando todo un grupo de seguidores en la supuesta tierra natal de McKenzie. La
verdadera historia del cine parte en cierta medida del found footage o metraje encontrado, las cintas reconstruirán la
historia, todo ello respaldado por la presencia del director del documental que se consagra como descubridor. Así
pues se introduce la modalidad performativa que añadirá un punto de subjetividad, suficiente para guiarnos por la
supuesta verdad sostenida por el director. Esta modalidad tan presente en otros documentales como Bowling for
Columbine, acerca la historia, la hace más natural y sobre todo imprime en primera persona la opinión del creador,
algo que se ha tratado de evitar en los documentales en aras a esa supuesta objetividad propia del género. La obra
de Michael Moore pone de manifiesto que entre el documental y la ficción no hay fronteras y que toda construcción
lleva implícita una manipulación que no hay que temer, las historias se confeccionan de acuerdo a un propósito, y
aquí la \"manipulación\" está completamente justificada. El director sale a la calle y pregunta, la cámara observará sus
movimientos y será testigo directo de la verdad, un contexto complejo y una situación que denunciar y sobre la que
hay que reflexionar.

La técnica de emprender una ardua investigación con la intención de contar y deconstruir un hecho histórico se
manifestará en El otro lado de la luna (2002), en el que trata de contar la verdadera historia de la colonización del
satélite. Se pretenderá destapar la compleja trama emprendida por Richard Nixon, con el apoyo del director Stanley
Kubrick, para hacer creer a todo el mundo que el hombre llegó a la Luna. Para ello el falso documental contará con
la presencia de personajes de la talla de Christiane Kubrick, la viuda del cineasta, Donald Rumsfeld, secretario de
defensa de Gerald Ford y George Bush y Henry Kissinguer, secretario de estado de EEUU durante este periodo. Los
personajes reales se convertirán en el testimonio de un relato ante todo rocambolesco. La historia perfectamente
argumentada con material de archivo, convence absolutamente al espectador aunque determinados hechos como la
desaparición en extrañas circunstancias de todos los que intervinieron en el rodaje o el testimonio no menos
chocante de los indígenas van dando pistas sobre la veracidad del documento. Al final la falsificación se descubre a
si misma con unas tomas falsas absolutamente divertidas, aunque la propia ironía y la perfecta documentación
histórica de la obra dejan abierta la sospecha sobre los acontecimientos históricos.

El otro lado de la luna se fundamenta en el testimonio de personajes reales, políticos en los que el espectador
deposita su confianza, sin embargo la pretensión del autor del mockumentary es implantar la ambigüedad, por un
lado se habla de hechos históricos perfectamente documentados, por otro la ironía y la parodia enrarecen la
información. La excesiva cantidad de datos desconocidos por el espectador le hace imposible distinguir la veracidad,
sin embargo los constantes excesos descubrirán el juego.

(...)

El falso documental se convierte pues en una de las manifestaciones más evidentes de la crisis audiovisual de la
posmodernidad, en la que la realidad desaparece bajo construcciones ficcionales, convirtiéndose en una seña de
identidad de la manipulación propia de la consabida era de la sospecha. La verdad ha muerto, solo permanecen
códigos bajo los cuales ésta parece asomarse ocasionalmente, pero ni siquiera consigue engañarnos, nada de lo
que se nos muestra es real, ni siquiera Flaherty por mucho que quisiera convencernos transmitió la realidad, dado
que el montaje y la construcción audiovisual siempre estarán a expensas de la subjetividad del autor.

Atrás quedan aquellos que sostienen la objetividad del documental por sus rasgos y técnicas expositivas, lo importante es que la crisis evidencia que seguimos construyendo nuevas formas de representación, o al menos
reconstruyendo las que existen desde siempre.


Post-scriptum:
[1] Fontcuberta, Joan (1997): El beso de Judas, Ed.Gustavo Gili, Barcelona. Pág. 154
[2] Quintana, Ángel (2003): Fábulas de lo visible, Ed. Acantilado, Barcelona, Pág. 258
[3] Romaguera I Ramio, J; Alsina, H (1998): Textos y manifiestos de cine, Ed.Catedra, Madrid, Pág. 126
[4] Nichols, Bill (1997): La representación de la realidad. Cuestiones y conceptos sobre el documental. Ed. Paidós, Barcelona. Pág. 42.
[5] Francés, Miquel (2003): La producción de documentales en la era digital, Ed.Catedra, Madrid. Pags 20
[6]. Francés, Miquel (2003): La producción de documentales en la era digital, Ed.Cátedra, Madrid. Pág. 29.
[7]. Romaguera I Ramio, J; Alsina, H (1998): Textos y manifiestos de cine, Ed.Cátedra, Madrid, Pág. 152
[8]. Sánchez Navarro, J; Hispano, A (2001): Imágenes para la sospecha. Ed.Glenat. Barcelona. Pág. 13

