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Lo único que impide que esas ideas dominen el mundo es el factor Babel: los muros de incomprensión mutua que compartimentan la especie humana y detienen la difusión de los virus.
Babel desencadenó un crecimiento explosivo del número de lenguajes. Eso formaba parte del plan de Enki. Los monocultivos, como un campo de trigo, son susceptibles a las infecciones, pero las culturas genéticamente heterogéneas, como las praderas, son muy resistentes. Tras unos miles de años apareció un nuevo lenguaje, el hebreo, que poseía una flexibilidad y una fuerza excepcionales.
Los deuteronomistas, un grupo de monoteístas radicales de los siglos seis y siete antes de Cristo, fueron los primeros en sacarle partido. Vivían en unos tiempo de nacionalismo y xenofobia extremos, lo que les facilitó el rechazo de ideas extranjeras como el culto de Ashera.
Formalizaron sus antiguas historias en la Tora e implantaron en ella una ley que garantizaba su propagación a lo largo de la historia: una ley que decía, literalmente: "haz una copia exacta de mí y léela todos los días". También instauraron una forma de higiene de la información, la creencia en la exactitud de las copias y el atento cuidado de la información, que, como bien sabían, es potencialmente peligrosa.
Convirtieron los datos en substancias controladas.
Puede que incluso llegaran más lejos. Hay evidencias de guerra biológica
meticulosamente planeada contra el ejército de Senaquerib cuando éste intentó conquistar Jerusalén. Puede que los deuteronomistas tuviesen su propio en, o a lo mejor habían comprendido tan bien los virus que sabían cómo sacar partido de las cepas que aparecen de forma natural. Las habilidades desarrolladas por esa gente se transmitieron en secreto de generación en generación y se manifestaron en Europa dos mil años
después, entre los hechiceros cabalísticos, los ba 'al shem, maestros del divino nombre.
En cualquier caso, ése fue el nacimiento de la religión racional. Todas las religiones monoteístas subsiguientes, a las que los musulmanes, con buen criterio, denominan religiones del Libro, incorporaron esas ideas en mayor o menor medida. Por ejemplo, el Corán insiste una y otra vez en que es una transcripción, una copia exacta, de un libro que hay en el Cielo. Naturalmente, nadie que crea eso se atrevería a alterar el texto en lo
más mínimo. Las ideas de ese tipo tuvieron tanto éxito en impedir la propagación del Ashera que, con el tiempo, cada rincón del territorio donde en tiempos había prosperado el culto viral, desde la India hasta la actual España, quedó bajo la influencia del islam, el cristianismo o el judaismo.
Pero debido a que el virus está latente, enrollado en el tronco cerebral de los
infectados, pasa de una generación a la siguiente y siempre encuentra formas de salir de nuevo a la superficie. En el caso del judaismo apareció bajo la forma de los fariseos, que impusieron a los hebreos una rígida teocracia legalista. Con su estricta adhesión a las leyes almacenadas en el templo, y administrada por castas sacerdotales investidas de autoridad civil, se parecía al viejo sistema sumerio, y era igual de sofocante.
El ministerio de Jesucristo fue un intento de sacar al judaismo de esa situación; una especie de eco de lo que hizo Enki. El Nuevo testamento es un nuevo nam-shub, un intento de sacar la religión de los templos, arrancarla de las manos del sacerdocio, y entregar el Reino de Dios a todos.
Ése es el mensaje que se cita de forma explícita en sus sermones, y el que simbólicamente se encama en su tumba vacía. Tras la crucifixión, los
apóstoles fueron a la tumba de Jesús para rescatar su cadáver, pero no encontraron nada.
El mensaje estaba muy claro: No tenemos que adorar a Jesús, porque sus ideas se valen por sí mismas, su Iglesia ya no está centralizada en una persona sino dispersa entre todos.
La gente, acostumbrada a la rígida teocracia de los fariseos, era incapaz de aceptar la idea de una iglesia popular y sin jerarquía. Querían papas, obispos y sacerdotes. Por eso se anadió a los evangelios el mito de la Resurrección. Se transformó el mensaje en una forma de idolatría. En esa nueva versión de los evangelios. Jesús volvió a la Tierra y organizó una iglesia, que más tarde se convirtió en la Iglesia del Imperio Romano de Oriente y Occidente; otra teocracia inflexible, brutal e irracional.
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Marco Antonio Arenas Chipola fue expulsado por insultar a mujeres y reclutador para sectas. Se confirma en el año 2009 que ha sido reclutado por la secta templo de la serpiente emplumada, y que realizó robo de un perro con pedigree hacia nuestra AC, además de despojo a su maestro de artes Marciales, Hoffner Long.