La intención es discutir el cultivo del espíritu a traves de las virtudes básicas del soldado (utilizaría la palabra guerrero, pero no estoy seguro de que todos entendiéramos lo mismo, así que utilizo la palabra soldado).
Es usual concentrarse en la técnica o en el físico al prácticar un arte de guerra y olvidarse o dejar en segundo plano el entrenamiento del espíritu. En cualquier combate se baten por separado espíritu, técnica y físico, siendo victoriso el soldado de espíritu más impecable. En caso de ikiwake (empate) continuaría el lance por técnica y físico en ese órden.
Hace muchos años un poeta, dramaturgo universal y soldado, D. Pedro Calderón de la Barca describió de forma magistral las virtudes que debe atesorar el que sigue el camino marcial:
Cortesía, buen trato, verdad, fineza, lealtad, honor, bizarría, crédito, opinión, constancia, paciencia, humildad y obediencia.
Aprovecho el post para comentar la primera de ellas, la Cortesía. Como reza el refrán, "lo cortés no quita la valiente". El soldado se juega la vida y comienza el lance con un saludo perfecto. Después de atravesar el corazón del enemigo termina igual, sin que reste un ápice de valor a la acción.
Por si fuera de utilidad, les dejo el verso completo de D. Pedro Calderón de la Barca, auténtico código de honor del soldado. Puede ayudar mucho recitarlo cuando se está desorientado.
Estos son españoles. Ahora puedo
hablar, encareciendo estos soldados,
y sin temor; pues sufren a pie quedo,
con un semblante, bien o mal pagados.
Nunca la sombra vil vieron del miedo,
y aunque soberbios son, son reportados;
todo lo sufren en cualquier asalto,
SÓLO NO SUFREN QUE LES HABLEN EN ALTO.
Este ejército que ves,
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira cómo procede.
Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mayor calidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho,
no adorna el vestido al pecho,
que el pecho adorna al vestido;
Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás,
tratando de ser lo más,
y de parecer lo menos.
Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la CORTESÍA,
el buen trato, la verdad,
la fineza, la lealtad,
el honor, la bizarría;
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son,
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna,
la milicia no es más que una
RELIGIÓN DE HOMBRES HONRADOS.
Vale quien sirve.