Bibliografía:
FONTCUBERTA, JOAN (1997): El beso de Judas. Ed.Gustavo Gili, Barcelona
FRANCÉS, MIQUEL (2003): La producción de documentales en la era digital, Ed.Catedra, Madrid
LEDO, MARGARITA (2004): Del cine-ojo a Dogma95. Ed. Paidós, Barcelona
QUINTANA, ANGEL (2003): Fábulas de lo visible. El cine como creador de realidades. Ed. El acantilado, Barcelona
NICHOLS, BILL (1997): La representación de la realidad. Cuestiones y conceptos sobre el documental. Ed. Paidós, Barcelona.
ROMAGUERA I RAMIO, J; ALSINA, H (1998): Textos y manifiestos de cine, Ed.Catedra, Madrid
SÁNCHEZ NAVARRO, J; HISPANO, A (2001): Imágenes para la sospecha. Ed.Glenat. Barcelona
STAM, ROBERT (2001): Teorías del Cine. Una Introducción. Ed. Paidós, Barcelona
WEINRICHTER, ANTONIO (2004): Desvíos de lo real. El cine de no-ficción. Ed. T & B, Madrid

Artículos:
CATALÁ, J.MARÍA (2003): \"Andalucía, un siglo de fascinación. Basilio Martín Patino\".
http://www.serviart.com/web/tercerojo/pagi...302&3=25444
FONT, DOMENENC (2001): \"Jean Luc Godard y el documental. Navegando entre dos aguas\". Revista Anàlisi 27, pags 91-100. (www.tercer-ojo.com)
LA FERLA, JORGE (1996): \"Variaciones sobre lo documental, desde Lumière al Video Arte\" dentro de Comunicación Educativa en la Sociedad de la Información, Ed.UNEd, pags 183-191.
NAVARRETE, J.LUIS (2003): \"Una aproximación al metacine\". Catalogo Festival Audiovisual Zemos98.5, Sevilla, pags 92-94.( www.zemos98.org)
TRESSERRAS, MIQUEL: \"Pensamiento Único y Aldea global\". www.ceu.es/fnd/miguel%20treserras.pdf
UREÑA, JURGEN: \"La realidad cinematográfica y sus máscaras (II parte)\", http://www.docupolis.org/historiayteoria/ensayos01.htm
YAÑEZ, MANUEL: \"Sobre el derrumbe de la frontera entre el documental y ficción\",
http://www.miradas.net/articulos/2004/0404...adficcion1.html

El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)
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#17

Fontcuberta es uno de los artistas que más cuestionan la condición de verdad de los medios informativos (o desinformativos) y de la fotografia especialmente como el medio sobre el cual hemos depositado toda nuestra confianza, siendo un medio que ya poco cuestionamos y tomamos como verdadero de por si, dejando de lado que el fotografo "edita" al encuadrar dejando de lado a veces los contextos de los hechos...

Sin duda es una buena fuente para re-pensar las convicciones que la experiencia mediatica imprime en su publico.

Aqui una entrevista a Fontcuberta sobre estos topicos:


Joan Fontcuberta: Mi trabajo se enmarca en estrategias de intoxicación informativa y su finalidad es llamar la atención sobre los condicionantes que filtran la recepción de cualquier mensaje. Por ejemplo, la fotografía ejerce sobre el espectador un efecto de autoridad muy distinto al que consigue la pintura: la fotografía impone verdad. Con mis proyectos intento desmantelar esa creencia pero la credulidad de la audiencia llega a veces a límites insospechados. Cuando alquien ya quiere creer algo su capacidad crítica desaparece. Esto es lo que ha vuelto a pasar ahora con Sputnik: los responsables del programa \"Cuarto Milenio\" anhelaban y les convenía que la historia del \"cosmonauta fantasma\" fuera cierta. Que esto suceda 9 años después no me sorprende. Mis proyectos son como semillas que he ido esparciendo; a veces germinan inmediatamente pero otras veces necesitan que se den las circunstancias adecuadas. Son como bombas de relojería.

MJS: Yo siempre he dicho que la fotografía es esencialmente una mentira. El hecho de convertir en permanente un instante, habiendo seleccionado el encuadre que lo recorta de su contexto, ya hace que no se trate de algo totalmente verdadero. Creo que todos los fotógrafos estamos conscientes de eso. Sin embargo, ¿qué pasa cuando la fotografía se utiliza conscientemente para contar mentiras, mediante montajes, fotomanipulaciones y falsificaciones destinados ya no a reescribir la gran historia, sino a generar ingresos fingiendo \"misterios\" que no están allí, como sería el caso de las \"Hadas de Cottingley\" que volvieron loco a Conan Doyle, la \"fotografía espiritista\", las fotos de monstruos (lago Ness, Pie Grande) etc.?

