12-09-2007, 11:56 PM 
		
	
	
		Nota previa; el autor pone como ejemplo para estas líneas el ejemplo del mítico rey de Creta, Minos. Cuando luchaba con sus hermanos por el derecho al trono, Minos pidió al dios Poseidón que enviara como señal de su derecho un toro divino, que sería sacrificado como ofrenda y símbolo de servidumbre. Poseidón envió al toro del mar, pero al ver el expléndido ejemplar, Minos decidió guardárselo para sí y sacrificar en su lugar uno de los que ya tenía, pensando que el dios no lo tomaría en cuenta.
El impero de Minos creció y prosperó, pero en venganza por su ofensa, Poseidón inspiró a la reina Pasífae el amor por el toro divino que su esposo le había robado, de modo que de la unión de la reina y el toro nació el Minotauro que Minos se encargaría de encerrar en el laberinto.
Fuente : Joseph Campbell, "El Héroe de las Mil caras", Ed.Fondo de Cultura Econónima, México D.F., 2000
pp.21
"De acuerdo con la antigua leyenda, la falta original no fue de la reina sino del rey, y él no pudo culparla, porque recordaba lo que había hecho. Había convertido un asunto público en un negocio personal, sin tener en cuenta qye el sentido de su investidura como rey implicaba que ya no era meramente una persona privada. La devolución del toro debería haber simbolizado su absoluta sumisión a las funciones de su dignidad. El haberlo retenido significaba, en cambio, un impulso de engrandecimiento egocéntrico. Así el rey elegido "por la gracias de Dios", se convirtió en un tirano acaparador. Así como los ritos tradicionales de iniciación enseñaban al individuo a morir para el pasado y renacer para el futuro, los grandes ceremoniales de investidura lo desposeían de su carácter privado y lo investían con el manto de la vocación. Ese era el ideal, ya se tratara de un artesano o de un rey"
pp.61-62
A menudo en la vida actual y no poco frecuentemente en los mitos y cuentos populares, encontramos el triste caso de la llamada que no se responde; porque siempre es posible volver el oído a otros intereses. La llamada no atendida convierte la aventura en una negativa. Encerrado en el fastidio, en el trabajo duo, o en la "cultura", el individuo pierde el poder de la significante acción afirmativa y se convierte en una víctima que debe ser salvada. Su mundo floreciente se convierte en un desierto de piedras resecas, y su vida pierde todo significado, aún cuando, como el rey Minos, pueda tener éxito a través de un esfuerzo titánico en la formación de un imperio de renombre. Pero toda casa que construya será la casa de la muerte, un laberinto de paredes ciclópeas para esconder a su vista su propio Minotauro. Todo lo que puede hacer es crear nuevos problemas para sí mismo y esperar la aproximación gradual de su desintegración.
(...)
Los mitos y cuentos populares de todo el mundo ponen en claro que la negativa es esencialmente una negativa a renunciar a lo que cada quien considera como su propio interés. El futuro se ve no en los términos de una serie de inevitables muertes y nacimientos, sino como un sistema concreto de ideales, virtudes y finalidades de uno y como si se establecieran y se aseguraran ventajas. El rey Minos retuvo al toro divino cuando el sacrificio hubiera significado sumisión a la voluntad del dios de su sociedad; porque prefirió aquello que concibió era su provecho económico. Por eso fracasó en el papel vital que había asumido, ya hemos visto con qué terribles efectos. La divinidad misma se convierte en objeto de terror, porque obviamentem si uno es el dios de sí mismo, entonces Dios mismo, la voluntad de Dios, la fuerza que ha de destruir nuestro sistema egocéntrico, se convierte en un monstruo.
(...)
El individuo es hostigado, de día y de noche, por el ser divino que es la imagen del yo vivo dentro del laberinto cerrado de nuestra propia psique desorientada. Los senderos que llevan a las puertas se han perdido; no hay salida.
	
	
El impero de Minos creció y prosperó, pero en venganza por su ofensa, Poseidón inspiró a la reina Pasífae el amor por el toro divino que su esposo le había robado, de modo que de la unión de la reina y el toro nació el Minotauro que Minos se encargaría de encerrar en el laberinto.
Fuente : Joseph Campbell, "El Héroe de las Mil caras", Ed.Fondo de Cultura Econónima, México D.F., 2000
pp.21
"De acuerdo con la antigua leyenda, la falta original no fue de la reina sino del rey, y él no pudo culparla, porque recordaba lo que había hecho. Había convertido un asunto público en un negocio personal, sin tener en cuenta qye el sentido de su investidura como rey implicaba que ya no era meramente una persona privada. La devolución del toro debería haber simbolizado su absoluta sumisión a las funciones de su dignidad. El haberlo retenido significaba, en cambio, un impulso de engrandecimiento egocéntrico. Así el rey elegido "por la gracias de Dios", se convirtió en un tirano acaparador. Así como los ritos tradicionales de iniciación enseñaban al individuo a morir para el pasado y renacer para el futuro, los grandes ceremoniales de investidura lo desposeían de su carácter privado y lo investían con el manto de la vocación. Ese era el ideal, ya se tratara de un artesano o de un rey"
pp.61-62
A menudo en la vida actual y no poco frecuentemente en los mitos y cuentos populares, encontramos el triste caso de la llamada que no se responde; porque siempre es posible volver el oído a otros intereses. La llamada no atendida convierte la aventura en una negativa. Encerrado en el fastidio, en el trabajo duo, o en la "cultura", el individuo pierde el poder de la significante acción afirmativa y se convierte en una víctima que debe ser salvada. Su mundo floreciente se convierte en un desierto de piedras resecas, y su vida pierde todo significado, aún cuando, como el rey Minos, pueda tener éxito a través de un esfuerzo titánico en la formación de un imperio de renombre. Pero toda casa que construya será la casa de la muerte, un laberinto de paredes ciclópeas para esconder a su vista su propio Minotauro. Todo lo que puede hacer es crear nuevos problemas para sí mismo y esperar la aproximación gradual de su desintegración.
(...)
Los mitos y cuentos populares de todo el mundo ponen en claro que la negativa es esencialmente una negativa a renunciar a lo que cada quien considera como su propio interés. El futuro se ve no en los términos de una serie de inevitables muertes y nacimientos, sino como un sistema concreto de ideales, virtudes y finalidades de uno y como si se establecieran y se aseguraran ventajas. El rey Minos retuvo al toro divino cuando el sacrificio hubiera significado sumisión a la voluntad del dios de su sociedad; porque prefirió aquello que concibió era su provecho económico. Por eso fracasó en el papel vital que había asumido, ya hemos visto con qué terribles efectos. La divinidad misma se convierte en objeto de terror, porque obviamentem si uno es el dios de sí mismo, entonces Dios mismo, la voluntad de Dios, la fuerza que ha de destruir nuestro sistema egocéntrico, se convierte en un monstruo.
(...)
El individuo es hostigado, de día y de noche, por el ser divino que es la imagen del yo vivo dentro del laberinto cerrado de nuestra propia psique desorientada. Los senderos que llevan a las puertas se han perdido; no hay salida.
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa. (W. Blake)

     