JF: Yo suelo decir que la fotografía miente siempre pero lo importante es el sentido que el fotógrafo imprime a su mentira. La fotografía tiene en efecto un enorme potencial de convicción. Por eso la educación del público es vital: hay que estimular su capacidad de cuestionamiento, su escepticismo y voluntad de dudar. Esto último es particularmente importante: hay una inercia a aceptar lo que nos cuentan; reaccionar y utilizar el sentido común implica un mayor esfuerzo intelectual.

MJS: Cuando se desmitifican fraudes de este tipo, especialmente los que están apoyados en imágenes (me remito igual a la \"fotografía psíquica\" de Ted Serios que a los modelos de naves extraterrestres de \"Billy\" Meier o al \"rostro de Marte\"), la desmitificación, la explicación o el desenmascaramiento nunca tienen la misma repercusión que los fraudes originales. ¿Alcanzas a imaginar algún motivo desde el punto de vista de la comunicación visual que ayude a explicar esto además de las causas obvias como el márketing?

JF: La teoría de los rumores (como el infundio y la calumnia) indica que una vez la falsedad empieza a rodar ya no hay quien la pare por completo; se la puede frenar y hasta contrarrestar pero siempre queda un poso. Detrás siempre hay intereses: los económicos serían los prioritarios pero también podría deberse a fanatismo, a proselitismo ideológico y político, a deseo de notoriedad, etc.

MJS: ¿Crees que este tipo de patinazos de supuestos \"investigadores\" se pueda repetir con algún otro de tus trabajos? ¿Te sorprendería ver dentro de 30 años un libro \"serio\" sobre el misterioso caso de la conspiración del astronauta fantasma?

JF: No me sorprendería y lo deseo ardientemente. De hecho ahora mismo estoy haciendo una exposición en Salamanca titulada \"La sirena del Tormes\". En ella pretendo que a orillas del Tormes se encontraron fósiles de sirenas (para más inri, una de ellas embarazada). En realidad se trata de una especie zoológica llamada Hydropithecus (\"mono de agua\"), del que ya se han hallado algunos restos en la estribaciones de los Alpes. ¡Los periódicos locales y regionales han caído como benditos celebrando este fabuloso hallazgo paleontológico! De siete sólo uno ha hablado de \"inocentada creativa\", el resto lo ha dado todo por bueno. Al día siguiente, claro, entre mosqueados y divertidos han tenido que rectificar.

http://charlatanes.blogspot.com/2006/06/cu...ontcuberta.html

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#18

Un usuario de la Web gamers.com realizo una recopilación con los Fake (falso en ingles) más famosos que causaron noticia dentro del mundo de los video juegos.


1. El primer caso corresponde a “Sega Phoenix” Supuestamente era la consola con la cual, SEGA volvería a la pelea en la generación actual, y correría con 4 procesadores AMD, tendría 120 GB en su disco duro y de mayor precio que la PS3, este rumor ocurrió durante la primavera del 2003.

2. La supuesta unión entre Nintendo y Sony es nuestro segundo Fake, hablaba de una supuesta “PSPBoy” la cual tendría pantalla LCD, memoria de 2GB, entre otras cosas, incluso se divulgaron imágenes, pero todo resulto ser un gran Fake.

3. Este Fake incluso salio publicado en la revista EGM en abril del 2006, lo cual se refería al iGame un supuesto producto de Apple el cual seria una consola portátil con soporte para iTunes y una gran cantidad de juegos para comprar en línea.

4. Otra vez Sega, esta vez se trato de “The Sega Hedgehog” lo cual seria una consola de Sega con soporte para las consolas anteriores un procesador Samsung de 566 Mhz y un procesador grafico Nvidia de 128 MB basado en una Gforce 3D 4500 todo esto con una pantalla LCD con resolución de 640 x 360 la cual además seria táctil, incluiría puertos USB para sincronizarla con nuestros PC, reproductor DivX y lector de memorias SD.

5. Uno de los primeros Fake de la historia ocurrió en los años 80 cuando los Arcades eran lo máximo en juegos, corría el rumor de un juego llamado POLYBIUS similar al juego Tempest para ATARI. Éste, supuestamente causaba una incontrolable adicción que causaba a los jugadores, amnesia, insomnio, pesadillas, noches de terror y esto le pasaba a todos los gamers que la jugaban. Supuestamente era tan horrible el daño que causaba el juego, que todos los que la jugaban terminaban suicidándose. El juego supuestamente presentaba unos gráficos vectoriales. Nadie sabe cómo se originó esta gran leyenda urbana del videojuego, ni como fue que se expandió por todos los rincones del mundo.

6. Otro Fake clásico afecto al juego Street Fighter, ya que en la revista en su edición de abril de 1993 pusieron un articulo de Street Fighter II y ponían lo siguiente "To reach him, you will need at least six perfects and...", supuestamente esa era la forma de sacar a Sheng Long en el juego como personaje para poder jugar con el.

7. Otra de EGM, en el 2002 el staff de la revista publico que Sonic y Tails podian ser desbloqueados en el juego Super Smash BROS, para eso tenias que derrotar a 20 Wire-Frames en modo Cruel Melee (algo sumamente difícil). Incluso en la publicación revelaban fotos donde se podían ver desbloqueados estos personajes. Alguien logró hacer esto, y se dio cuenta que todo era falso, así se comprobó que era un fake.

8. EGM ( al parecer la revista reina de los Fake) publico unos Fake de GoldenEye 007, resulta que publicaron que este juego en Nintendo 64 se podían desbloquear a todos los Bond que han existido para poder jugar con ellos en modo multiplayer

9. La PS3 también tuvo su Fake ya que antes de que se revelara su forma, hubo cantidades de Fake sobre esta pero uno llamo realmente la atención y muchos cayeron.

10. Nintendo ON, si este Fake ocurrio antes de la E3 del año 2005 donde se presentarian las grandes consolas de Nintendo y Sony , LA Revolution y la PS3, habia tanta expectación que en los foros de la red se hablaba solo de esto, de repente, todas las páginas de videojuegos mostraban la noticia de que se había revelado el Revolution. En estas noticias aparecía un video donde se mostraba el nuevo Nintendo, el "Nintendo On", el cual era una consola de realidad virtual que detectaba nuestros movimientos en tiempo real. Presentaba unos excelentes gráficos (supuestamente podría desplegar hasta 512.000.000 polígonos en pantalla). En realidad, casi todo el mundo en verdad creyó que ese era el nuevo, y es que era tan bueno el video que era casi imposible que se tratase de un fake. Supuestamente, "psyco3ler" un usuario de la Internet había encontrado y subido este video a la Internet, el video que Nintendo mostraría en la E3 presentando su nuevo aparato. En realidad, éste usuario era el creador de éste fake, su nombre es Pablo Belmonte y es de España

www.overclockers.cl/noticias/3446/los-fake-mas-famosos-sobre-videojuegos/1.html

Marco Antonio Arenas Chipola fue expulsado por insultar a mujeres y reclutador para sectas. Se confirma en el año 2009 que ha sido reclutado por la secta templo de la serpiente emplumada, y que realizó robo de un perro con pedigree hacia nuestra AC, además de despojo a su maestro de artes Marciales, Hoffner Long.
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#19

Fraudes científicos
Luis Miguel Ariza 06/01/2008
http://www.elpais.com/articulo/portada/Fra...lpepspor_8/Tes/

Insólitos descubrimientos: la fusión de células de tomate y toro, clonaciones, tribus perdidas, eslabones perdidos del ser humano. Pudieron cambiar la historia, pero tenían un inconveniente: todos eran mentira.

Paul Kammerer, uno de los biólogos más importantes de la primera mitad del siglo XX, aclamado en su momento como el nuevo Charles Darwin, se pegó un tiro un día de septiembre de 1926 en un camino forestal al sur de Viena, su ciudad natal. Por culpa de un sapo partero. Kammerer estaba convencido de que las habilidades que los animales adquieren pasan a sus descendientes; una teoría evolutiva expuesta un siglo antes por el gran zoólogo francés Jean Baptiste Lamarck, que explicaba por qué las jirafas tienen cuellos tan largos (al haberse esforzado durante generaciones para alcanzar las ramas y hojas más altas). Así que Kammerer se dedicó en cuerpo y alma a demostrar esta herencia de los caracteres adquiridos. Durante años habituó a los sapos parteros a que se apareasen en el agua –como hacen las ranas– en vez de en tierra. A la rana macho, cuando tiene que montar a la hembra para que expulse los huevos que debe fecundar, le salen unas diminutas espinas en sus dedos traseros que le permiten agarrarse mejor a la resbaladiza espalda de su compañera. Los descendientes de los sapos de Kammerer, obligados a procrear en el agua, desarrollaron aparentemente estas miniespinas en los dedos, causando asombro a los científicos en una reunión de Cambridge (Reino Unido) en 1923. ¡Darwin estaba equivocado!

Pero en 1926, Kingsley Noble, un herpetólogo del Museo Americano de Historia Natural, visitó a Kammerer en su laboratorio y se quedó atónito al descubrir que al famoso sapo le habían inyectado tinta china en los dedos para resaltar lo que no tenía. El fraude, publicado en Nature, destruyó la carrera –y la vida– del zoólogo vienés. Poco antes de su muerte admitía las conclusiones de Noble, aunque defendió su inocencia. En una conversación con un amigo suyo llegó a exclamar: “¿Crees que soy un zoquete o un idiota? Eso es lo que sería si hubiera permitido este fraude con tinta en mi laboratorio, abriendo las puertas a muchos enemigos o espías…”. El suicidio, sin embargo, sugiere que tuvo mucho que ver. El escritor Arthur Koestler, en su obra El caso del sapo partero, sugirió en 1971 que algún simpatizante nazi podía haber llevado a cabo el sabotaje (Kammerer era un socialista y se disponía a establecerse en la Unión Soviética).

¿Por qué un científico inteligente y capaz haría algo así? La pregunta sigue vigente. En 1970, William T. Summerlin se convirtió en una celebridad en el campo del trasplante de órganos gracias a un experimento que llevó a cabo en la Universidad de Stanford un año antes: había trasplantado piel humana de una persona de raza blanca a un paciente de color sin mostrar rechazo aparente. Summerlin se trasladó al prestigioso Instituto Sloan Kettering, donde en 1974 injertó piel de la espalda de dos ratones negros en dos albinos. Su técnica para evitar el rechazo consistía en cultivar la piel en un plato de nutrientes durante semanas antes del trasplante. A la hora de mostrar los resultados, Summerlin observó con horror que la piel injertada se estaba blanqueando, signo de que las cosas no iban bien. De forma impulsiva, Summerlin ¡oscureció la piel injertada con un rotulador! Al verse descubierto, su carrera y reputación quedaron destruidas. Pasó a la historia por el caso de los ratones pintados.

Sinichi Fujimura, un arqueólogo japonés, adquirió fama mundial al descubrir en 1981 las cerámicas más antiguas en Japón, con una edad de 40.000 años. Su fulgurante carrera como arqueólogo no parecía conocer límites, ya que con cada hallazgo suyo empujaba un poco más atrás en el tiempo la prehistoria japonesa. En octubre de 2000 anunció un descubrimiento revolucionario cerca de la localidad de Tsukidate: que había desenterrado, siete años atrás, utensilios trabajados y agujeros que soportaron pilares antiguos de 600.000 años. Pero en noviembre de ese año, un fotógrafo del periódico Mainichi Shimbun cazó a Fujimura mientras colocaba los objetos y agujereaba el suelo. La conmoción del público fue tremenda –se habían reescrito incluso libros de texto en las escuelas gracias al empuje popular de la arqueología de Fujimura–, y cuando se le preguntó, ésta fue su respuesta: “El diablo me impulsó a hacerlo”.

La tentación ronda a los científicos, considerados muchas veces por el público como seres neutrales y románticos en busca de una verdad absoluta. La línea que separa el fraude de la deshonestidad a veces no es tan clara. Francisco Anguita, planetólogo de la Universidad Complutense, lo explica así: “Una cosa que pasa a menudo en la ciencia es que se tiende a exagerar los resultados obtenidos. El mensaje es: qué importante soy, déme más dinero”. Para Anguita, esta actitud no llega a ser fraudulenta, pero puede dar lugar a comportamientos no demasiado honestos: por algo se empieza. En sus clases pone como ejemplo el escándalo periodístico y científico originado en 2000 cuando un geólogo británico, Simon Day, divulgó un informe que presentaba al volcán Cumbre Vieja, en la isla de la Palma, como “inestable”, susceptible de derrumbarse ante la siguiente erupción; el tsunami que generaría debido a una inconcebible cantidad de rocas vertidas al mar sería el más grande jamás observado: olas de 600 metros de altura arrasarían el Caribe y la costa oriental de Estados Unidos. La percepción de los medios y el mensaje que llegó al público era que la catástrofe podía suceder en un espacio de tiempo como para preocuparse. La BBC se hizo eco de ello en un reportaje sensacionalista, cuando lo cierto es que un fenómeno de estas características sucede a escalas geológicas cada centenares de miles de años. Casualmente, algunos de los profetas que opinaron en el programa de la BBC, como el vulcanólogo Bill McGuire –con respetables laureles académicos–, asesoran a compañías de seguros.

La deshonestidad en la ciencia tiene muchas caras. Los científicos deshonestos juegan con la credulidad del público, y no tenemos más remedio que creerlos hasta que la comunidad científica los caza. Sin embargo, hay afirmaciones publicitadas que van contra el sentido común. Hagamos un poco de gimnasia mental con las siguientes historias. ¿Tiene usted un buen nivel de escepticismo?

El 31 de marzo de 1983, la revista New Scientist publicó una asombrosa historia: científicos habían fusionado células de tomate con las de un toro mediante un “choque térmico” para crear “el primer híbrido entre planta y animal”. ¡Noticia bomba! Barry MacDonald y William Wimpey, de la Universidad de Hamburgo, observaron cómo su Frankenstein mitad vegetal y mitad animal crecía en un medio de cultivo con nutrientes como una planta de un tomate, pero tenía “una piel dura, como de cuero, y cuyas flores eran sólo polinizadas por tábanos”. El siguiente paso sería la creación de un superhíbrido entre el tomate, el toro y el trigo. Un mes después, la revista reproducía las cartas y las carcajadas de los lectores avezados, congratulándose por abrir una sección de humor (la noticia era una broma típica del primer día de abril, que en la tradición anglosajona equivale al día de los Inocentes en España). Sin embargo, New Scientist recibió la “ansiosa” llamada de un periodista sueco que habría reproducido fielmente la historia en su columna semanal de ciencia, y que había sido retado por dos profesores para demostrar si era cierta.

La siguiente es aún más increíble. En 1957, Harald Stümpke, del intrigante Instituto Darwin de Ayayai, y Gerolf Steiner, un profesor de zoología de la Universidad de Heidelberg (Alemania), presentaron un extenso trabajo que hablaba de un nuevo orden de mamíferos, los rinogrados –también llamados narigudos–, describiéndolos como extraordinarios animales que andaban, se alimentaban y cazaban… ¡sólo con la nariz! Había dibujos en los que estas criaturas, parecidas a ratones, tenían trompas tentaculadas para simular los pétalos de una flor, atrapar insectos, propulsarse hacia atrás con ayudas de grandes orejas estilo Dumbo… y un sinfín de maravillas. Los autores describían minuciosamente casi una treintena de géneros. Los narigudos vivían en el archipiélago de Ayayai, en el Pacífico, pero una explosión nuclear llevada en secreto a 200 kilómetros destruyó la isla, hundiéndose con ella uno de los autores, Stümpke, el único que los había visto. La prestigiosa editorial francesa Masson tradujo la obra en 1962, y un biólogo de renombre, Pierre Grassè, profesor de la Sorbona de París, expresó en el prólogo su admiración por el trabajo al presentar “hechos nuevos, insospechados” que además “invitaban al hombre de ciencia a reflexionar sobre las causas de la diversificación de los seres vivos sobre nuestro planeta…”. La revista Natural History publicó un extracto del trabajo en 1967 (¡el primer día de abril!) y recibió cartas que lamentaban el destino final de los narigudos y protestas por la destrucción de su hábitat. El trabajo original y Stümpke eran pura invención de Steiner, un chiste zoológico para explicar el concepto de evolución a sus alumnos. Para algunos fue tomado en serio.

A comienzos de los setenta se descubrió en la isla de Mindanao, en Filipinas, una tribu prehistórica que había permanecido aislada del mundo: los tasaday. No tenían ropa, ni cultivaban ni criaban animales. Ni siquiera poseían armas con las que cazar y vivían en cuevas, llevando una vida penosa en el bosque. Su existencia llegó a oídos de Manuel Elizalde, un ministro del dictador Ferdinand Marcos, en 1971, y un año después, el Gobierno filipino organizó una expedición donde una legión de científicos sociales y periodistas tuvieron la ocasión de asombrarse ante el hallazgo. Se escribieron libros, estudios lingüísticos y publicaciones en revistas técnicas, y National Geographic dedicó una portada a la gente de “la edad de piedra”, con magníficas fotos en color. ¡El descubrimiento antropológico del siglo! Pero en 1974 se impuso la ley marcial en Filipinas y se prohibió el acceso a la isla, aislamiento que duró hasta el final del régimen, en 1986. Fue entonces cuando se descubrió que los tasaday llevaban camisetas y pantalones y dormían en camas de madera. Uno de ellos reveló a un periodista sueco que el propio Elizalde –que tuvo que huir del país por desfalco, una vez acabada la dictadura– les había persuadido para que posaran en las cuevas ante los fotógrafos como una tribu prehistórica. Toda una farsa.

A finales de 2005, la revista Science retiró el famoso artículo de las células humanas clonadas obtenidas de pacientes del coreano Hwang Woo-Suk, y en enero del siguiente año, los cimientos de la revista temblaron aún más cuando se supo que había falsificado todos los datos (incluidos los de la obtención de células embrionarias a partir de lo que sería el primer embrión clonado recogidos por la misma publicación en 2004). Science había anunciado la maravilla a bombo y platillo durante el verano, y seis meses después el fiasco hizo sonrojar a sus responsables, el comité de revisión encargado de velar por la credibilidad de los trabajos publicados. ¡Una mentira pura y dura! La respuesta del editor de Science fue que, simplemente, a la hora de publicar los trabajos, los responsables de la publicación daban por hecho que los científicos son honestos y dicen la verdad. Hasta entonces, la carrera del científico coreano iba como la espuma. “Si alguien miente, no importa que sea un científico o alguien que quiera hacernos creer que posee poderes paranormales”, asegura James Randi a El País Semanal. “Si se trata de un científico, es como si un oficial de policía cometiera un crimen. Tiene una doble responsabilidad”.

Randi tiene el sobrenombre de El Asombroso Randi. Calvo, con una poblada barba blanca y gafas de pasta, parece un profeta de la ciencia. Pero Randi no es un científico, sino un mago profesional, quizá de los mejores. El propio Carl Sagan reconocía que no conocía a nadie que había trabajado con tanto ahínco para desenmascarar a los psíquicos, los tramposos y los chiflados del mundo paranormal. Su labor fue reconocida por Isaac Asimov o el Nobel de Física Richard Feynman. Pero Randi también se ha significado por mostrar la credulidad y deshonestidad de los científicos, y se le ha requerido para investigar clamorosos hallazgos científicos, como el caso de la “memoria del agua” –por el que un inmunólogo francés publicó en Nature que el agua era capaz de retener la memoria de las partículas disueltas en ella– y probar su falsedad.

Randi no sólo se ha hecho famoso por destruir a la legión de farsantes como Uri Geller, el doblador de cucharas, y otros tantos que se pasean a menudo con la bendición de los medios de comunicación, sino que además ha apostado dinero en ello a través de la Fundación para la Educación que lleva su nombre. “En los sesenta estaba participando en un programa de Nueva York y un parapsicólogo me retó diciéndome: ¿por qué no pones tu dinero donde está tu boca? Y dije, bien, cogí 1.000 dólares para pagar a cualquier persona que pudiera demostrarme que tuviera evidencia sobre poderes paranormales. Por supuesto, nadie los reclamó”. La recompensa subió hasta 10.000 dólares, hasta que un filántropo de Virginia le proporcionó un millón de dólares, con estas palabras: “Ahora tienes algo bueno que ofrecer”. ¿Y qué es lo que ha ocurrido? Randi ha comentado jocosamente que nunca un millón de dólares estuvo tan a salvo.

Este mago explica que ha examinado a muchos que honestamente creen poseer poderes paranormales y que simplemente resultó que estaban equivocados o confundidos. Sin embargo, para Randi, los científicos que cometen fraudes a sabiendas y los “psíquicos” como Geller que tratan de engañar a sabiendas deben meterse en el mismo saco. Es posible que a muchos esta conclusión parezca excesivamente dura. Quizá más chocante aún es comprobar cómo los científicos pueden a veces resultar increíblemente crédulos. La lista de los que se han visto seducidos por la seudociencia es larga, empezando por Harold Puthoff, un físico en cuyo currículo figura que ha publicado artículos en electrodinámica cuántica –y que ahora dirige el “Instituto de Estudios Avanzados” en Austin, Tejas (entre cuyos temas de investigación destaca el estudio de “misteriosos triángulos voladores con luces” avistados en todo el territorio norteamericano), y Russell Targ, que ha llevado a cabo investigaciones en láser. Ambos concluyeron que Geller tenía poderes genuinos y publicaron en 1974 un artículo en Nature, cuya editorial justifica el motivo de la publicación para mostrar el sistema de experimentación usado en parapsicología, con resultados débiles y poco concluyentes. El físico británico John Taylor, del King’s College de Londres, estaba convencido de los poderes del psíquico israelí hasta que recibió la visita de Randi. “Le encontré en su laboratorio y le volví loco completamente, no sabía cómo se hacían los trucos”, relata este mago. “Se enfadó mucho, ya que se dio cuenta de que Geller usó con él las mismas triquiñuelas”. Un ejemplo aún más llamativo lo encontramos en la Sociedad Física Americana, una organización mastodóntica compuesta de 40.000 miembros en todo el mundo y que reúne a la flor y la nata de la física mundial. Varios de sus miembros validan y aceptan la “habilidad” de los zahoríes a la hora de adivinar, usando varas o péndulos, dónde se encuentran depósitos ocultos de agua bajo tierra. La radiestesia a veces es objeto de comunicaciones y comentarios favorables dentro del seno de esta sociedad. Entre las “especialidades” de esta disciplina seudocientífica se encuentra la adivinación de la localización de objetos y personas perdidas.

Esta credulidad puede explicarse por algo que Randi describe como el síndrome de la torre de marfil: el científico vive encastillado en su educación académica y sólo trata con gente académica. Muchas veces no quiere saber nada de lo que sucede fuera. Cuando se produce este primer contacto, los científicos ingenuos son engañados. “Ser listo es muy diferente de ser inteligente. La educación no le hace a uno más listo, sólo más educado”.

Hay varios motivos por los que un investigador decide arruinar su carrera por una mentira. Para Benjamin Radford, director de la revista Skeptical Enquirer, el prestigio es uno de ellos. “Alguien que desea que su nombre pase a la historia como el de un gran científico o descubridor”. El anuncio de la fusión fría, realizado el 23 de marzo de 1989 en la Universidad de Utah (EE UU), dio la vuelta al mundo. Ese día, un químico llamado Stanley Pons convoca una rueda de prensa –junto con su compañero Martin Fleischmann– y enseña un frasco con dos electrodos de metal sumergidos en agua pesada. Con voz tímida afirma: “Hemos establecido una reacción de fusión sostenida por medios muy sencillos” (por la que átomos de hidrógeno pesado se fusionan para formar helio) en la que “sale más energía de la que ponemos”. Fleischmann dice por su parte: “Parece que podemos conseguir fusión indefinida en un instrumento relativamente barato”, y recalca: “Es absolutamente esencial establecer la ciencia básica del fenómeno”. Desde luego que merece la pena validar lo que sería el mayor descubrimiento energético de la humanidad. Los científicos se lanzan a ello en cuestión de horas. A finales de mayo de ese año, el Departamento de Energía de Estados Unidos concluye que la evidencia sobre la fusión fría no era convincente.

¿Otro fraude más? “Cuando Pons y Fleischmann hicieron este anuncio sobre fusión fría, creían en ello, y no hubo intento de mentir”, dice Radford. Fiascos como los de Science dando crédito a las mentiras de Hwang Woo-Suk podrían explicarse debido a la alta cantidad de trabajos científicos y estudios “que se publican cada año, por lo que uno no puede contrastar dos veces cada referencia o suposición”.

Sin embargo, si echamos un vistazo a la historia, encontramos aspectos en común. Joe Nickell es un investigador de lo paranormal, los fraudes científicos e históricos. Su perfil –aunque parezca una redundancia– se sale de la normalidad. Se le ha llamado “El moderno Sherlock Holmes” o el verdadero “Agente Scully” (el componente escéptico del equipo del FBI de la serie televisiva Expediente X). La gente cree fotografiar fantasmas en casas supuestamente encantadas, fantasmas que no ha visto con sus ojos. Son “simples reflejos de las partículas de polvo que rebotan la luz del flash”. Aquellos que dicen haber visto al monstruo del lago Ness –Nessie– están viendo una nutria, ya que estos animales “nadan en línea” y lo hacen muy rápido, de forma que “parecen exactamente una serpiente de mar”.

El escándalo de las falsas células madre clonadas de Hwang tiene muchas similitudes con el fraude favorito de Nickell, el Hombre de Piltdown: un ser humano con un cerebro grande y mandíbula simiesca encontrado en 1912 por el arqueólogo aficionado Charles Dawson. Bautizado como Eoanthropus dawsoni, y con una edad de medio millón de años, fue proclamado a los cuatro vientos como el eslabón perdido entre el hombre y el mono. Más de cuatro décadas después, se descubrió que la mandíbula era de un orangután. Para Nickell, Dawson es el autor del fraude. El cráneo fue hallado cerca del pueblo de Uckfield, en Sussex (Reino Unido), y “al igual que las falsas células clonadas, sucedió en las fronteras de la ciencia, algo que empujaba adelante el conocimiento para proporcionar el eslabón perdido de Darwin”. El propio Dawson había expresado claramente que “esperaba el gran descubrimiento que parece no llegar nunca” en 1909. Y no era la primera falsificación que hacía; tenía una lista previa de al menos 38 fraudes. No importó. Flotaba en el ambiente el deseo de que Inglaterra fuera la cuna de la humanidad. Quizá en Corea se respiraba un clima similar por las hazañas previas de Hwang Woo-Suk, en las que figuraba la clonación de un perro. “Verse aclamado por el mundo es una motivación humana muy poderosa”, destaca Nickell. Dawson se encontrara siempre presente cuando aparecía una nueva maravilla. Sin embargo, al morir, en 1916, dejaron de aparecer más restos. En palabras de Stephen Jay Gould, no hicieron un buen trabajo. El mejor logro fue dar el color adecuado a los huesos. El Hombre de Piltdown supuso un retroceso de décadas en el pensamiento de la paleoantropología.

La seudociencia y las mentiras científicas no son más que el exponente de que el ser humano es “un creyente instintivo”, nos dice este detective de lo paranormal. Los engaños de las estatuas santas que lloran no cambian el pensamiento de los fieles ni dañan especialmente sus sentimientos religiosos: si el fraude se demuestra en un caso, siempre habrá estatuas que lagrimeen de verdad. La Sábana Santa – de la cual Nickell ha hecho réplicas casi idénticas– es en realidad una pintura hecha sobre tela cuya historia no se remonta más allá del siglo XIV, pero la gente sigue creyendo en ella, y además se insiste en los templarios: “Cualquier misterio tiene templarios hoy día”.


El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)
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#20

"El diablo me impulsó a hacerlo" jajajajja


Ernesto

Por el Honor, por el Deber, por la Humanidad y por la Ley.
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